Canarias sigue estando mal en el plano social, algo que parece no es capaz de corregir a velocidad más acelerada ni con su economía creciendo en términos de PIB casi al 4% anual (el 3,8% se avanza que alcanzó en 2023, según las previsiones de la AIReF, con el crecimiento más potente en toda España; en 2022, dato del INE, tuvo el segundo más alto: 9,7%). Así se manifiesta en el medidor principal sobre riesgo de pobreza o exclusión social: la tasa Arope del año pasado, que en sus cálculos emplea los ingresos del año 2022.
Y esto ocurre en las islas pese a las marcas históricas obtenidas en su principal motor económico en 2022, menos, y en 2023, todas, por el turismo (en torno al 35% del PIB): con más gasto de los visitantes que nunca, con precios más elevados por los servicios prestados y con marca histórica en la llegada total de turistas, 16,2 millones de personas el año pasado. Esa secuencia de variables al alza en los dos últimos ejercicios, ahora mismo, no ha servido, según lo indicado por la tasa Arope de Canarias (2023), para que las islas dejen de ocupar el segundo puesto, el mismo que en 2022, dentro del grupo de comunidades autónomas con los peores indicadores del país.
Según los datos servidos este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE) de la tasa Arope sobre riesgo de pobreza o exclusión social, el archipiélago tiene el 33,8% de su población dentro de esos parámetros y es la segunda comunidad autónoma de España con un valor relativo más alto (ocupa el tercer puesto si únicamente se tiene en cuenta la variable riesgo de pobreza, con el 26,1%), solo por detrás de Andalucía, con el 37,5%, y bastante lejos del índice promedio de España, en el 26,5%, este con un alza de 0,5 puntos porcentuales respecto a 2022.
Hay que decir que Canarias en 2022 tenía una tasa Arope del 36,6%, 2,8 puntos superior a la del año pasado (2023), aunque es verdad que la actual mejoría no le ha permitido salir de la segunda posición entre las peores comunidades.
De los componentes que se miden en la tasa Arope, Canarias tiene el segundo peor registro de España (dentro de las comunidades autónomas) en los epígrafes de riesgo de pobreza (26,1%) y de carencia material y social severa (11%), mientras que en baja intensidad en el empleo (14,3%) sí es la peor región.
El tercer puesto de la cola en tasa Arope es para Extremadura, con el 32,8%, mientras que en el lado contrario se hallan País Vasco (15,5%) y Comunidad Foral de Navarra (17,2%), regiones que presentaron las tasas de riesgo de pobreza o exclusión social más bajas.
Solo en relación con la tasa de riesgo de pobreza, las más elevadas se dieron en Andalucía (30,5%), Extremadura (27,6%) y Canarias (26,1%). País Vasco (10,2%), Comunidad de Madrid (12,9%) y Comunidad Foral de Navarra (13,8%) presentaron los registros más bajos en ese único segmento.
La tasa Arope, que es el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social, es del 26,5% de la población residente en España en 2023, frente al 26% del año anterior. Dos de sus tres componentes mejoraron en el país: la tasa de riesgo de pobreza relativa y el porcentaje de población con baja intensidad de empleo. En cambio, empeoró el porcentaje de población con carencia material y social severa. El ingreso medio por persona en España alcanzó los 14.082 euros, cifra el 8,3% superior a la registrada el año precedente.
Dificultades económicas en los hogares
Sobre esta cuestión, hay que decir que el 9,3% de la población española manifestó llegar a final de mes con “mucha dificultad” en 2023, un porcentaje que fue 0,6 puntos superior al registrado el año anterior.
Además, el 37,1% de la población no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos, frente al 35,5% del año 2022, y el 33,1% no pudo permitirse tener vacaciones fuera de casa al menos una semana al año. Este porcentaje fue 0,4 puntos inferior al registrado en 2022.