Sobre dos ejes ya manidos ha girado este miércoles el interrogatorio de dos letrados de la defensa al inspector de Policía encargado de la investigación de Grupo Europa, dentro del caso Faycán, pero con un punto más de ruido: si una misma prueba, la conocida “libreta de Toñi Torres”, sirvió para imputar varios delitos a diferentes personas, en Faycán primero y más tarde en esta pieza separada, y si Canarias Ahora hizo un montaje con la denuncia del exgerente de esta promotora de viviendas sociales implicada en una trama en Telde, con el fin de engañar a policías, fiscal y juez, se entiende. Y al mismo denunciante, es de suponer...
La teoría de la conspiración del PP, blandida como estandarte victimista por el ministro José Manuel Soria desde 2009, se desbordó en toda su extensión, ramificaciones y hasta versiones a lo largo de una nueva sesión del juicio que se celebra en la Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) contra el diputado autonómico del PP Jorge Rodríguez y otros seis acusados. Con insistencia, y a veces vehemencia, tanto el letrado del empresario contratante del político, Antón Marín, como después el del diputado, quisieron demostrar y hacer confesar al policía su línea argumental de defensa: todo es un montaje. Hasta uno de ellos mentó a Rubalcaba en su etapa al frente del Ministerio del Interior. Y otro si “alguien del Ministerio de Justicia” había influido en la investigación.
Esta vez, a diferencia de sesiones anteriores, “la historieta” que definió el promotor Antón en relación a la denuncia de su exgerente, Benítez Cambreleng, ya no sería en busca del provecho propio, que también -el dinero que dice Cambreleng haberse repartido a políticos y funcionarios de Telde sería un robo a su jefe para pagar su chalé, según los seis que comparten mesa de abogados con el también coimputado-, sino para un fin superior como manchar el buen nombre del PP dentro de una campaña orquestada desde el PSOE en pleno proceso electoral de 2007. La “historieta” pasa a ser, formalmente para las defensas, una conspiración en toda regla en la que se ha visto atrapado el diputado Jorge Rodríguez en las cloacas y cañerías del Estado. De Rubalcaba, por supuesto.
Pero no hubo manera de hacer crecer más la bola conspiranoica. A lo largo de seis horas y media de declaración, el inspector responsable de la investigación volvió a ratificar todo lo expuesto en el interrogatorio del fiscal: que la ingente información facilitada por Benítez Cambreleng tenía muchos visos de verosimilitud con las pesquisas y el modus operandi que los investigadores conocían de los políticos del PP y Ciuca en el Ayuntamiento de Telde, y la “historieta” contaba con una gran documental aportada por el denunciante -“meras fotocopias”, a juicio de las defensas- y otras que fueron comprobando los policías por vías diferentes durante la instrucción.
Las defensas del empresario y el político, únicas que interrogaron este miércoles al policía, prefirieron centrarse en el motivo inicial que abrió la investigación del caso -el inspector ha reiterado ya que el inicio se debe a la denuncia del exgerente, y a nada más- para demostrar que se utilizó una misma prueba, la libreta de Toñi Torres donde figuraba “grapada” la hoja de un bloc de un hotel de Venecia con el apunte “240.000 - viviendas”, tanto para imputar en noviembre de 2006 al exalcalde de Telde Paco Valido y a su grupo de gobierno por recibir sobornos de otras empresas, como en abril de 2007 a los acusados de Grupo Europa.
La documental 457 -la famosa libreta con motivos de Mickey Mouse y adherida a ella, una hoja de un bloc de hotel- dio vueltas durante toda la mañana en un extenso interrogatorio por parte del letrado de Antón Marín, Juan David García, que le fue rebatido por el propio testigo, manteniendo que la hoja del bloc del hotel veneciano donde figuraba ese apunte vino a ser un indicio más, posterior, de que el relato de Benítez Cambreleng cuadraba con sus investigaciones en todo el entramado del caso Faycán contra la corrupción en Telde.
Con críticas al modo de operar policial, la cadena de custodia o cómo se trasladó al juzgado la documental aportada por Cambreleng -“no puedo remitir al juzgado trocitos de un puzzle, debemos completar toda la información”, dijo el policía-, las defensas han querido extender la duda sobre el agente, al sacar a relucir que está imputado en San Bartolomé de Tirajana, junto a su superior y un compañero, además de este periodista de Canarias Ahora, después de una querella interpuesta por su antecesor en la investigación, un inspector que fue cesado, detenido e imputado por revelación de secretos en 2006, caso ya archivado; y presente todos estos días en la Sala.
“Bueno, a la vista de la acusación que le hace un compañero, nada más y nada menos, y que usted no sabe si fue un bloc entero o una hoja suelta...¿usted ha manipulado las pruebas?”, espetó el abogado al policía, sin que el tribunal permitiera que respondiera. La defensa de Antón incluso preguntó al policía por su nuevo destino, de libre designación en la Delegación de la Agencia Tributaria en Las Palmas, y si cobraba más dinero y trabajaba menos, en insinuación de haber sido premiado, cuando en realidad, según aclaró él mismo, fue cesado en 2012 de la Brigada de Información y enviado a Seguridad Ciudadana. Cosas, estas sí, del Partido Popular, según tiene constancia este periódico.
Los pagos a José Luis Mena
Los pagos a José Luis MenaLa teoría de la conspiración dejó en esta sesión a un lado aspectos concretos del escrito de acusación del fiscal, como los pagos, reuniones y manejos previos para amañar un concurso de asesoramiento a la empresa municipal Urvitel en materia de viviendas, y centró casi todo su discurso en desprestigiar al funcionario del Cuerpo Nacional de Policía, quien rebatió uno a uno todos esos argumentos, hasta el punto de explicar, en el caso del baile de fechas en los supuestos pagos de comisiones ilegales al ex jefe de Urbanismo José Luis Mena, que “no era una mecánica de te pago, favor; te pago, favor; sino que eran dos personas clave”, para desmontar la teoría de que, ya dadas las licencias, nada ganaba Grupo Europa pagando a Mena días después.
“Los pagos de comisiones no están sujetos al tramo temporal que sostienen” las defensas, dijo el policía, para aclarar que sí tenía un sentido pagar comisiones días después de que la Junta de Gobierno otorgara dos licencias concretas, entre otras cuestiones, porque seguía habiendo un procedimiento administrativo abierto, y “porque Mena sabía que en cualquier momento podía paralizar esas licencias porque estaban sujetas a una modificación puntual del Plan General. En realidad, esas licencias nunca debieron ser concedidas”, mantuvo.
El inspector reiteró, a preguntas del letrado de Antón, que había cuestiones “que no tenían interés para la causa”, “pero todas se remitían al Juzgado”. Entre ellas, una carpeta aparecida en el despacho del empresario, durante los registros, con una especie de informe de auditoría y la preparación de una querella contra Benítez Cambreleng, cuyo contenido no recordaba, y que para la defensa sería importante ya que supondría un indicio de que la denuncia de Cambreleng sería “una venganza” a la preparación de esa querella. El policía volvió a insistir en que la credibilidad que se le dio a Cambreleng no fue solo por su palabra.
De fuentes y prostíbulos
De fuentes y prostíbulosAdemás, a preguntas del abogado de Jorge Rodríguez, José Aníbal Álvarez, explicó otra vez cómo tuvo conocimiento de la información que iba a transmitir el denunciante, a través de este periodista que “lo sabía de antemano todo, se veía que dominaba el tema y tenía conocimiento de ello, incluso precisaba al testigo” en las reuniones preparatorias, y en un interrogatorio centrado casi en exclusiva en cómo, cuándo, dónde y hasta por qué estuvo el periodista con la policía y el denunciante llegó a preguntar: “¿Esta prueba quién la fabricó para imputar al señor Rodríguez?”, cuestión recriminada por el tribunal.
El testigo admitió que en esas reuniones previas, preparatorias para la denuncia final, la presencia del periodista no era “cómoda”, pero tampoco interfería en la investigación. “Yo prefiero llegar al testigo antes que la fuente, siempre será más cómodo directamente”, dijo el inspector, cuando se enfrascó con el abogado en una suerte de explicación de la praxis policial en relación a las fuentes de todo tipo, que haberlas, háylas, incluidas las de los prostíbulos. Eso sí, negó con rotundidad, a otra pregunta directa del abogado, que el periodista “le hiciera indicaciones, antes, durante y después de la instrucción”.
El inspector de Policía también aclaró que “no toda la denuncia de Cambreleng puede ser verdad, o al menos, no la hemos podido comprobar. Hay cosas de la denuncia que sí se han podido comprobar y otras, no, como lo concerniente a que su cliente [Jorge Rodríguez] cobrara 6.000 euros al mes, pero sí logramos enlazar la relación comercial que había entre Jorge Rodríguez y Grupo Europa”. Y dijo: “En todo caso, creo que Jorge Rodríguez no está sentado aquí por cohecho”, sino el tráfico de influencias de esa relación comercial probada.
Este jueves, a partir de las 08:30 horas y en principio solo en horario de la mañana, seguirá el inspector respondiendo a las preguntas de los otros cinco abogados restantes.