La energía extra de Canarias para desprenderse del petróleo está en las entrañas de la tierra
En las Montañas del Fuego, en el Parque Nacional de Timanfaya, el calor que emana de la tierra es un reclamo turístico. Surgidas tras las erupciones que asolaron Lanzarote entre 1730 y 1736, en el Islote del Hilario se forman géiseres al entrar en contacto el agua con las altas temperaturas del subsuelo. Allí, el artista César Manrique ideó el restaurante El Diablo, donde su horno cocina con el calor natural de la tierra. Desde los años 70 del siglo XX, se han realizado estudios exploratorios de todo tipo en el área de 11.000 metros cuadrados que abarca Timanfaya, con el objetivo de identificar su potencial geotérmico, es decir, convertir ese calor en una fuente de energía renovable para generar electricidad o bien obtener un recurso térmico que se pueda suministrar al sector industrial, residencial o turístico.
Las anomalías térmicas detectadas en la zona, donde se llegó a realizar un sondeo de 2.702 metros de profundidad, obedecen a un modelo geotérmico de roca caliente seca y superficial y se generan por un resto magmático de las erupciones del siglo XVIII. Se han identificado temperaturas de 250 grados superficiales y de más de 600 grados a tan solo 13 metros de profundidad. Para que la energía geotérmica sirva para generar electricidad, debe superar los 200 grados, es decir, que sea de alta antalpía. Sin embargo, aún no es posible aprovechar este recurso como fuente renovable porque está muy cerca de la superficie y con las tecnologías existentes en la actualidad no se puede explotar sin que suponga un impacto al Parque Nacional de Timanfaya.
En el Plan de Transición Energética de Canarias (PTECan), elaborado por el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), la geotermia es una de las ocho estrategias analizadas para lograr en 2030 que el 60% de la demanda eléctrica de las Islas provenga de fuentes renovables. Y, a partir de ese momento, se revisarán las acciones realizadas para establecer los siguientes pasos de cara a conseguir el objetivo marcado por la Comunidad Autónoma: la descarbonización total de la economía de las islas en 2040, diez años antes de la fecha fijada por la ONU.
“Nos hemos planteado como objetivo principal dar a conocer la energía geotermia y las posibilidades que ofrece este recurso en las Islas” para responder a la pregunta “¿cómo puede contribuir la geotermia al objetivo de descarbonizar la energía en 2040?”, explicaba Cathaysa de la Cruz, técnica del ITC, durante unas jornadas divulgativas para detallar el PTECan.
La geotermia es una fuente de energía renovable que no depende de las condiciones meteorológicas ni climáticas, a diferencia de la eólica o fotovoltaica, lo que puede aportar mayor gestionabilidad y seguridad al sistema eléctrico. “En el caso de confirmarse la existencia de recurso geotérmico de alta entalpía sería altamente recomendable el uso de esta alternativa como medio para obtener energía renovable gestionable, operando estas centrales como base de los sistemas eléctricos y proveyendo servicios de ajuste al sistema semejantes a los que actualmente ofrece la generación térmica convencional”, señala el documento.
En el Archipiélago se ha identificado potencial de energía geotérmica de alta antalpía en cuatro islas: Lanzarote, Tenerife, La Palma y Gran Canaria. Sobre este asunto se han publicado aproximadamente 60 artículos en revistas científicas basados en trabajos exploratorios, es decir, la primera fase del proceso de explotación del recurso en el que básicamente se recopila toda la información disponible y se realizan análisis geológicos, geoquímicos y geofísicos de forma superficial para acotar las zonas susceptibles de contar con más calor en el subsuelo.
Sin embargo, pocos han pasado de la primera etapa y han avanzado hacia la denominada fase de investigación, en la que se ejecutan sondeos para definir el coste y las implicaciones medioambientales que supondría la explotación del recurso mediante perforaciones, junto a la construcción de una planta o central, ya en la siguiente fase, de explotación.
En líneas generales, el documento elaborado por el ITC concluye que es necesario elaborar de forma urgente un plan de acción de la geotermia que posibilite avanzar en el estudio de la instalación de, al menos, una central de geotermia de alta entalpía en Canarias. Los tiempos de ejecución en el desarrollo de un proyecto de este tipo se estiman de entre 4 a 7 años. Lanzarote podría contar con energía suficiente para generar más de 400 MW; en cuanto a Gran Canaria y Tenerife, interesa que las potencias de generación en los yacimientos se aproximen a valores entre 100 y 200 MW. Y en La Palma, bastaría con una potencia de entre 10 y 20 MW.
En la Isla Bonita, Celestino García, ingeniero de minas del Instituto Geológico y Minero de España, explicaba en un debate organizado por el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) en el marco de la feria GENERA 2021 el pasado mes de noviembre, que se podría producir la mayor parte de la demanda energética con geotermia. Cathaysa de la Cruz explicó que La Palma presenta gran interés en este sentido al ser una isla joven con volcanismo activo, sobre todo en los dorsales de Cumbre Vieja, donde se destapó el volcán el 19 de septiembre; sin embargo, los estudios realizados deberán actualizarse con nuevos trabajos de exploración “porque el subsuelo ha cambiado”.
Al ser imposible la interconexión eléctrica de La Palma con otras islas del Archipiélago, el documento del ITC establece que una central geotérmica de potencia comprendida entre los 10 - 20 MW podría contribuir a mejorar el modelo energético en la transición hacia las renovables, basado principalmente en eólica y fotovoltaica junto a sistemas de almacenamiento.
En Lanzarote, la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias anunció un proyecto colaborativo con un grupo de investigación de la Universidad de Navarra para estudiar la viabilidad de instalar un prototipo de energía geotérmica termoeléctrica en el Islote del Hilario. El objetivo es poder suministrar 12 KWh de renovables procedentes del calor del subsuelo a infraestructuras del Parque Nacional de Timanfaya sin producir afección al medio ambiente. Más allá de este proyecto, el documento del ITC recomienda seguir explorando otras zonas cercanas al Parque Nacional para detectar otras posibles anomalías térmicas.
La Estrategia de la Geotermia en Canarias recomienda priorizar las actuaciones en Tenerife, la segunda isla más estudiada en este sentido después de Lanzarote, donde también se ha realizado un sondeo. “El grado de conocimiento y madurez de las exploraciones es el más alto de toda Canarias, reconociéndose la zona de Garehagua II como la de mayor interés”, señala el documento, refiriéndose a un área ubicada en el sur, donde no habría restricciones a la hora de acometer actuaciones. Además, las investigaciones realizadas apuntan al gran potencial para aprovechar esa energía a través de una planta de generación geotérmica. Por ello, es la principal candidata a pasar a la fase de investigación, es decir, a la ejecución de nuevos sondeos.
También se han realizado numerosos estudios en Gran Canaria, donde el potencial es de media antalpía, sobre todo al este de la isla cerca de la costa. Es decir, entre 100 y 200 grados, que permitiría diferentes aprovechamientos como aplicaciones relacionadas con la climatización y refrigeración, la desalación de agua de mar o la producción de biodiesel. Este recurso y el de y muy baja antalpía (menos de 100 grados) se encuentran presentes en todas las Islas y existen unas 32 instalaciones repartidas entre Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife.
Esta opción emplea bombas de calor y se nutre de masas de aguas subterráneas, a profundidades de entre 2 y 200 metros. Por lo que su implantación va ligada a los diferentes planes hidrológicos de las Islas, ya que lo más importante para extraer este recurso es evitar la contaminación de los acuíferos. Para ello, Cathaysa de la Cruz considera fundamental realizar un estudio de cómo se cubre la demanda de calor en las Islas, ya que es un campo que a diferencia del transporte o del sector eléctrico, no cuenta con una investigación. Así, se podría descarbonizar los sectores industriales, alojativos o turísticos relacionados con la climatización.
Para lograr todo ello, el ITC considera importante fijarse en el ejemplo de otros países como Islandia, donde la energía geotérmica está muy avanzada. De hecho, el documento refleja que las condiciones en las Islas pueden ser similares a las de Islandia “hace 40 años”. Allí, el desarrollo de esta tecnología ha sido llevado a cabo por compañías estatales, con sondeos promovidos por instituciones gubernamentales que dan paso a entidades privadas en la fase de explotación.
Y es que en la geotermia, el papel que juegan las administraciones públicas es fundamental, sobre todo en financiación, ya que se trata de una tecnología muy costosa. “Se concluye que entre el 76 y 90% de los proyectos de geotermia usan alguna forma de apoyo público ya sean créditos, subvenciones o incentivos a la inversión para garantizar la puesta en marcha de los proyectos”, señala el texto. El ITC calcula que para confirmar la existencia de recurso geotérmico en las islas con potencial se requiere una inversión de aproximadamente 900.000 euros en fase de exploración y de entre 28 y 84 millones de euros para investigación.
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