Toda ciudad tiene dos vertientes; es decir, la que se ve a simple vista, y la que se conoce cuando se vive en ella. Este blog quiere contar lo que sucede en esta ciudad nórdica, tratando de no recorrer los lugares comunes tan del gusto de las guías turísticas. Y todo ello, en lengua castellana.
El director, guionista, productor y actor Manoj Nelliyattu “M. Night” Shyamalan tiene colgado, en una de las paredes de su estudio de trabajo, una ilustración original del dibujante norteamericano Alex Ross. En ella se puede ver a un Clark Kent sentado en un sillón, con el rostro cansado, mientras todavía lleva puestas sus gafas y su camisa, pero donde también muestra el traje de Superman que el héroe siempre porta debajo de su ropa de reportero del rotativo Daily Planet.
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Esa magnifica ilustración representa la humanidad y la valía de un personaje en el que nadie parecía creer, salvo sus creadores originales, Jerome Siegel y Joseph Shuster, y el tándem editorial formado por Maxwell Charles Gaines y su, entonces asistente, el dibujante Sheldon Mayer. Sin el empuje de los dos primeros y la visión y el instinto editorial de los segundos, la trayectoria del personaje se hubiera limitado a las historias escritas por Jerome Siegel para la revista Science Fiction, subtitulada “The Advance Guard of Future Civilización”, creada por ambos autores en el año 1932, con clara influencia Pulp.
Luego de su publicación en la primera entrega de la cabecera Action Comics -fecha de portada: junio 1938- la situación cambió, de manera exponencial, y quienes antes se negaban, siquiera, a leer la propuesta original, ahora pugnaban por los derechos de publicación y comercialización del personaje… Esto, por otra parte, no influyó todo lo que hubiera sido deseable en la posterior carrera de los dos autores, pero el tiempo y la presión de la industria editorial -sobre todo la campaña encabezada por Neal Adams y Jerry Robinson en contra del tratamiento dispensado por la editorial DC Comics para con los creadores de Superman- lograron que, al final, el sello editorial y toda la industria gráfica reconociera a Jerome Siegel y Joseph Shuster como los creadores de Kal-El.
Ocho décadas después, el personaje y el símbolo de la casa de El se han convertido en iconos dentro de la cultura popular contemporánea, al igual que los personajes que se han desarrollado a su alrededor, incluyendo a su prima, Kara Zor-El, creación, ésta, de Otto Binder y Al Plastino (Action Comics# 252, mayo 1959). Tal sólida implantación dentro del imaginario popular ha logrado identificar el trabajo de aquellas personas que soportan la precaria estabilidad de nuestra maltrecha sociedad con dicho símbolo, el cual también es sinónimo de entrega, honestidad, arrojo y valentía.
Todas esas virtudes, impresas en la misma creación gráfica original, son las que han distinguido a las personas que, desde el primer minuto y sin saber muy bien a qué se estaban enfrentando, se han convertido en la mejor y más férrea línea de defensa contra una pandemia que ha puesto en jaque lo que habíamos logrado construir hasta el momento en el que ésta se desató. Sin la suma de todas sus acciones, la cuales pueden y deber ser consideradas súper heroicas, hubiera sido impensable continuar con nuestra vida, de una u otra forma, pero sin sentirnos totalmente desamparados. Por lo menos, no tanto como en realidad lo estamos, ante ese enemigo invisible que nos acecha, implacable, sin que le podamos ver la cara…
Poco importa el sexo, la raza o el país donde se encuentren dichos héroes, anónimos, pero tan válidos y resolutivos como lo pudieran ser Kal-El o Kara Zor-El. Su impronta merece que el resto de los seres humanos, los que debemos contribuir con otras herramientas ante todo lo que está sucediendo, sirvan como ejemplo estas líneas, les rindamos el homenaje que se han ganado por el trabajo realizado.
Nada mejor que la muestra, que no un botón, de un mural pintado en una pared de aluminio, anexa a una antigua factoría de ladrillo, espacio en el cuatro artistas han plasmado un inmejorable ejemplo de cómo se puede homenajear el trabajo de todas aquellas personas a las que he mencionado en los párrafos anteriores.
La imagen, todo un homenaje al anteriormente citado Alex Ross y a la portada del primer número de la serie limitada The Man of Steel (julio-septiembre 1986, obra de John Byrne) no disimula, tampoco, su querencia para con el personaje de Kara Zor-El, y sobre todo con su encarnación televisiva protagonizada por la actriz Melissa Marie Benoist, desde el año 2015.
El mensaje del mural, el cual realmente impresiona cuando se tiene delante, expresa un claro y contundente agradecimiento a quienes les debemos más de lo que somos capaces, siquiera, de imaginar.
Ahora somos más conscientes de que todos esos HÉROES con mayúsculas, llevaban debajo del uniforme, de la bata y/ o del traje de protección contra el virus, el símbolo y la impronta de los integrantes de la casa de El, tal y como un día Jerome Siegel y Joseph Shuster decidieron dotar a su personaje, quien era capaz de muchas cosas, pero, sobre todo, de sentir empatía para con los habitantes de nuestro planeta Tierra.
Si están en Helsinki y tienen la oportunidad, el mural se encuentra en el distrito de Vallila, zona Konepaja, justo delante de la parada de las líneas de autobús 50 y 59. Si no, adjunto con estas líneas encontrarán varias imágenes, para que se puedan hacerse una idea, lo más clara posible, de las virtudes y la validez de la propuesta firmada por cuatro autores finlandeses.
Toda ciudad tiene dos vertientes; es decir, la que se ve a simple vista, y la que se conoce cuando se vive en ella. Este blog quiere contar lo que sucede en esta ciudad nórdica, tratando de no recorrer los lugares comunes tan del gusto de las guías turísticas. Y todo ello, en lengua castellana.
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