Las descalificaciones realizadas por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, contra José María Aznar, al que ha tachado de “fascista” durante la XVI Cumbre Latinoamericana y que provocó el abandono de la reunión por parte del Rey, se suman a otros cruces de acusaciones entre ellos.
En septiembre de 2003 Hugo Chávez comparó a Aznar con Fernando VII por haberle recomendado, en unas declaraciones a una publicación colombiana, “no aplicar experiencias cubanas en Venezuela”.
El 20 de mayo de 2005 el mandatario venezolano dijo que Hitler se quedaba corto ante el ex presidente español, a quien tildó de “imbécil” y “fascista”, en respuesta a unas declaraciones efectuadas días antes por Aznar en Brasil, en las que criticó los “ejes de amistad” del gobernante venezolano con su colega cubano, Fidel Castro, y que consideró “negativo para Iberoamérica”.
El 25 de noviembre de ese año volvió el cruce de acusaciones al asegurar Aznar en Santo Domingo que la receta que forman el mandatario venezolano, Hugo Chávez, y el cubano, Fidel Castro, “es pésima”, al tiempo que afirmó a un periódico dominicano que Chávez era uno de los mayores riesgos que tiene Latinoamérica, porque con su modelo peligraba la libertad y la democracia.
En esta ocasión Aznar se refirió también a la forma en que Chávez se enfrentaba al presidente de Estados Unidos, George Bush, y dijo al diario Hoy que “resultaba muy fácil insultar a todo el mundo con el barril del petróleo a 60 dólares”.
En esa entrevista Aznar señaló: “No creo que tiene valor, lo que tiene es desfachatez (Chávez), insultar a media humanidad no es un acto de valor, pero cuando no se pueden presentar buenos resultados internos en un país lo que vale es insultar a los demás”.
Aznar afirmó que la demagogia, el populismo, el insulto, la descalificación y la desfachatez de ir a una cumbre de presidentes (la que se celebró en Argentina en noviembre de 2005) y participar en una anticumbre son “cosas que producen pena”.
El apoyo de José María Aznar a la política del presidente norteamericano, George Bush, y su respaldo a la invasión de Irak, le sirvieron a Chávez para lanzar improperios contra el ex mandatario español, a quien en febrero de 2006 calificó de “indigno” y acusó de repetir el discurso de Bush de que Chavez es una amenaza.
En octubre del 2006 Aznar arremetió contra Chávez en el diario chileno El Mercurio al asegurar que “la deriva populista, excluyente y radical basada en el castrismo del presidente Chávez me parece una amenaza peligrosa para la región”.
El 26 de abril de 2007 Chávez volvía la carga contra Aznar, esta vez con graves insultos contra el ex mandatario español al que calificó como “un fascista de la calaña de Hitler” “y que además apoyó el golpe -en Caracas, en abril de 2002-”.
Chávez realizó estas declaraciones en un mitin con estudiantes, que también hizo extensiva a otros estadistas, entre ellos el ex presidente de México Vicente Fox y el de Perú Alejandro Toledo, a los que tachó de “lacayos y cachorros del imperio” por sus supuestas críticas contra el socialismo del siglo XXI promovido por él.
“Me dan asco y lástima”, agregó Chávez, al citar recientes críticas públicas contra su gobierno de los tres ex presidentes.