BARCELONA, 25 (EUROPA PRESS)
El cantautor Bob Dylan actuó esta noche en el Poble Espanyol de Barcelona ante 5.000 fans -el aforo estaba completo- para presentar su nuevo disco, 'Together through life' y remachar su mito, labrado durante décadas de himnos como 'Like a rolling stone'.
Precisamente, ésta fue una de las canciones más aplaudidas esta noche a pesar de que el público se tuvo que encargar de cantar buena parte de la canción, porque la de Dylan va camino de ser la voz más ronca y rasgada del momento --con permiso de Tom Waits--.
Y es que el de Minnesota la recitó a ratos y otros la cantó una octava por debajo, pero entre los fans no hubo quejas. Bastante suerte con ser uno de los privilegiados que consiguió entrada para el pequeño recinto donde ya actuó Dylan en sus tres últimas visitas a la capital catalana -la más reciente, hace seis años-.
'Just like a woman' fue el primer himno con el que esta noche Dylan obsequió a su público, heterogéneo, formado por familias y amigos de todas las edades. Desde chicos con pinta de ir por primera vez a un gran concierto hasta señoras de las que ayer fueron a la peluquería para celebrar la verbena bailando agarrados con sus maridos, e incluso un par de fans con una estética tan parecida a la de Dylan hace 40 años que parecían su viva imagen.
Mantiene sus rizos, ya blanquecinos, y los atusó bajo el ala del elegante sombrero a cada tanda de aplausos, entre pensativo y tímido -¿tímido a estas alturas?-, como eligiendo la siguiente canción, como si no estuviera medido al milímetro que el 'show' iba a durar dos horas clavadas, sin bises ni aunque el público lo pida a gritos, y con el repertorio decidido desde hacía días.
Lo mejor, los impagables bailes que Dylan se marcó con la armónica en los labios en 'Girl from the north country' y 'Sad-eyed lady of the lowlands', mientras la luna casi llena se iba asomando al Poble Espanyol.
Montjuïc estuvo el jueves muy concurrido porque además de Dylan en el Palau Sant Jordi tocaban Kiss para presentar su nuevo disco, 'Sonic Boom', con lo que en la subida hacia la montaña a primera hora de la noche se acumulaban los autobuses y coches del público de ambos conciertos.