El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este domingo que a lo largo de la semana va a presionar a los líderes mundiales para que establezcan los mecanismos para equilibrar la economía mundial en respuesta a la crisis financiera.
Obama aplaudió los “signos de recuperación” de la economía estadounidense a pesar de las altas cifras de desempleo, y señaló que ahora es el momento de impulsar el desarrollo financiero mundial tras décadas de consumo de Estados Unidos.
“No podemos volver a la era en la cual los chinos o los alemanes u otros países nos vendían todo a nosotros. Estábamos generando una gran deuda en tarjetas de crédito o prestamos hipotecarios sin venderles nada a ellos”, precisó el inquilino de la Casa Blanca en una entrevista a la CNN.
Por su parte, los gobiernos europeos seguían presionando por un acuerdo para reducir los bonos y pagos a banqueros, cuando faltan tres días para la cumbre que reunirá a las principales economías mundiales y países emergentes en Pittsburgh (Pensylvania).
El encuentro del 24 y 25 de septiembre supone la tercera ocasión en menos de un año en que los líderes de países que representan cerca del 85 por ciento de la economía mundial se reúnen para coordinar sus respuesta a la crisis. “Eso es en parte lo que la reunión del G-20 tratará; asegurar que exista una economía más equilibrada”, recalcó el demócrata.
Los analistas económicos llevaban advirtiendo años antes de que la crisis estallara en 2007, del peligro que suponía el desequilibrio de la economía mundial, debido a los enormes superávit comerciales e incrementos de reservas en divisas de parte de exportadores como China.
Con la mirada puesta en China
Con los consumidores estadounidenses conteniendo el ritmo económico tras la caída de los precios de las viviendas y ante el incesante incremento del desempleo, Washington promulga la transformasción de los motores del crecimiento.
Al respecto la mayoría de llamamientos han tenido como destinatario China, a cuya población instan que inviertan en más gasto. No obstante, según señala la cadena norteamericana, es poco probable que haya un cambio significativo en la política financiera cuando el presidente chino, Hu Jintao, se reúa con Obama esta semana sobre todo después de que el Gobierno del gigante asiático reaccionase a los aranceles de emergencia impuestos a la importación de neumáticos chinos.
Algunos economistas temen que la disputa sobre neumáticos pueda hacer más difícil que los líderes renueven sus promesas de evitar el proteccionismo durante la reunión Pittsburgh, y mucho menos discutir una gran reforma de la economía mundial.