Los productores de plátano en Canarias han visto reducida su oferta de fruta de forma considerable respecto a años anteriores en prácticamente el último bimestre, lo que tiene que ver con las condiciones meteorológicas, informó este lunes en una nota de prensa la organización Asprocan. Como contrapartida, el precio en amarillo en los mercados centrales de la Península se mantiene a niveles razonables, por encima de un euro por kilo; en esto ha influido la menor entrada de banana en lo que va de año respecto al mismo periodo de 2017.
En los años 2016 y 2017 se registraron temperaturas récord que pusieron la producción canaria de plátano en niveles de máximos históricos en el mismo periodo, lo que incluso motivó la aplicación de la retirada de fruta del mercado (la llamada pica) para mantener niveles de precio más o menos aceptables.
Ese fuerte incremento se mantiene como tendencia de fondo, pero la fría primavera, así como los daños por el viento de principios de año, han tenido como efecto a corto plazo un fuerte recorte de la fruta cortada, explica la entidad que defiende los intereses del sector platanero en las islas.
En el caso del viento, las fuertes rachas sufridas a finales del primer trimestre causaron una pérdida de más de 14,5 millones de kilos de plátano en unas 3.500 hectáreas de terreno, de las 9.000 que comprende el cultivo. Además, las plataneras afectadas se han visto perjudicadas a posteriori por una ralentización de su desarrollo vegetativo y, por lo tanto, de su capacidad productiva.
En la comparativa con el año pasado, solo en la semana 25 del mes de junio se ha reducido la producción en más de tres millones de kilos, lo que supone una disminución del 38,9% en relación con ese mismo periodo de 2017. Además, se trata del dato más bajo de los últimos 10 años para esa misma etapa, con 4.850.942 kilos producidos.
En las últimas semanas se ha agudizado la caída, con un descenso de la producción significativo desde mayo pasado. Si se toma como referencia los meses de mayo y junio, la producción comercializada ha sido de 4.870 toneladas, un nivel el 30% más bajo que la media de los últimos tres años, en 6.960 toneladas.