BRUSELAS, 9 (EUROPA PRESS)
Los ministros de Industria de la UE han aprobado avanzar sin España e Italia en una 'cooperación reforzada' para crear una patente europea unitaria que reduzca los costes para los innovadores y que se tramitará en inglés, francés o alemán. Madrid y Roma han votado en contra de esta iniciativa por considerar que discrimina al español y al italiano y han anunciado un recurso ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo.
Pese a contar con el apoyo de 25 de los 27 Estados miembros, los planes para crear una patente única se han visto dificultados por el fallo de este martes de la justicia europea que declaró ilegal el proyecto de poner en marcha un tribunal europeo de patentes. La sentencia dice que el nuevo órgano usurparía competencias de los tribunales nacionales y del propio TUE.
El secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, ha resaltado que el fallo del Tribunal “da la razón al Gobierno de España” y ha lamentado que pese a todo el resto de países de la UE hayan decidido dar un “salto al vacío sin paracaídas” y hayan aprobado una patente unitaria que a su juicio “ha nacido muerta”. “Estamos ante una decisión apresurada y temeraria”, ha criticado.
“Nosotros hemos anunciado ya que vamos a recurrir esta decisión del Consejo ante el Tribunal de Luxemburgo. Creemos que se trata de una decisión que discrimina al español respecto a otras lenguas y que discrimina a las empresas españolas y afecta a la competitividad”, ha subrayado el secretario de Estado para la UE.
Por su parte, el secretario de Estado húngaro de estrategia económica, Zoltán Cséfalvay, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha indicado que se trata de un “día histórico para la innovación” en Europa gracias a la aprobación de la patente. La ausencia de una patente unitaria provoca pérdidas de entre 700 y 800 millones de euros al año a las compañías europeas, según los cálculos de la presidencia. A juicio de Cséfalvay, la futura patente aumentará la capacidad de innovación de la UE.
El comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, ha anunciado que el 30 de marzo presentará propuestas para dar contenido a la nueva patente. En paralelo, la Comisión y los Estados miembros trabajarán en las próximas semanas para resolver los problemas detectados por el Tribunal en el sistema de resolución de litigios.
Barnier ha explicado que el Gobierno español y el italiano podrán sumarse “cuando quieran” a la cooperación reforzada. Y ha sostenido que “no hay ninguna discriminación”. “Todas las empresas europeas, incluidas las españolas y las italianas, podrán utilizar la patente de la misma manera”, ha dicho.
En la actualidad, la Oficina Europea de Patentes (OEP), un organismo de la intergubernamental Organización Europea de Patentes, formada por 37 países, examina las solicitudes de patentes y se encarga de conceder una patente europea si se cumplen las condiciones pertinentes.
No obstante, para que la patente concedida surta efecto en un Estado miembro, el inventor debe solicitar su validación nacional en cada país donde desee que su patente quede protegida. Este procedimiento entraña costes administrativos y de traducción añadidos considerables.
Una patente europea validada, por ejemplo, en trece países cuesta hasta 18.000 euros, de los que 10.000 corresponden únicamente a los gastos de traducción, de manera que una patente europea es diez veces más cara que una estadounidense, que cuesta unos 1.850 euros. Debido a los costes que esto supone, la mayoría de los inventores solo patentan su invento en un número muy limitado de Estados miembros.