En una velada enmarcada dentro del Festival paralelo del Festival de Música de Canarias, tuvo lugar la semana pasada un encuentro cargado de saber, historia, de música y de cultura en el recién renovado y reinaugurado hotel Santa Catalina, de Las Palmas de Gran Canaria. En primer lugar, el ya histórico y aclamado pianista y director asiduo de esta tierra Christoph Eschenbach y de nuestra enciclopedia viviente Jerónimo Saavedra (alias La Wikivedra) hablaron al público de los momentos más destacados de la vida artística de Eschenbach y de la cercanía de su octogésimo aniversario, que celebrará próximamente en Viena junto a la afamada orquesta de dicha capital.
También preguntó Saavedra al maestro su opinión por la cancelación del concierto de Charles Dutoit para dirigir un concierto de la temporada de la Filarmónica de Gran Canaria, ya que aunque se aducen razones técnicas e, incluso, querer contar con una figura femenina para la ocasión por la cercanía del Día de la mujer, se sabe que Charles Dutoit se encuentra en el ojo de la polémica por diversas acusaciones de acoso sexual, y que por esta razón su reciente presencia en París fue tachada por los músicos de “puñalada trapera”.
Cabe decir que después de esta interesante charla en la que el maestro, caballero y señor (este sí que lo es y los conozco a los dos) Eschenbach se esforzó en hablar en español, cosa que incluso llegó a ser protestada porque no se le entendía siempre muy bien del todo, llegó un entrañable concierto, de mano de la Ensemble Cimandevilla, una formación clásica de quinteto de cuerdas, complementada con bandoneón y percusión, que interpretó de forma magistral los aspectos camerísticos de la música del argentino Astor Piazzolla (1921-1992).
El programa fue especialmente seleccionado para las actividades paralelas del XXXVI Festival de Música de Canarias, centrándose en la relación entre el jazz y la música clásica, sin dejar de lado los aspectos más característicos del tango. La verdad es que cuando empiezas a escuchar a este Ensemble de la Filarmónica de Gran Canaria no puede por menos que venirte a la cabeza aquello de “para muestra un botón”, porque cuando oyes la calidad, la afinación y el manejo técnico, aparte de la capacidad de transmitir la música de ese pequeño grupo, entiendes por qué nuestra orquesta suena luego como suena cuando salen todos a escena.
Fue un magnífico concierto con una selección de obras muy acertada en un salón tan abarrotado que hubo que poner sillas adicionales a las más de cien que ya lo ocupaban, y así y todo mucha gente quedó de pie o sentada por los diferentes espacios posibles. Un gustazo, además, ver la cantidad de niños y jóvenes atentos a la música y a las explicaciones del magnífico interprete y orador bandoneonista argentino Santiago Cimandevilla.
Enhorabuena también al resto de los artistas, por todos conocidos, Sergio Marrero (violín), Pablo Guijarro (violín), José Alvarado (viola), Carlos Rivero (cello), Román Mosler (contrabajo) y Francisco Navarro -nuestro Paquito forever- (percusión). Enhorabuena por supuesto a Jorge Perdigón, por la magnifica iniciativa de continuar ampliando el eco de este buque insignia de la Cultura de las Islas Canarias. Y el fin de semana, despedida de esta edición a cargo de la Orquesta de París.