En la isla de Gran Canaria existen en la actualidad algo más de 20 pastores trashumantes según cifra la obra de Yuri Millares y Tato Goncalvez Los últimos trashumantes de Canarias, un libro que investiga, retrata y difunde la vida de los que aún se dedican a domesticar a unos animales determinados para acoplar sus movimientos a los ritmos productivos de la naturaleza.
“Los aborígenes isleños eran, sobre todo, un pueblo de pastores de cabras que iban moviendo su residencia de costa a cumbre, buscando en cada época del año los mejores pastos para sus rebaños” explica el mestro quesero y técnico del Cabildo de Gran Canaria Isidoro Jiménez, en el prólogo de la obra.
Gran Canaria es el último, concretamente el norte, reducto de pastores que practican la trashumancia en todo el Archipiélago, aunque algunos también se han establecido en el sur. Juan Capote Álvarez, biólogo, doctor en Veterinaria e investigador del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias, explica en el artículo Expulsado de muchos sitios sin base científica, cómo las instituciones eliminaron “una convivencia entre animal y hábitat de 2.000 años” sin contar con los ganaderos para crear espacios naturales protegidos argumentanto que la trashumancia era “perminiciosa” para la flora autóctona “sin base científica alguna”.
Ahora, tras cuatro días en los que un incendio ha quemado 2.700 hectáreas (en sus primeras cuatro horas se comió 1.000) en la cumbre, el Cabildo de Gran Canaria ha propiciado en la mañana de este sábado un encuentro en la Cruz de Tejeda con pastores trashumantes (y medios de comunicación) para anunciar que están estudiando pagarles para que sus rebaños pasten en el monte como medida contra incendios.
Aún no saben bien cómo lo harán, pero desde la consejería de Medio Ambiente esperan poder llevarlo a cabo mediante contratos, es decir -como se hace en otros países e incluso en fincas privadas de Gran Canaria- pagar para que las ovejas pasten en espacios naturales porque al comer limpian el monte a ras de suelo, donde el fuego corre más rápidamente si tiene de qué alimentarse.
Los protagonistas del encuentro también le comentaron a la Corporación insular la relación que mantiene con la nueva generación de pastores, insistiendo en la necesidad de que vean a las instituciones como aliados y no como aquellos que tratan de cohartar la libertad de movimientos de los rebaños.
Desde la Consejería de Medio Ambiente han reconocido que la recuperación de los usos tradicionales del campo, aplicando criterios modernos, es la única política eficaz para acabar con los incendios y ha aprovechado para recordar las diferentes medidas que desde el Cabildo se toman en ese sentido desde hace años.
Sin embargo, matizan que incendios siempre habrán y que es imposible tener toda la maleza y la vegetación como antes, cuando existía ganadería y agricultura abundante.