Nacho Vegas: “Las canciones surgen aunque no quieras”

MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

El cantautor asturiano cierra en Madrid su gira de 'El manifiesto desastre'. Un disco al que, después de un año en la carretera, ha seguido un EP -'El género bobo'- y cuyo tour le ha servido para volver al directo en solitario, para estrenar banda y para comprobar que la asistencia a los conciertos, no siempre se corresponde con las ventas.

Tras más de veinte años dedicado a la música, media docena de EP's, otros tantos álbumes de estudio y colaboraciones con Enrique Bunbury ('El tiempo de las cerezas') y Christina Rosenvinge ('Verano fatal') el asturiano cierra el miércoles en Madrid la que probablemente haya sido una de sus giras más exitosas, la de 'El manifiesto desastre'.

Echando la vista un año atrás, aplicando cierta perspectiva, Vegas subraya dos hechos de este periplo. En primer lugar, lo que ha supuesto para él girar con una nueva banda -disolvió Las Esferas Invisibles, su anterior grupo, antes de su último disco- y tocar con, entre otros, Abraham Boba, que le hace las veces de telonero.

En segundo lugar, explica en una entrevista con Europa Press, se ha dado cuenta de que “la afluencia de gente en algunos conciertos no se corresponde con las ventas de discos. Eso me hizo mucha ilusión”. Lo dice un músico que cree que “la música goza de buena salud” y que reconoce abiertamente que Internet “ha cambiado mucho las cosas”.

“Que la industria musical se tambalee es una buena noticia. Todo lo que le está pasando se lo merece”, sentencia Vegas, que no se siente “representado” en la sonada protesta que algunos artistas llevaron a cabo frente al Ministerio de Industria. El límite, dice -aunque matiza que no tiene “opinión formada”- está “en que no se mercadee con la música”.

Para el asturiano, una de las cosas buenas de la crisis en la industria musical es que vuelven a reeditarse muchos vinilos, cuando durante años fue algo marginal. “El formato digital y la distribución por Internet es una buena herramienta de difusión, pero no hará que haya mejor música”, señala un músico que se declara amante del formato analógico.

EL GÉNERO BOBO

En realidad, Nacho Vegas quería tocar la batería, pero acabó con una guitarra entre las manos. “Supongo que empiezas como todos, escuchando algo de música... luego ésto empieza a ser algo importante, quieres tener tu propio grupo... poco a poco te das cuenta de que las canciones son un vehículo, como una forma de expresión que se convierte en algo vital”.

El asturiano abandonó Manta Ray a finales de los 90 para dedicarse a componer sus propias canciones. Temas despojados de toda épica y cargados de crudeza ya desde los inicios, aunque él considera que sus “canciones más duras están en los últimos discos”. “Al final con los años te vuelves un poco más cínico”, alega.

“Con el tiempo adquieres distancia, una perspectiva diferente, más alejada de ti mismo. En el primer disco sueles utilizar mucho la primera persona y al final eso se agota y buscas otros discursos”, reflexiona al tiempo que aboga por “preservar esa inocencia” que tenía cuando escribía sus primeros temas. “Eso redunda en la pureza de las canciones”, apunta.

Unas canciones “plagadas de referencias”, inspiradas “por una frase que oigo en la calle o en un bar”: “Hace poco leí en un periódico una noticia de un tipo al que llamaban 'el timo del gigolo frustrado' y empecé una canción. Cualquier cosa por pequeña e insignificante que parezca, puede ser la chispa que lo inicie todo”.

La frustración parece ser una de esas cosas recurrentes -o al menos “presente”- en sus canciones. 'Las inmensas preguntas', incluida dentro de su último EP, 'El género bobo', es un ejemplo de ello. “Es una contención un poco impuesta; la imposibilidad de comunicarte de una manera lógica y normal. A veces intentas que las canciones sean la alternativa”, dice.

Ese último EP, publicado en octubre, Vegas lo describe como algo “un poco extraño”. “Hay canciones distintas: la que cierra el disco ('Al final te estaré esperando') es de hace tiempo; 'Las inmensas preguntas' la grabé expresamente; las otras dos ('Pesadilla genérica' y 'Penúltimo anhelo') son de las sesiones de 'El manifiesto desastre' y tienen un tono más optimista. Es un EP con muchas contraposiciones”.

REAVIVACIÓN DE LAS HOSTILIDADES

Ahora que cierra gira, Nacho Vegas podrá dedicarse “al cien por cien” a la música, que es lo que suele ocurrir, dice, cuando llegan esos “momentos de parón” tras un tour: “Los necesito para ponerme a trabajar en las canciones y preparar un disco. Pero en realidad nunca paras. Las canciones son cosas que van saliendo incluso aunque uno no quiera. Como decía Fernando Alfaro, son como malas hierbas”.

¿Próximos proyectos? “Trabajar con el grupo en las nuevas canciones, decidir cómo grabar el disco, en qué fechas, cerrar los plazos... planes a corto plazo”. Al asturiano le gustaría grabar todo ese material “desordenado y caótico” que tiene ahora mismo “antes de verano”, para que el disco “salga en otoño”.

Los que hayan asistido a alguno de los conciertos de la gira que ahora cierra quizá hayan podido oír uno de esos nuevos temas, puede que 'La gran broma final' o 'Cosas que no hay que contar', “pequeñas historias cantadas en primera persona, pero pensadas como si fuera alguien que observa lo que está ocurriendo”.

Los nuevos temas no están cerrados, algunos ni terminados, y aunque todo está en el aire de momento, Vegas ya tiene un título “provisional” -y remarca este término- de lo que será su próximo álbum: 'Reavivación de las Hostilidades'.