Un informe de la conselleria balear de Medio Ambiente revela que hace unos meses se llevaron a cabo prospecciones petrolíferas en aguas baleares con pleno conocimiento de las autoridades locales y causando un serio impacto sobre la fauna marina.
Los sondeos, hasta ahora ocultados por las autoridades baleares, se realizaron, según relata Diario de Ibiza, con potentes cañones de aire comprimido que pueden alcanzar los 235 decibelios, lo que produjo una cantidad de contaminación sonora que afectó a un área de hasta 300.000 kilómetros cuadrados, afectando gravemente a los cetáceos. Según otros informes de la Conselleria recogidos por el diario ibicenco, los efectos provocados por este tipo de maquinaria pueden llegar a ser letales para la fauna.
Las autoridades ibicencas, con José Ramón Bauzá al frente, quien ha protagonizado varios encuentros con el presidente canario, Paulino Rivero, dejando clara su oposición a las prospecciones petrolíferas en Baleares, en esta ocasión ocultaron este tipo de actuaciones en aguas baleares. Según el Diario de Ibiza, en septiembre del año pasado el grupo ecologista Eivissa GEN denunció una serie de detonaciones producidas por varias embarcaciones de las que desconoce su identidad y que fueron filmadas por investigadores de una universidad escocesa que se encontraban cerca de allí. Al mismo tiempo, una asociación que se encarga de la conservación y protección de cetáceos (Tursiops) detectó que el número de especimenes en la zona había aumentado, vinculándolo a que los animales habían huido de los cañones de aire comprimido.
A todo esto, la conselleria de Medio Ambiente mostró su preocupación a la opinión pública, aunque ocultó que poseía un informe del jefe de Servicio de Recursos Marinos del Govern en el que se constataba que se habían realizado sondeos en abril de ese mismo año.
El funcionario atribuye la utilización de estos cañones a la multinacional Seabird Exploration, dedicada a la búsqueda de bolsas de petróleo en el mar.
Según el diario ibicenco, se trata de una de las empresas que en 2011 solicitó autorización al ministerio de Medio Ambiente para llevar a cabo una campaña sísmica en áreas libres del golfo de León, frente a las costas de Cataluña y las Illes Balears.
Tras desestimar las alegaciones de la compañía, dadas las consecuencias negativas sobre la pesca y el ecosistema marino que supondría la búsqueda de crudo en la zona, el informe subraya que, lo peor es que los sondeos se iniciaron en abril, en plena época de migración de un tipo de ballena, los rorcuales comunes. Algo que el funcionario reprocha a Seabird Exploration en el dictamen recogido por Diario de Ibiza, ya que en su petición, redactada en junio de 2013, aún habla de respetar el periodo de migración de este animal.