En el Archivo Diocesano de la Diócesis de Canarias, el tenor Manuel Gómez Ruiz (Gran Canaria, 1986) encontró miles de piezas de extraordinario valor musical inéditas en nuestra época. Quiso centrarse en el maestro de capilla Joaquín García (1710 - 1779) y seleccionó cantadas para tenor solo que cubrieran todo el espectro temporal de su tiempo como responsable musical de la catedral. De ahí nació el álbum Arda mi afecto que presenta estos días.
“Como músico me siento en la obligación de cuidar el patrimonio que no se ve, el que sólo se puede escuchar a través de nuestras interpretaciones. Todo el proceso ha sido muy emocionante: búsqueda en los archivos; elección de piezas; transcripción y edición de las mismas y finalmente la grabación. Me da vértigo pensar que esta música lleva dormida más de 270 años y que soy el primero en revivirla, ha sido un reto inspirador y fascinante”, señala el tenor.
El valenciano, Joaquín García de Antonio, se incorporó a la capilla de la Catedral de Santa Ana de Las Palmas en 1735 con aires renovadores que pronto se pusieron de manifiesto tanto en los repertorios como en la reorganización de la propia capilla, a la que incorporó violines (él mismo era violinista además de clavecinista), añadiendo vientos y como base armónica de todo ello siempre el continuo, con el clave o el órgano omnipresente.
Su abundante producción se conserva en el archivo de la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria, con un total de 569 obras, de las que más de medio centenar son piezas en latín para el culto, a uno o dos coros de voces, y el resto llevan textos en castellano, entre las que se encuentran villancicos, tonadas y cantadas, forma esta última que tomó del mundo italiano, cuya influencia se iba imponiendo en la música vocal española.
Arda mi afecto reúne seis cantadas comprendidas en un arco temporal que va de 1749 a 1775. Cuatro de ellas son para la fiesta de Corpus al estar dedicadas al Santísimo Sacramento y dos lo están a Santa Ana, titular de la catedral grancanaria, todas ellas (salvo la primera) con una estructura configurada por un recitado y un aria. Destaca su rica melodía, sugerente y vibrante, salpicada a veces por pequeñas coloraturas o por determinados figuralismos e impulsada por un ritmo interno muy intenso que la hace muy atractiva.
“Para la grabación formé un conjunto instrumental formado por destacados especialistas internacionales en la interpretación de música antigua con instrumentos originales de época y criterios históricos: Flamma Ensemble. El nombre procede del latín, llama, y alude al fuego como símbolo de conocimiento, sabiduría y cultura”, afirma.
El proyecto ha sido realizado gracias a la Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales 2020 de la Fundación BBVA y cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, así como con la colaboración del Cabildo de la Catedral de Canarias, el Museo Diocesano de Arte Sacro de Las Palmas de Gran Canaria, la Fundación Auditorio Teatro de Las Palmas de Gran Canaria y la Fundación Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
Este es el segundo proyecto álbum de Manuel Gómez Ruiz tras su debut discográfico el pasado año titulado Beethoven: un viaje, eine Reise, a journey (Sacratif), junto con el Trío Arbós.