Una iniciativa registrada en la plataforma Change.org por el músico y empresario Enrique Mateu el pasado domingo ya recogía a primera hora de este martes más de 600 firmas de apoyo a la visión del Festival de Música de Canarias impulsada por su nuevo director, Nino Díaz, que da mayor protagonismo a las agrupaciones locales frente a las grandes sinfónicas internacionales.
Esta iniciativa recuerda que la 33 edición del Festival Internacional de Música de Canarias, presentada el pasado 22 de julio, da un giro que se concreta en un gasto público “más contenido, optimizado y transparente” para evitar las “escandalosas pérdidas” de los últimos años y en una presencia “más equilibrada” de creadores, artistas y empresas canarias del sector, hasta la fecha “meramente simbólica”.
Además plantea “más actividades y más descentralizadas”, llegando a las ocho islas y a diversos núcleos poblacionales, “una oferta más amplia y diversificada en cuanto a estilos y épocas”, y unos precios que tengan en cuenta la realidad económica.
Mateu asegura que hasta esta edición nadie se había atrevido a reformar el festival debido a “los poderes fácticos y lobbies que intervienen, los intereses sobrevenidos de intermediarios y sus consecuencias políticas”.
El promotor de esta iniciativa rechaza “las presiones, los insultos y las descalificaciones personales” del “reducido núcleo de personas que desde sus tribunas han venido moviendo los hilos del festival durante estos 30 años” y que defienden un modelo que “consume una importante parte de los recursos económicos de la inversión en cultura del Gobierno de Canarias solo para tener un capricho al que asiste una reducida élite que disminuye cada año por razonez obvias”.
Según Mateu, este lobby están haciendo peligrar la concepción “más justa, equilibrada, amplia y sostenible” que se propone para este año. “Nunca el Festival de Música de Canarias había tenido tanta repercusión mediática y había conseguido tanto interés y apoyo en las redes sociales”, agrega.
El texto que acompaña a la iniciativa de recogida de firmas incide en que este lobby tiene a su alcance “medios de comunicación poderosos y amistades peligrosas” que abogan por un festival “anacrónico, agonizante, sin ninguna proyección nacional e internacional, y con muy poca repercusión local en comparación con el tremendo gasto” y que, para ello, “está presionando a los estamentos públicos y privados, incluida la Presidencia del Gobierno, para imponer su criterio solicitando cortar las cabezas de los que no opinan como ellos y para colocar así a quienes les sirven sin rechistar”.
La iniciativa reclama no sólo el apoyo a la nueva concepción del Festival de Música de Canarias sino también el respaldo a “una política cultural general en la que los creadores, artistas y empresarios de las Industrias Culturales y Creativas de Canarias tengan presencia razonable junto con las propuestas foráneas (ya que no se trata, en absoluto, de impedir que se programen eventos nacionales e internacionales, lo que sería igual de disparate que lo que defiende este lobby)”.