Artenara, el pueblo más alto de Gran Canaria, ve desde el pasado mes de septiembre el cielo con más claridad gracias al cambio de la luminaria de las 100 farolas con las que cuentan en el casco del municipio, que han pasado de una luz amarilla proveniente de los focos de vapor de sodio a la iluminación ámbar que desprenden las bombillas led.
Según explica el alcalde Roberto García, el cambio fue realizado por la empresa Electro Berma y con la nueva instalación se consigue un ahorro de hasta el 40% por cada bombilla sustituida. No es el único ahorro energético en el municipio ya que también las oficinas municipales tienen en sus cubiertas instaladas placas fotovoltaicas que ya han permitido obtener un ahorro del 50%.
Desde el Ayuntamiento comentan que además las nuevas farolas cuentan con el certificado del Instituto de Astrofísica de Canarias y que en la instalación se han tenido en cuenta sus recomendaciones, de manera que el haz de luz apunta hacia el suelo en vez de hacia el cielo. “Al principio la gente se quejaba de la oscuridad porque estaba adaptada a otra intensidad, pero ahora ya están acostumbrados” cuenta García, quien añade que desde la lejanía el casco del pueblo parece que está en penumbra.
El municipio cuenta con 600 puntos de luz y el Ayuntamiento quiere realizar los cambios en el 100% de sus instalaciones. Así, el alcalde García anuncia que para este año esperan poder emplear subvenciones de la Consejería de Industria para establecer las luces led en hasta 200 farolas que están fuera del casco.
El primer edil resalta que si antes para observar el firmamento con facilidad era necesario ir a otros rincones fuera del casco municipal, ahora se pueden diferenciar las constelaciones y estrellas desde el mismo mirador del Poeta, que se encuentra en lo alto del pueblo.
Así mismo, el municipio aprobó el pasado mes de diciembre el apoyo institucional a la moción del Cabildo de Gran Canaria con la que pretenden preservar la calidad del cielo nocturno en el ámbito de la Reserva de la Biosfera de Gran Canaria, donde se encuentra Artenara, y lograr la Declaración Reserva Starlight de la Unesco, con el que fomentar el astroturismo como un importante atractivo de la Isla.
En esa moción del Cabildo se hace hincapié en que ya los antiguos pobladores de Gran Canaria buscaban respuestas a sus inquietudes religiosas en lugares cargados de misticismo y relacionados con la astronomía como el caso de Risco Caído, situado en Artenara, por lo que “es fundamental honrar a los antepasados grancanarios y poner en valor el cielo como recurso natural y protegerlo de forma sostenible para poder disfrutar con la experiencia única que supone la observación de las estrellas”.