Cuando Pepe Mediavilla (Barcelona, 1942) pide agua, suenan timbales de aventura y puede ocurrir algo extraordinario. Podría llegar un hobbit, quitarse la capa y pedir una habitación en el Hotel Lancelot. Podría un soldado imperial disparar ráfagas láser contra el edificio del Cabildo en nombre de Palpatine. Quién sabe. Son el tipo de excursiones mentales que despierta la voz de este veterano actor de doblaje, reconocido por ser la voz española de Gandalf (Ian McKellen) y el doblador habitual del actor Morgan Freeman.
Ha sido malo, malo malísimo, villano megalómano, camorrista, bandido, concejal bromista y criminalista. Desde el Boss de Mazinger Z al emperador Zurg de Toy Story pasando por Los doce del Patíbulo o El señor de los anillos. Ha entonado a Caius Bonus, a Nelson Mandela, al presidente de los Estados Unidos y a Baloo. La gravedad de su voz ha decidido los personajes que le han adjudicado en las cerca de 2.800 obras. “He doblado a todos los negros habidos y por haber”, ríe Mediavilla.
Galopaban los años sesenta cuando empezó a trabajar en un serial para una radio barcelonesa. Un día, un empresario de la industria del doblaje reparó en su voz y le convocó a una prueba. Cuando Pepe se presentó en el estudio de grabación le indicaron que tomase asiento. “Usted va después de ese señor, fíjese bien cómo lo hace”, le indicaron. El señor era Rogelio Hernández, doblador de Paul Newman y Marlon Brando. Pepe quedó impresionado y tuvo el segundo flechazo de su vida. De vuelta en casa ya había tomado la decisión: “Dejo el teatro. Voy a trabajar en doblaje”. “La voz transmite. Si logras emocionar, transportar... lo has conseguido”, dice Pepe. Su formación en el Institute del Teatre le valió para afrontar su nueva carrera, una profesión que le ha permitido dar voz a personajes muy diversos en situaciones muy diferentes. “Cada día podía aprender algo nuevo en el acto, esa fue una de las cosas que más me llamó la atención del doblaje”, explica.
“En esta profesión tienen que pasar años y años para llegar a algo, al menos para que la gente te recuerde”, advierte. Él lo consiguió con Morgan Freeman y, desde hace trece años, con las dos trilogías de Peter Jackson. No hay foro donde no le pidan que declame uno de los momentos claves de la obra de J.R.R. Tolkien, una batalla entre el bien y el mal: “El fuego oscuro no te servirá de nada, llama de Udûn. ¡Vuelve a la Sombra! ¡No puedes pasar!”. El grito, y el posterior estallido de aplausos, se pudo escuchar el pasado mes de mayo en la Casa de la Juventud de Arrecife donde Mediavilla ofreció dos lecturas de poesía.
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