Nueva Canarias (NC) ha denunciado este martes el “acaparamiento y la especulación” que se está produciendo por parte de algunos operadores locales del Régimen Específico de Abastecimiento (REA) con artículos traídos a las islas desde el resto de la Unión Europea (UE) y beneficiados por las ayudas comunitarias.
Ello ha ocasionado que algunos destinatarios finales de esas mercancías, por ejemplo los ganaderos locales, ya no tengan cupo (cantidades disponibles) para importar con subsidios el alimento de sus animales y que se espere un alza de precios. Hay que recordar que el sistema REA también posibilita introducir algunas mercancías sin el pago del Arancel Aduanero Común (AAC) cuando se traen de países terceros.
El mecanismo comunitario conocido como REA, que está integrado en el Posei y presta apoyo público a la importación desde Canarias de un listado de productos básicos (alimentos, materias primas e insumos de alimentación, con una ficha máxima de 72,7 millones de euros por año), vuelve a estar, y lo hace una vez más, en entredicho, algo que además ocurre pese a los cambios, en teoría para mejorar, introducidos el año pasado y de aplicación a partir de este en la gestión de mercancías como la paja y la alfalfa, que pasaron de estar en un mismo balance de aprovisionamiento a separarse en dos en 2018. La solución propuesta por Agricultura de poco ha servido, como ahora se ve.
La formación política presidida por Román Rodríguez realizó aquella afirmación tras comprobar que en los cinco primeros meses del año ya se han agotado los cupos de todos los balances de aprovisionamiento con insumos para la alimentación de ganado en las islas. Ese partido se refiere a que los balances de paja (en esta campaña por separado y con 72 euros por tonelada de ayuda), alfalfa y raigrás (72 euros), y de materias primas para la producción de piensos (100), este con destino a la industria, se hallen desde finales de mayo pasado totalmente finiquitados, siete meses antes de que termine el ejercicio anual.
Al finalizar el mes de mayo, se han consumido los 220 millones de kilos de cereales (millo, avena, cebada) y soja (para uso industrial) que existen en el balance del REA para todo el año 2018. Al mismo tiempo, se han agotado los 86 millones de kilos de alfalfa (53 millones) y de paja (33 millones) existentes en dos balances del REA para el mismo ejercicio.
Por lo tanto, asegura NC, como también ya lo hacen muchos ganaderos locales, en cinco meses un grupo muy pequeño de operadores ha consumido la totalidad de los productos del REA necesarios para la producción ganadera en Canarias, cantidades que, en teoría, se han definido para el consumo a lo largo de todo el año.
Este hecho, afirma el mismo partido, es “muy grave pues no tiene explicación el aumento de la demanda en esa magnitud por parte de los ganaderos locales, sino que se trata de una práctica comercial de acaparamiento y especulación de pocos operadores. Estos han ejercido el control de la totalidad de esos productos”.
Los operadores que han importado todas las cantidades fijadas en esos tres balances han cobrado, o cobrarán (se tarda un mes y medio en recibir las ayudas desde que se presenta la solicitud), con las operaciones realizadas 28,2 millones de euros en ayudas del REA (22 millones por cereales y soja y unos 6,2 millones por la paja y la alfalfa, si se suman estos dos). Esas cantidades suponen el 43% de la ficha financiera del REA prevista para todo el año 2018 (en torno a los 65 millones de euros en la actualidad y nunca superior al umbral de 72,7 millones, como ya se ha dicho).
La situación que se ha creado en las islas obliga a los consumidores de esos productos a comprar a las entidades que han acaparado los cupos, lo que, sin duda, encarecerá el acceso a esas materias primas o insumos de alimentación. Si se quieren traer de fuera, ya no podrá ser con apoyo público, lo que también sube los costes.
Antes esta coyuntura, muy negativa para los intereses de los ganaderos, NC ha propuesto al consejero de Economía que adopte las siguientes medidas:
“1) Que abra un expediente a los operadores que están detrás de este fenómeno de acaparamiento para que expliquen su conducta, que, de no ajustarse a la finalidad y la normativa del REA, deberá tener las consecuencias administrativas oportunas.
2) Que por parte de los organismos competentes del Gobierno de Canarias se establezcan controles singulares para estos operadores, para verificar que a lo largo de todo el año 2018 se repercute la ayuda cobrada en el nivel de los costes de producción y así dar lugar a una reducción de los precios que pagan los ganaderos. Especialmente se debe ser vigilante para que no se incorporen los incrementos de los costes de producción derivados del acaparamiento [costes de almacenamiento] en el precio que pagan los ganaderos.
3) Que por parte de la Consejería se establezcan las medidas necesarias para evitar que esta situación se pueda reproducir en el año 2019“.
Las consecuencias ya están a la vista
En relación con este mismo problema, ya hay manifestaciones muy nítidas de algunas entidades agrarias locales que hablan a las claras de las estrategias elegidas por algunos para evitar quedarse sin alimento importado con ayudas durante el año en curso, algo que sí les ocurrió en 2017, cuando los consumos se completaron en agosto.
Por ejemplo, una cooperativa grancanaria no ha tardado en comunicar a sus ganaderos que, “debido a la situación que estamos atravesando con el REA, que, como ustedes saben, el año pasado se acabó a finales de agosto y este año a finales de mayo, y con la única intención de preservar los intereses de nuestros ganaderos, nos hemos visto en la obligación de acaparar tanto cereal como forraje para no perder dicha subvención”. Así de clarito lo han dicho. Se ha caído en una especie de carrera de barcos.
En la misma comunicación, se puede leer que “todos los años hemos soportado” el hecho de no tener opción a dicha subvención “porque otros importadores han hecho acopio y nos han dejado fuera del mercado”.
La notificación de esa cooperativa se remata con un... “debido a esto, y a la subida de las materias primas, nos vemos obligados a subir los precios; por supuesto, siempre ofreciendo una buena calidad y con productos de primera”. Dicho de otra manera, la carga se traspasa a la cuenta de resultados del ganadero local.