Los huertos urbanos de Las Palmas de Gran Canaria, en precario desde 2018
Carlos Gomez lleva esperando para poder acceder a un huerto urbano en Las Palmas de Gran Canaria desde 2017, pero los retrasos del Ayuntamiento para sacar a concurso una nueva adjudicación de parcelas ha impedido que la renovación de una actividad que contribuye a fomentar la colaboración comunitaria, la integración social o la educación ambiental. “Deben sacar las nuevas bases porque se abandonan”, reclama.
La concejala de Sostenibilidad Ambiental del Ayuntamiento, Belén Hidalgo, explica que en 2015 se autorizó “por última vez” la cesión temporal de las parcelas de los huertos y “desde 2018 están sin actualizar, en precario”. En total, se adjudicaron 327 parcelas en once huertos de la ciudad capitalina ubicados en Siete Palmas, El Polvorín, El Pambaso, Pino Apolinario, El Lasso, La Mayordomía, El Amanecer, Calle Luchana, Jinámar y La Chimenea. Hidalgo dice que hay terrenos que se siguen cultivando, pero reconoce que algunas parcelas “se han abandonado”.
Aunque los huertos existen en Las Palmas de Gran Canaria desde su fundación en el siglo XV, es en la entrada al siglo XXI cuando empiezan a tomar forma como terrenos públicos gestionados por el Consistorio para uso colectivo de forma temporal; hace dos décadas se creó un proyecto de educación ambiental destinado a escolares que visitaban las parcelas ubicadas en Salto del Negro. Posteriormente se crearon nuevos huertos en Siete Palmas, el Polvorín, La Mayordomía, El Lasso o Pino Apolinario hasta que en 2013 se constituye la Red Municipal de Huertos Urbanos de Las Palmas de Gran Canaria, fijando un reglamento de uso y gestión común.
Fruto de esta iniciativa se sacaron a concurso las parcelas municipales en base a un pliego que fijaba las actividades a las que se podrían destinar y los requisitos para acceder a los terrenos, tanto personas de título individual como colectivos. Pero una vez vencido el contrato, Hidalgo sostiene que la falta de personal en la Concejalía de Sostenibilidad Ambiental ha impedido renovar el concurso. “Ha habido una baja permanente y otra de larga duración en un servicio formado un auxiliar administrativo, una técnica que es trabajadora social y activa en la relación con los hortelanos, un sociólogo y el jefe de servicios de toda la sección”, explica la concejala.
La concejala matiza que hay parcelas que se siguen cultivando, como en Siete Palmas o La Mayordomía, e incluso en abril, durante el confinamiento, se donaron alimentos a la entidad social Cáritas Diocesana de Canarias. Pero algunos adjudicatarios de parcelas en el último concurso han ido dejado de desarrollar la actividad y los terrenos se han degradado progresivamente. Incluso se dan situaciones de ocupaciones de parcelas por personas que no han sido adjudicatarias de las mismas. “Empieza a haber fricciones y esto se hace urgente”, reconoce Hidalgo.
En este sentido, la concejala espera que el nuevo concurso pueda estar listo en “enero o febrero” de 2012 y explica que se enfocará principalmente a la inclusión social, para que las personas que se encuentran en desempleo o en una situación de dependencia puedan acceder a un huerto. Hidalgo remarca que esta actividad no tiene un beneficio económico “más allá de llevarte la verdura a casa”. Se trata de “sensibilizar”, unir “lo social y lo ambiental”.
El aula de la naturaleza Fuente Morales
El aula de la naturaleza Fuente Morales, ubicada en el barranco del Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria, se inauguró en 2006 por un millón de euros como punto de encuentro para dar a conocer el paisaje de un enclave rural situado cerca del casco histórico de la ciudad capitalina, sobre todo a estudiantes; pero en los años de la crisis económica, se abandonó y esta situación “se ha prologando en el tiempo”, según explica Hidalgo.
La concejala asegura que la intención del actual gobierno del Ayuntamiento es recuperar tanto el aula como su entorno. “El barranco del Guiniguada ha sufrido una gran transformación y supone un lugar de esparcimiento muy cercano al centro de la ciudad, que incluye un sendero se se inicia con el huerto del Pambaso”. Por ello, estima que “Fuente Morales debe recuperarse con enfoque agroambiental” y con una perspectiva se “sensibilización”.
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