Guillermo García-Alcalde era un músico apasionado y un periodista comprometido. Su fallecimiento este lunes 15 de mayo a los 82 años ha dejado un enorme vacío en aquellos que más lo conocían. No permitió que sus variados intereses supusieran un impedimento, al contrario, aprovechó la oportunidad para formarse en cada uno de ellos y desarrollarlos a lo largo de su vida.
Nació en Asturias el 22 de octubre de 1940, en un primer momento se decantó por el Derecho, prácticamente obligado por su padre, y lo cursó en la Universidad de Oviedo. Sin embargo, no pudo dejar atrás su verdadera pasión por la música y se matriculó en el Conservatorio de la ciudad. Se convirtió así en profesor del grado profesional de piano.
Ya en 1960 comenzó a escribir críticas musicales en la prensa diaria de Oviedo pero no fue hasta 1962 cuando se le despertó el gusanillo. Casualmente, uno de sus profesores en el Conservatorio, que también hacía crítica musical en La Voz de Asturias, cayó enfermo y le ofreció una sustitución temporal en esta tarea periodística.
Este fue el momento en el que García-Alcalde se dio cuenta de otra de sus verdaderas pasiones, el periodismo. Tres años después y tras concluir sus estudios musicales, en 1965 se matriculó en Periodismo, a caballo entre la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad de La Laguna, mientras seguía haciendo crítica musical en la prensa diaria ovetense.
Director de prensa más joven de España
Gracias a su entusiasmo y profesionalidad, García-Alcalde recaló en Las Palmas de Gran Canaria para incorporarse a la redacción de La Provincia en su reaparición con José Luis Martínez Albertos como director en el año 1966. Esta etapa duró tan solo dos años, lo que él no sabía es que apenas seis años después regresaría por todo lo alto. Ni más ni menos que como director del periódico. Se convirtió en el director de prensa más joven de España con tan sólo 31 años.
“Se hacía un periodismo con un voluntarismo extraordinario y con la ilusión de que estabas contribuyendo a cambiar los esquemas mentales de los lectores”, decía García-Alcalde sobre aquella novedosa experiencia.
La libertad de expresión y la búsqueda de la verdad, perseguir la objetividad y la independencia por encima de otras coyunturas, fueron los ingredientes que modelaron su pensamiento y su ideología. Eso es lo que revelan sus escritos y también las declaraciones de quienes le acompañaron en sus proyecto, marcado por la Transición y la famosa Ley Fraga.
Desde el año 1978 fue consejero delegado de Editorial Prensa Canaria, el germen de lo que hoy en día es la cadena nacional de periódicos Editorial Prensa Ibérica.
Promotor de la cultura y el talento canario
En sus cinco años de dirección del periódico, los artistas canarios y la actividad cultural de las Islas encontraron en sus páginas el espacio para su promoción que nunca habían tenido en la prensa diaria isleña.
Pero García-Alcalde ofreció al mundo cultural y artístico canario algo más que la promoción pública que necesitaba, pues convirtió además su propia casa en un lugar de encuentro de sus protagonistas, especialmente del mundo de la música, con audiciones y pequeños conciertos casi improvisados, y coloquios y debates que se convirtieron en legendarios.
Este contacto con el mundo cultural le llevó a entablar gran amistad con algunos de los grandes personajes de este ámbito en la capital grancanaria, como el compositor Juan José Falcón Sanabria, sobre cuya obra llegó a publicar un libro; el gran impulsor del Festival de Música de Canarias, Rafael Nebot; el poeta y gestor cultural Pepe Otero; o el ensayista y crítico de arte José Luis Gallardo, entre otros muchos. Muy conocida fue también su amistad con el escultor y grancanario universal Martín Chirino, al que el 23 de marzo de 2019 dedicó un emocionado adiós en la catedral de Las Palmas de Gran Canaria durante el funeral en memoria del artista fallecido unos días antes.
Hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria y de Gran Canaria
García-Alcalde fue Declarado hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria y de Gran Canaria por sendos acuerdos unánimes por parte del ayuntamiento capitalino y del Cabildo de Gran Canaria. El periodista siempre se sintió siempre un canario más.
Además fue miembro correspondiente de las Reales Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y de la canaria de San Miguel Arcángel de Santa Cruz de Tenerife, en ambas entidades adscrito a la sección de música.
Por supuesto, su pasión melómana no podía pasar pasar por alto todo lo que estuviera relacionado con el Festival de Música de Canarias, que ayudó a promocionar y prestigió con un seguimiento crítico que en más de una ocasión le costó algún desencuentro.
Más allá de su faceta crítica, en lo musical García-Alcalde cultivó la composición a un nivel no profesional pero de gran hondura estilística. Ocho de sus obras se han estrenado en auditorios de las dos capitales canarias y de ciudades como Madrid, Oviedo y Santander.
Su gran actividad en la crítica y el ensayismo musical se extiende a numerosos periódicos, revistas y publicaciones especializadas, en los que ha publicado centenares de trabajos.
Es autor del libro Falcón Sanabria, compositor (Edirca, Las Palmas de Gran Canaria 1990) y coautor de varios libros de temática musical editados en Asturias y Canarias. Entre sus grandes obras se encuentran composiciones tan diversas que van desde ballet como acompañamientos o arreglos para festivales.