El dinero del 'corralito' recupera su valor ante la indiferencia de los argentinos

El aval judicial a la conversión a pesos de los depósitos en dólares, que había despertado la ira de los ahorradores argentinos a comienzos de 2002, generó este jueves más elogios que críticas y fue recibido con indiferencia por la mayoría de la población.

Mientras el Gobierno destacó la “certidumbre” que otorga el fallo dictado el miércoles por la Corte Suprema de Justicia, economistas y expertos coincidieron en que fue preservado el derecho de los habitantes a recuperar el dinero que habían puesto en los bancos.

Por su parte, las asociaciones que agrupan a los damnificados por la “pesificación” opinaron que el máximo tribunal del país ha convalidado la “confiscación” de sus ahorros y advirtieron de que insistirán con las demandas judiciales.

Además de ratificar la constitucionalidad de la medida dictada en medio de la peor crisis económica que recuerde Argentina, la Corte ordenó a las entidades bancarias devolver la totalidad de los depósitos originales en dólares convertidos a pesos.

El fallo establece que los fondos serán reintegrados en moneda argentina a la razón de 1,40 pesos por dólar depositado, más la aplicación de un índice relacionado con la inflación y una tasa de interés anual del 4%.

Eso significa que si el pago se efectuase hoy, el inversor recibiría unos 3,08 pesos por cada dólar que depositó, un valor similar a la cotización actual, de 3,06 pesos para la compra y 3,09 pesos para la venta.

“Se ha puesto fin a un tema que llevó muchos años de reclamos y lo que se logró es la certidumbre esencialmente por parte de los ahorradores que reclamaban, lo cual es saludable para cualquier república”, dijo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

La resolución del miércoles contó con el aval de cinco integrantes del Supremo, que actualmente está integrado por siete jueces y desde hace más de un año tiene dos vacantes sin cubrir, mientras que uno se excusó de pronunciarse y otro no votó.

El fallo afecta a las acciones judiciales que estaban pendientes de resolución iniciadas por unos 50.000 ahorradores perjudicados por la llamada “pesificación” de sus depósitos en cuentas a la vista, decretada en enero de 2002.

La conversión a pesos afectó ahorros por valor de 46.000 millones de dólares depositados en cuentas corrientes y cajas de ahorro y cuyos movimientos ya habían sido restringidos a finales de 2001 mediante el denominado corralito, impuesto para evitar la salida masiva de dinero del sistema financiero.

El economista Alejandro Vanoli recomendó analizar la decisión de la Corte “a la luz de la emergencia” que vivía el país cuando fue aplicada la pesificación y sostuvo que “no existe ningún sistema financiero donde todos quieran retirar sus ahorros en moneda extranjera”.

“Sobre todo como ahorrador, la verdad es que estoy más tranquilo. Creo que esto ya da una solución definitiva, la Corte ha hecho un fallo justo. Todos nos queremos olvidar y mirar para adelante”, evaluó a su vez el juez Claudio Kipper.

Por su parte, el integrante del Supremo Carlos Fayt aclaró que al emitir su voto sobre este asunto reconoció “el derecho de los ahorradores de reclamar daños y perjuicios” derivados de la conversión de sus depósitos y calificó al fallo de “histórico”.

Los bancos, que a raíz del corralito y la “pesificación” habían sido objeto de furibundas reacciones por parte de la población en medio de la convulsión que vivía el país a comienzos de 2002, no se han pronunciado hasta ahora sobre la resolución de la Corte.

Apenas un puñado de manifestantes se reunió ayer, miércoles, a las puertas de los tribunales de Buenos Aires para repudiar el fallo, mientras el resto de la población se preparaba para celebrar la llegada del Año Nuevo e iniciar las vacaciones de verano.

Fabián Bergenfeld, abogado de numerosos afectados por la “pesificación”, indicó que la decisión del Supremo “no hace más que convalidar la confiscación y el avasallamiento de los derechos que han padecido los ahorradores y la sociedad en su conjunto”.

Su colega Carlos Wiater manifestó que “el fallo más o menos complace a los ahorradores porque se está devolviendo la plata, pero los ganadores de todo esto son los bancos, que nunca pierden”.