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Canarias deja de vender nueve millones de kilos de plátano en lo que va de año

Román Delgado

Santa Cruz de Tenerife —

De mal en peor. El plátano canario sigue sin arreglar sus durísimos problemas de comercialización, ya presentes en el ejercicio pasado, y el nuevo presidente de Asprocan, Henry Sicilia (elegido el 19 de abril pasado a propuesta de Coplaca), ni termina de dar con la tecla de la solución ni ha aportado nada nuevo e innovador para salir del entuerto, como así lo demuestran los datos de la entidad regional que éste lidera, una asociación sin ánimo de lucro que aglutina a las seis organizaciones de productores de plátanos (OPP) que en la actualidad existen en Canarias, con el mayor peso entre ellas de Coplaca. 

La verdad es que, en los pocos meses (no llega a tres) que Sicilia lleva en el principal puesto de representación de los plataneros isleños, se ha mantenido la involución que se había consolidado en la etapa final del mandato de su predecesor, Santiago Rodríguez, aún en la ejecutiva de Asprocan y a la vez vicepresidente primero de Asaga Canarias. 

Esto mismo es lo que reflejan las estadísticas de la propia Asprocan, que, hasta la semana 27 de 2016, la que se cerró el domingo 10 de julio, dibujan una situación que en nada invita al optimismo: hasta esa semana, o sea, en poco más de seis meses, las Islas, a petición de Asprocan (de su comité de comercialización y con autorización previa de la Consejería de Agricultura), habían retirado del mercado (han dejado de enviar a la Península con destino a la venta) nada más y nada menos que 9,2 millones de kilos de plátano. 

Ésta es la cantidad total que fue a parar a los complejos ambientales, con 5,8 millones de kilos hasta la semana 27 de este año (a Sicilia le gusta decir, porque es políticamente más correcto, que se destinó a la alimentación de ganado en las Islas, algo que hace reír a carcajada al propio sector, pues ese uso es mínimo, casi insignificante respecto al total de la pica), o bien se canalizó como beneficencia a través del Banco de Alimentos (3,4 millones), del 1 de enero de 2016 hasta el 10 de julio pasado. 

Más envíos al Banco de Alimentos y casi igual al vertedero 

Ese umbral de 9,2 millones es superior en algo más de un millón de kilos al nivel registrado en el mismo periodo de 2015 (8,1 millones de kilos, con 5,9 de pica, al vertedero, y 2,2 millones al Banco de Alimentos), con lo que se puede afirmar, además sin opción a la equivocación, de que el año en curso está siendo peor que el anterior, 2015, e incluso mucho menos sostenible en lo económico si se tienen en cuenta los precios medios percibidos por el agricultor platanero (lo que se le liquida y transfiere a su cuenta bancaria), que han sido más bajos y se han llegado a mantener muchas semanas en hasta los 0,30 euros por kilo (aportación inferior al coste de producción). 

Lo único que ha logrado cambiar Sicilia es que ahora tenga más peso el envío al Banco de Alimentos (lo políticamente más correcto), con 1,2 millones más de kilos en idéntico periodo, lo que a su vez implica más gastos para el cosechero, que es el que financia los costes de envío de la fruta que aporta a esta modalidad de limitación de la oferta. 

Atendiendo a las variables de retirada de fruta de lo que va de año, es muy probable que el balance final de 2016 sea aún peor que el ya muy malo del año precedente, cuando la prohibición de comercializar parte de la oferta, sobre todo por los bajos precios en Península, se mantuvo hasta la semana 31, con lo que, de ocurrir igual en el año actual, aún queda por delante un mes de dura incertidumbre. 

En el ejercicio pasado, lo que las Islas sacaron del mercado, en las dos modalidades reseñadas: pica y luego vertedero o envío al Banco de Alimentos, representó el 3% de la cifra global de plátano comercializado, con 375 millones de kilos; es decir, que, de no haberse ordenado esas prácticas, el Archipiélago hubiera exportado y comercializado en el mercado interior canario 386 millones de kilos. 

El principal cultivo y la primera actividad exportadora 

En la actualidad, el sector del plátano canario pasa por uno de sus peores momentos, con bajos precios en el único mercado de llegada (el resto de España y algo en Portugal); con picas o retiradas de fruta con destino al vertedero cada vez mejor encadenadas (salvo las semanas de la campaña electoral, para no asumir riesgos en las urnas), ya muy cerca de los seis millones de kilos (hasta la semana 27); con disminución de la cuota de venta en la Península (va ganando terreno la banana), según datos oficiales de Aduanas, y con muy malas perspectivas de futuro a corto y medio plazo, principalmente porque aumentan los casos en que el ingreso por venta del plátano no llega a cubrir los costes de producción locales e incluso ni esto se consigue con la suma de la ayuda a esta fruta integrada en el programa Posei, con 141 millones de euros a repartir entre todos los cosecheros al año, a razón de entre 0,38 y 0,40 euros por kilo. 

Canarias comercializó el año pasado, en 2015, unos 375 millones de kilos de plátanos. De esa oferta, solo 400 grandes agricultores controlaron en torno al 50%. Éstos también son los que más dinero acaparan de la ayuda global comunitaria, la de 141 millones de euros al año, abonada de dos veces y tras el cierre de los semestres naturales. 

Según los datos oficiales de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Aguas del Gobierno de Canarias, la superficie de plátano cultivada en las Islas es de unas 9.100 hectáreas, con el liderazgo de Tenerife, seguida de La Palma, Gran Canaria, La Gomera y El Hierro. De este volumen de hectáreas, 3.200 son de cultivo protegido, en invernadero o bajo malla, mientras que el resto, 5.900, se desarrolla al aire libre. El plátano es la actividad primaria que más aporta al PIB de la Comunidad Autónoma de Canarias.