WASHINGTON 31 (Reuters/EP)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, empleó su discurso semanal por radio e Internet del sábado para decir a los estadounidenses que las cifras positivas sobre crecimiento son evidencia de que la economía se está recuperando. Sin embargo, advirtió que “tenemos un gran camino por delante antes de regresar a la prosperidad” y que es posible que haya nuevas pérdidas de empleos en las próximas semanas.
La tasa de desempleo estadounidense se mantiene alta, en un 9,8%, pese al estímulo económico de 787.000 millones de dólares que Obama y sus socios demócratas aprobaron en febrero. Pero la buena noticia de esta semana para el Gobierno de Obama fue nueva información que muestra que la economía estadounidense empezó a expandirse en el tercer trimestre por primera vez en más de un año, señalando el fin de la peor recesión en 70 años.
“Ahora, crecimiento económico no es igual a más empleos”, dijo Obama en su discurso semanal. “Pero no crearemos los empleos que necesitamos a menos que la economía crezca”, agregó.
El presidente dijo que una serie de pasos tomados por el Gobierno para apuntalar la economía, incluyendo el plan de estímulo y recortes de impuestos, habían ayudado a “despuntar lo peor de la recesión”.
La Casa Blanca sostuvo el viernes que el plan de estímulo ha salvado o creado más de 640.000 empleos hasta el momento, basada en datos sobre las firmas que habían recibido préstamos o garantías con el Acto de Reinversión y Recuperación Estadounidense.
Críticos afirman que los datos son incompletos y están llenos de inconsistencias. Los republicanos, que están a favor de recortes de impuestos, afirman que el plan de estímulo no ha logrado detener la pérdida de empleos.
“Tal como he dicho varias veces, tomó años llegar hasta la crisis que hoy enfrentamos. Tomará más que algunos meses salir de ella”, dijo Obama, quien culpa a los republicanos por la crisis que heredó su Gobierno.
Demócratas y republicanos están de acuerdo en que la economía será el principal tema para las elecciones legislativas del 2010, aunque la Casa Blanca ha desestimado las sugerencias de que el proceso será una prueba para Obama y sus políticas.