El año 2023 está siendo “muy bueno” para el turismo en Canarias y prácticamente en toda España, al menos en las comunidades autónomas más especializadas en esta actividad productiva. Hay más visitantes y más ingresos empresariales, e incluso la consejera del área, Jéssica de León, ya ha avanzado que será mejor en llegadas que el prepandémico de 2019 y como el ejercicio récord de 2017 (con 16 millones de visitantes totales: la suma de extranjeros y nacionales). Además, el gasto turístico global superará los 19.000 millones de euros, cerca de los 20.000, otro récord anual más. Todo cuadra, al menos en la vertiente económica y empresarial más pura; esto es, al margen del análisis de las relaciones laborales, los impactos medioambientales, los efectos negativos directos y colaterales del bum, y el reparto más equitativo de la riqueza en las islas.
Así va el negocio de bien y en cada momento esta afirmación se refuerza con el análisis de los datos oficiales que sirven organismos públicos como el Instituto Nacional de Estadística (INE), al menos por ahora y en este caso a través de la Encuesta Hotelera Turística de octubre pasado, el primer mes de la temporada de invierno en el archipiélago.
Atendiendo a esos registros, se concluye que los hoteleros canarios siguen disfrutando de un agosto continuo, al menos desde mediados de 2022 y gracias a la combinación de una mayor ocupación en sus establecimientos y al incremento de los precios facturados a sus clientes. El binomio sigue bien engrasado, también en este octubre, y todo apunta, según las previsiones de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias, que así se mantendrá en la actual temporada invernal, que coge los meses de octubre a abril de 2023 y 2024.
Canarias, junto con Baleares, es la comunidad autónoma con dominio del turismo de sol y playa que más ha visto crecer sus precios medios hoteleros en los últimos 15 años, con el 56% de subida en el primer caso y el 71% en el segundo. Estos incrementos, apoyados en un buen comportamiento general de la demanda turística tras el adiós a la covid como pandemia declarada, es muy superior al promedio de España, que se sitúa en ese mismo periodo, de 2008 a 2023, en el 40%.
Tanto Baleares como Canarias están en cotas muy lejanas del tercer invitado en esta fiesta, que es Madrid, un destino urbano (la capital de España) con el 37,2% de incremento medio de sus precios hoteleros en el mismo periodo de referencia (15 años).
Eso es lo que ha ocurrido a largo plazo, pero a corto viene a ser algo parecido, más matizado. En octubre de este año respecto al mismo mes de 2022, el alza de precios hoteleros en Canarias ha sido del 7,1%, en un periodo de 12 meses, mientras que en Baleares se ha situado en el 6,2%. El registro promedio nacional llega al 9,5% y este es más bajo que el mismo dato registrado en octubre de 2022 (11,7%), en meses en los que ya se consolidaba la salida de la crisis turística tras el impacto más intenso de la covid.
En el plano de la facturación hotelera media en España, las estadísticas del INE ya reseñadas reflejan que el dato medio por habitación ocupada (ADR) y día es de 109,9 euros, lo que implica una mejoría del 10,3% en relación con el mismo mes del año anterior. En el parámetro de ingreso promedio por habitación disponible (RevPAR) para esos establecimientos, el valor llega a 76,6 euros, con un alza aún más potente, pues es del 15,8%.
Esa ha sido la tendencia promedio a escala nacional, parecida a la descrita por Canarias en término relativos. En las islas, el ingreso por habitación ocupada y día (ADR), en términos absolutos, alcanza los 122,84 euros, cifra solo superada por Cataluña y Madrid, destinos urbanos, con un alza para el archipiélago del 6,1% en tasa anual. El precio de facturación por día y habitación ofertada en los hoteles (RevPAR) se situó en 104 euros, con un incremento anual, de octubre de 2022 al de este año, del 10,19%.
Alcanzado este punto, conviene recordar que el destino Islas Canarias, en la actual temporada de invierno y para el mes de octubre, copa la clasificación nacional de ocupación en toda España, con los cinco primeros puestos para comarcas turísticas e islas de esta comunidad autónoma.
Por ahora, la combinación es perfecta y el negocio funciona: va viento en popa y a toda vela, gracias a la fuerza que imprimen las llegadas más numerosas de visitantes, los precios más altos y, con todo ello, los ingresos totales más elevados.