La dinámica de los últimos tiempos en la evolución de los precios en Canarias, la marcha del IPC (índice de precios al consumo), se mantiene en parámetros negativos y nada apunta a que la corrección a la baja se produzca de forma paulatina en poco tiempo. Entretanto, el daño se prolonga sobre todo entre las familias menos pudientes, con cada vez menos capacidad de compra y de ahorro. Lo peor es que la escalada de precios donde más incide es en los productos de alimentación, en la cesta de la compra. El gasto hoy necesario para alimentar una familia se ha elevado casi el 31% en algo menos de dos años. Si en diciembre de 2021 se pagaba por una compra de alimentos, la que fuere, 100 euros, ahora esa misma elección de productos vale 131 euros, 31 más.
Esa tendencia se manifiesta en que el archipiélago sigue liderando, de forma general, los peores registros en IPC en España; o sea, que obtiene en el cálculo de esa variable (cuyos datos de octubre pasado este martes ha servido el INE), la que vacía más o menos los bolsillos de los ciudadanos, resta capacidad de ahorro y merma la renta familiar disponible, los datos menos ventajosos o los registros más inflacionistas de todo el país.
Para empezar, Canarias fue en octubre pasado, por detrás de Extremadura (0,7% de subida mensual), la región más inflacionista, con un segundo lugar compartido con Andalucía, ambas con un alza general de los precios del 0,6% en ese mes respecto al precedente, septiembre de 2023. Esta variable multiplica por dos la media española, del 0,3%, y lo que es peor, convierte a Canarias, una vez más (ya también lo fue en septiembre), en la región con mayor subida general de los precios en los últimos 12 meses, con un alza anual del 4,3% frente al 3,5% promedio de España. El dato anual de Canarias es el mismo que el de septiembre, como ocurre con otras siete comunidades, las que mantienen idéntico umbral de inflación en 12 meses. Ahora bien, hay diez comunidades de 17 españolas que sí consiguen reducir el IPC anual.
Eso, en primer lugar, pero no es lo único negativo. Quizá lo más dañino sea el comportamiento de los precios, tantos meses después y sin corrección a la baja, donde más duele a las familias isleñas con menos recursos o más vulnerables, que son muchas en el archipiélago, según las estadísticas oficiales.
En este capítulo, se halla la evolución de los precios en el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas, la comúnmente llamada cesta de la compra. Pues bien, los datos de este octubre vuelven a incidir en lo mismo: no hay ajuste a la baja, por ahora, para los consumidores. O sea, que Canarias se consolida en octubre como la comunidad autónoma donde más han crecido los precios de la cesta de compra en un año, los 12 últimos meses, de noviembre de 2022 a octubre de 2023, con un alza del 12%, el registro más potente en toda España, como también lo es el aumento del IPC en este mismo grupo en lo que va de año, 10 meses, con el 9,8%.
Desde el cierre de 2021 hasta octubre de 2023, según el cálculo estadístico con base 100 en ese 2021, los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas en Canarias se han encarecido el 30,6%, una subida similar a la de Extremadura, la peor de todas, con solo una décima más que la isleña, en el 30,7%.
Los registros de Canarias, comparados con los datos promedios de España, muestran con nitidez que el archipiélago se aleja de la senda nacional. Si España tiene ahora un IPC general el 13,7% superior al del cierre de 2021, en Canarias es el 14,1%; si el país registra un encarecimiento de la cesta de la compra del 27,6%, siempre en el periodo de análisis con referencia octubre de 2023, en las islas es más: el 30,6%. Y así con prácticamente todas las variables.
Canarias, se puede afirmar, tiene un serio problema con la inflación, un problema que no está siendo corregido y que merma la capacidad de compra de las familias, sobre todo de las menos pudientes, a lo que se unen otros factores también preocupantes, de manera especial el aumento del coste de la vivienda, bien por las condiciones del mercado para alquiler y compra, bien por el incremento del tipo de interés euríbor, que prácticamente ha duplicado el coste mensual de las cuotas de créditos hipotecarios formalizados con tipos variables y con referencia el euríbor.