Dos agujeros en el paraguas regional

Javier Abreu, candidato del PSOE a la Alcaldía de La Laguna.

Salvador Lachica

Santa Cruz de Tenerife —

El líder de Unid@s Se Puede, Rubens Ascanio, la segunda fuerza política en el Ayuntamiento de La Laguna tras las elecciones del pasado 24 de mayo, ha lanzado un órdago al PSOE lagunero: dejar fuera de las negociaciones para conformar gobierno a CC y PP y avisar a los socialistas de que pueden “ser parte del problema o parte de la solución”.

Un frente de izquierdas bastante goloso para el líder de los socialistas laguneros, Javier Abreu, que por una parte mantiene un nada soterrado pulso con la actual dirección regional del PSOE y que, por otra, considera que ya es tiempo de acabar con la hegemonía de Coalición Canaria (CC) en la Alcaldía, a la que accedieron de la mano de Elfidio Alonso en 1993 gracias a una moción de censura contra el socialista José Segura.

La propuesta, por tanto, viene a recordar a Abreu (que ha sido primer teniende de alcalde de Fernando Clavijo) que está en su mano y que es la llave para acabar con 22 años de CC en el gobierno lagunero o permitir que se mantenga un cuatrienio más.

Un conflicto conocido en la cúpula del PSOE canario que ha convertido a la Ciudad de los Adelantados en un punto caliente en las negociaciones para reeditar el Pacto regional firmado en 2011 entre el PSOE y los nacionalistas.

En el argot del Pacto de Gobernabilidad entre CC y el PSOE canario, el paraguas lo constituían instituciones que eran claves para que no existiera ruptura en el Gobierno regional. Fuera de la cobertura de ese paraguas se podían aceptar los incumplimientos de los acuerdos, pero no se podía producir ni uno dentro de la misma.

Entre esas instituciones protegidas están los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y de La Laguna y el Cabildo de Tenerife. Tradicionalmente, esas han sido las líneas rojas establecidas en Tenerife y la condición sine qua non para que CC suscribiera un pacto en el Gobierno regional.

Las conversaciones que están manteniendo desde la misma noche del domingo los dirigentes de ambas formaciones van encaminadas a establecer la amplitud de la cobertura de ese paraguas en un escenario mucho más complicado que el de hace cuatro años.

Necesario tripartito

Un escenario que es bastante conflictivo en La Laguna, donde no se podrá gobernar a dos durante los próximos cuatro años, pues los 7 concejales nacionalistas y los cinco socialistas no suman los necesarios 14 ediles para obtener mayoría absoluta.

Tampoco salen las cuentas entre CC y PP (11 concejales) ni siquiera con la aportación de los 2 concejales de Ciudadanos, que si serían vitales para reeditar el pacto entre CC y el PSOE, pues está descartado apelar a Unid@s Se Puede (6 ediles) o a los tres representantes de Por Tenerife-Nueva Canarias que lidera Santiago Pérez. Y, tras lo dicho por el secretario general federal, Pedro Sánchez, los socialistas tienen prohibido tocar al PP.

Y por si no fuera poco el conflicto, hay que añadir el que internamente existe entre Abreu y José Miguel Pérez desde hace años. Desencuentros que vienen desde 2011, cuando el secretario general quitó a Abreu como número cuatro de la lista al Parlamento por Tenerife y en su lugar puso a Guillermo de la Barreda y que se agravaron un año después, cuando Pérez maniobró para que Abreu no saliera elegido secretario de Organización en el Congreso celebrado en Adeje, manteniendo en el cargo a Julio Cruz.

Los dirigentes regionales socialistas se están aplicando para evitar que Abreu acepte el caramelo envenenado lanzado por Ascanio y acate la disciplina regional, aunque el entorno del líder del PSOE lagunero pone como ejemplo a los socialistas palmeros expulsados, y luego readmitidos, para insistir en que la vía abierta por Unid@s Se Puede es legítimamente explorable e, incluso, aceptable, pues la única prohibición que existe desde la Ejecutiva federal es pactar con los conservadores.

Y, precisamente, en La Palma puede estar el otro punto negro’para la reedición del Pacto regional entre CC y PSOE, aunque el mismo no viene de la mano de Anselmo Pestana ni es el Cabildo insular, aunque puede acabar afectándolo.

El problema se circunscribe al Ayuntamiento de Breña Alta, donde el socialista Blas Bravo sigue rumiando volver a firmar un acuerdo con el PP (ambos sumarían 7 concejales) como el que se sucribió en 2011, lo que evidentemente crearía una nueva tirantez con los nacionalistas, que son los ganadores de las elecciones en el municipio (6 ediles), que afectaría tanto al Cabildo palmero como al acuerdo regional.

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