En un comunicado donde cifra en “unos 20 contenedores de papas” la cantidad del producto llegada de Israel, COAG “recomienda a los consumidores que hagan el pequeño esfuerzo de leer la letra pequeña de las etiquetas para verificar que lo que compran es papa canaria, y que no puedan estafarles”.
Ya que -afirma- “previsiblemente, se venderán al público como papas canarias en las grandes superficies, y son de peor calidad que las de aquí”.
La coordinadora destaca, además, el daño que con ello se hace a los agricultores locales, ya que -explica- “este fraude se produce justo cuando los productores canarios están recogiendo su cosecha y hay bastantes papas en el mercado”. “Y la consecuencia -prosigue- será que continúe la progresiva desaparición de los cultivos que ya se está dando”.
Como prueba de esa afirmación, COAG señala que “los datos son elocuentes por sí solos: se ha pasado de las 11.360 hectáreas de cultivo en los años noventa, a las actuales 4.000”.
Y advierte: “De seguir con esta competencia desleal, se arruinará el tejido agrario”.