Al menos 150 personas han muerto en dos días de violencia en varias ciudades del norte de Nigeria, donde grupos de milicianos islamistas atacaron algunas comisarías de Policía, lo que ha hecho también que cientos de civiles hayan huido de sus casas por miedo a los enfrentamientos.
Un grupo de presuntos miembros del pequeño grupo islamista Boko Haram asaltó ayer una comisaría en la capital del estado de Borno, Maiduguri. Boko Haram, que persigue la imposición de la 'sharia', o ley islámica, en Nigeria, comenzó su campaña de ataques como respuesta a la detención de sus líderes.
En los enfrentamientos de ayer en este mismo lugar murieron más de 50 personas, por lo que el gobernador del estado impuso el toque de queda nocturno en la ciudad, pero los combates continuaron durante parte del día de hoy.
En este sentido, un reportero de la BBC en la zona contó 100 cadáveres correspondientes a la violencia de hoy, la mayoría de ellos de milicianos, junto al edificios de la Policía en Maiduguri.
Por otro lado, testigos presenciales hablaban de horas de tiroteo en la ciudad de Potiskum, en el estado de Yobe. Al grito de “Dios es grande”, los milicianos atacaron la comisaría más o menos a la misma hora que en Maiduguri. Según los testigos, tanto la comisaría como los edificios colindantes quedaron arrasados
Las fuerzas de seguridad nigerianas han confirmado estos ataques sucedidos en el día de hoy, pero no revelaron cifras de víctimas. La BBC pudo confirmar por fuentes sanitarias que dos agentes de Policía han ingresado en el hospital de Potiskum. También ha habido combates en Wudil, a unos 20 kilómetros de Kano, la ciudad más grande del norte del país.
Los milicianos de Boko Haram son seguidores del pastor Mohamed Yusuf, quien defiende la 'sharia' y se opone a la educación al modo occidental. De hecho, el nombre del grupo significa 'la educación está prohibida'.
La ley islámica está en vigor en casi todo el norte de Nigeria a pesar de que los 150 millones de habitantes del país se dividen casi a partes iguales entre musulmanes y cristianos. De hecho, tradicionalmente ambos grupos han convivido pacíficamente, aunque siempre ha habido ciertos conatos de violencia.