Dentro de la visita del Papa a la Isla estaba prevista su visita al puerto de Mytilini. Desde temprano la presencia policial y militar se hacía notar. Al acercarse el momento de la visita las fuerzas armadas se concentraron en los establecimientos próximos a la entrada al puerto donde se habían ubicado los activistas pro-refugiados, así como los voluntarios que llevan en algunos casos, meses, desarrollando su labor en Lesbos.
Militares y fuerzas policiales de intervención totalmente pertrechados bloqueaban la posible entrada de activistas al espacio portuario atentos a cualquier acción que se pudiera llevar a cabo. En la mañana habían sido detenidos cinco activistas españoles por enarbolar una pancarta en una carretera al paso del Papa. Tras tres horas de detención fueron puestos en libertad con su documentación.
Alrededor de unas 300 personas tomaron parte en la protesta que se generó una vez que el Papa estaba en el puerto, frente a la avenida que circunda el mar. Las fuerzas policiales se concentraron en controlar los movimientos de los activistas más encendidos en la protesta.
Miembros de Brigadas de Acción en Lesbos desplegaron una pancarta en la que condenaban “el acuerdo de la vergüenza”. También en el lugar se concentraron miembros de ProAm y ProActiva con diferentes pancartas y coreando lemas en contra del tratado con Turquía y el cierre de las fronteras.
Finalmente todo se desarrollo en un ambiente de protesta pero sin que se produjera ningún tipo de acción violenta ni por parte de los activistas ni de las fuerzas de seguridad. Una vez que el Papa abandonó la ciudad camino del aeropuerto, la pequeña capital de Lesbos volvió a su tranquila normalidad.