BRUSELAS, 29 (EUROPA PRESS)
La canciller alemana, Angela Merkel, ha sido la gran ganadora del Consejo Europeo en Bruselas al imponer al resto de sus socios una reforma del Tratado de Lisboa para reforzar la disciplina fiscal en la eurozona y evitar que se repita una nueva crisis de deuda como la que ha afectado a Grecia, España, Portugal o Irlanda.
La presión de Merkel, que contó con el apoyo del presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha obligado a los Veintisiete a aceptar una “modificación limitada” del Tratado de Lisboa para hacer permanente el fondo de rescate de 750.000 millones de euros que se creó en mayo para asistir a los Estados miembros con problemas para refinanciar su deuda.
Alemania ha vencido la resistencia de la mayoría de Gobiernos, que recelaban de una nueva reforma cuando hace menos de un año que entró en vigor el Tratado de Lisboa, que tardó 10 años en ver la luz y tropezó durante su proceso de ratificación con referendos negativos en sus diferentes versiones en Francia, Países Bajos e Irlanda.
La reforma deberá tener en cuenta además la exigencia de Merkel de que el sector privado asuma parte de la carga, es decir, que pueda haber reestructuraciones de la deuda pública y quiebras ordenadas de Estados miembros. El presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, presentarán propuestas en diciembre y los cambios deben estar ya ratificados a mediados de 2013, cuando expira el actual mecanismo temporal, según el compromiso asumido por el Consejo Europeo.
Pero además, la canciller alemana ha logrado que Van Rompuy estudie la posibilidad de suspender el derecho de voto en las decisiones de la UE a los Estados miembros reincidentes en la indisciplina fiscal, pese a que la Comisión lo considera “inaceptable” y la mayoría de países, entre ellos España, se opone. La suspensión del derecho de voto figura en las conclusiones de la cumbre.
Merkel ha señalado al término de la reunión que “el euro saldrá reforzado” tras los acuerdos de la cumbre, en primer lugar gracias al “endurecimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y las posibles sanciones que se activarán casi automáticamente”.
“Creo que es importante crear una clara cultura de estabilidad en Europa. Esa es la base para una buena cohesión en la UE. Europa nos hace fuertes, pero esta Europa necesita reglas. Debemos tener éxito y para eso hemos dado un primer paso importante”, ha dicho la canciller alemana.
“Nos hacía falta una revisión ligera, 'light', del Tratado que facilite la tarea de nuestros amigos alemanes. No había una solución fácil”, ha argumentado por su parte el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para quien la decisión adoptada interesa especialmente “a todos los países que han sido atacados” por los mercados.
“A priori --ha proseguido-- este fondo de estabilización no se hace para Francia y para Alemania”. Sarkozy también ha elogiado el “valor” de las decisiones económicas tomadas por el gobierno griego, el español, el portugués y el irlandés tras la crisis de deuda que les ha afectado.
“Lo que hemos querido es un refuerzo sin precedentes de la solidaridad europea. Quiere decir que esta solidaridad, incluso financiera, se mostrará en caso de ataque a un país por movimientos especulativos. Eso es una buena noticia”, ha resumido Sarkozy.
CAUTELA SOBRE LAS QUIEBRAS CONTROLADAS
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha resaltado que ve con “mucha cautela” la posibilidad de que el fondo de rescate permanente permita quiebras controladas de países para que el sector privado asuma parte de la carga. “Estamos más cerca de los que están en una posición de mucha precaución a la hora de incorporar al sector privado”, ha dicho Zapatero, que se alinea así con la opinión del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.
“Mucha cautela (porque) este mensaje, sin más, tiene riesgo. Estaremos de la parte que más cautelas va a expresar”, ha subrayado el presidente del Gobierno. En todo caso, ha insistido en que la modificación del Tratado será “limitada” y que es necesaria para evitar “problemas constitucionales” en algunos de los Estados miembros, como Alemania.
“El resultado más importante de la reunión es que el Consejo Europeo ha sellado un pacto sólido pacto para reforzar el euro”, ha dicho Van Rompuy. Por su parte, Durao Barroso ha resaltado que con el fondo permanente se logrará “más estabilidad y reforzar la capacidad de la eurozona frente a situaciones como la que hemos visto recientemente de crisis de deuda soberana”.
El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, ha obtenido de sus socios una “excepción británica” que le garantiza que ni las nuevas sanciones ni el fondo de rescate afectarán a su país, según ha explicado en rueda de prensa.
Lo más probable es que, como se interpreta que el mecanismo no supone una cesión de poderes de los Estados miembros a Bruselas, los cambios del Tratado se tramiten mediante un procedimiento simplificado que no requiere una Convención previa, como quiere el Parlamento, sino únicamente una decisión del Consejo Europeo por unanimidad. Esta reforma no exigiría probablemente referéndum en Irlanda sino únicamente ratificación parlamentaria.
NUEVOS CASTIGOS EN 2011
Los jefes de Estado y de Gobierno han acordado que las nuevas sanciones a los países con déficit y desequilibrios excesivos, que suavizan las propuestas originales de la Comisión, se tramiten por la “vía rápida” para que se conviertan en ley y puedan empezar a aplicarse “para el verano de 2011”. No obstante, estos castigos no tendrán carácter retroactivo y no se impondrán a los Estados miembros que, como España, ya están expedientados por déficit excesivo.
El nuevo sistema de sanciones “permitirá mejorar la disciplina presupuestaria, ampliar la vigilancia económica, intensificar la coordinación, y constituir un marco sólido de gestión de crisis y unas instituciones más fuertes”, según se recoge en las conclusiones del Consejo Europeo. “El resultado será un fortalecimiento sustancial del pilar económico de la UEM, que consolidará la confianza y contribuirá así al crecimiento sostenible, al empleo y a la competitividad”, añaden.
Los nuevos castigos no serán casi automáticos como defendía la Comisión, sino que se deja más tiempo a los países incumplidores para corregir sus problemas y se da más peso a las decisiones políticas del Consejo Ecofin a la hora de lanzar el expediente sancionador. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, partidario de una mayor dureza, se ha negado a suscribir la reforma. Trichet se opone además a que el mecanismo permanente incluya quiebras controladas de países.
El acuerdo, alcanzado por los ministros de Economía de la UE el pasado 18 de octubre, fue posible después de que Alemania cambiara de bando y apoyara la postura más flexible de Francia, Italia o España.