“Esto es una cosa más o menos especial, en realidad es un miniconcierto”. Así definió Pedro Guerra la actuación que dio la noche de este jueves en el pub Pick Up de Las Palmas de Gran Canaria. Apenas cincuenta privilegiados pudimos acercarnos a la presentación de Vidas, el nuevo disco del cantautor de Güímar. Menos mal que lo avisó desde el principio, porque eso de pedir un bis después de la cuarta canción no es nada normal.
El piano y los teclados de Luis Fernández acompañaron a un Pedro Guerra que llegó al escenario con la guitarra en la mano. Vuelve el “muchacho pá dentro” que nos había descrito en una canción autobiográfica. En su anterior disco Pedro Guerra tenía los “bolsillos” llenos de preocupaciones colectivas, de reivindicación de la memoria histórica, de críticas a la explotación capitalista en las maquilas y homenaje al Dios de los pobres.
Ahora nos viene el poeta que rebasó la frontera de los cuarenta años observando el origen de la vida. Pedro comenzó a componer las canciones de este trabajo cuando su compañera María llevaba cuatro meses embarazada. Pedrito se fue formando en el vientre de su madre mientras escuchaba los primeros acordes de las canciones de Vidas. Pedro se alejó de los escenarios para vivir de forma intensa el nacimiento de su hijo, algún día el chiquillo podrá contar que aprendió a gatear y a dar los primeros pasos rodeado de canciones nuevas.
Comenzó el miniconcierto cantando Lara, una muchacha que crece en el túnel de la confusión. Después este Pedro íntimo nos confiesa algunas cosas que Quisiera saber, una canción inmensamente bella en la que nos dice las cosas que ha aprendido (“sé que al final sólo quedan huesos”) y las que le quedan por conocer (“quisiera saber cuándo no se sufre”).
Este poeta íntimo también lee los periódicos y se sorprende con la noticia que contaba el descubrimiento de unos huesos que habían sido enterrados hace 5000 años, huesos de alguien que murió abrasado por el fuego? o más bien “abrazado”, porque Pedro transforma esos huesos en los de alguien que no ha muerto, en una historia de un amor eterno que después de 5000 años “aún me saben tus huesos”.
Después otra historia de amor de alguien que se enamoró de un río “y acarició la arena y se abrazó a la espuma”.
Cuatro temas y un bis
Y se marchó del escenario después de cantarnos el amor fluvial. Pero en los miniconciertos también cabe un bis. El último sorbito musical fue Casas antiguas, donde habitan las “vidas” que dan nombre al disco. Un tema que nos cuenta esa sensación que siempre queda en las casas antiguas de la presencia de las vidas de otra gente que las habitó hace años.
En total fueron cinco canciones en la única actuación en directo que da en las islas antes de comenzar su gira. Canciones muy íntimas que nos dan la idea del último trabajo de Pedro Guerra.
Hubo tiempo para atender a la gente que se acercó para pedir autógrafos. El disco está a la venta desde el pasado 29 de enero, por eso algunos no tuvieron tiempo de comprarlo. Alberto y Kari se acercaron para que Pedro les firmara la foto de su hija “Mararía”, de dos años.
Kari se enteró de que estaba embarazada el día que acudió a un concierto de Pedro Guerra y no dudó en llamar a su hija con el nombre de una de sus canciones. No cantó el tema Pedro llegó dedicado a su hijo. Así que habrá que esperar a que Pedro Guerra llegue los próximos 29 y 30 de abril al Auditorio Alfredo Kraus. Entonces vendrá acompañado de toda la banda: el bajo de Marcelo Fuentes, la batería de Vicente Climent, la guitarra de Osvi Greco y el piano de Luis Fernández.
La gira de Vidas comenzará en Murcia el próximo 28 de febrero y durará hasta final de año. En los escenarios de teatros y auditorios de todas las islas y de España, Argentina, Chile, Uruguay, Méjico,? se podrán escuchar los 14 temas del último trabajo de Pedro Guerra.
Mientras tanto los cincuenta privilegiados que pudimos acercarnos al miniconcierto en Gran Canaria tenemos que conformarnos con los sorbitos de Vidas que nos regaló Pedro.