El regreso de la momia
“Con la subida de las contribuciones// no echa la gente sino maldiciones”, dice una letrilla parrandera islenÌa que bien podriÌa aprovechar la rima faÌcil con la sustitucioÌn de “contribuciones” por “elecciones”. No es que abomine de la participacioÌn democraÌtica que durante años reclamamos y en el que vimos sufrir e incluso morir a unos cuantos. Ya podriÌan los actuales poliÌticos ahorrarnos por respeto a ellos el espectaÌculo de estos diÌas. El que comenzaron a cebar con boutades despreciativas para quienes fraguaron una TransicioÌn que, a pesar de sus insuficiencias, dificultoÌ levantar cabeza al fascismo al punto de que ya se permitioÌ anunciar Vox en la tele, la otra noche, por boca de Javier Ortega, de los Smith de toda la vida, su propoÌsito de ilegalizar a un partido poliÌtico, al PNV concretamente, como si esperara que las urnas le den ya la oportunidad de hacerlo. Intenta el regreso de la momia.
Hay, como saben, quienes piensan que Vox ocuparaÌ el tercer lugar entre los vencedores el 10-N gracias, en buena medida, a ese PP “constitucionalista”, condicioÌn autoatribuida de la que excluyen a quienes lucharon, arruinaron sus vidas profesionales e incluso murieron en la lucha por la democracia frente a los antecesores ideoloÌgicos de gente como Casado tan “constitucionalista” eÌl que calificoÌ de “batallas de abueletes” las de quienes se batieron el cobre por la democracia mientras daba la alternativa en el escenario poliÌtico a Vox, con la complicidad de Ciudadanos. Dios los criÌa y ellos se juntan, es fama. Unos “constitucionalistas” con una prolongada etapa de corrupcioÌn, que superoÌ ampliamente la ocurrida bajo los socialistas hasta el extremo de seguir dando sorpresas como la uÌltima del Ministerio de Justicia de Rajoy: los supuestos pagos con dinero puÌblico de los honorarios a los abogados de implicados en el caso GuÌrtel. HabraÌ que esperar a que se aclare el asunto no vaya a ser una de esas noticias falsas que solemos creemos porwue no resultan no resultan sorprendentes en las filas del PP.
Todo eso y mucho maÌs es el teloÌn de fondo y la causa, por asiÌ decir, de que esteÌ la sociedad española en este trance electoral que dejaraÌ seguramente al paiÌs como estaÌ, o sea, peor. No me entretendreÌ en conjeturas pues la situacioÌn es tan confusa como la que fija el dicho de entre todos la mataron y ella sola se murioÌ. Porque si Pedro Sánchez se pasoÌ de listo para tratar de gobernar en solitario sin mayoriÌa parlamentaria, tambieÌn puede pensarse que fue viÌctima del miedo cerval de la socialdemocracia a la derecha detectado por no pocos analistas y no solo en España. Un miedo que pudo determinar la coincidencia de Felipe GonzaÌlez y Rajoy en la conveniencia de un acuerdo PSOE-PP para salir de esta situacioÌn con la formacioÌn de un nuevo Gobierno con sus atributos. Una posibilidad, cuasi propuesta, que no gustoÌ a Pablo Iglesias que para eso estaÌ si bien no seÌ obedece el empute a razones poliÌticas o a la mentada tomadura de pelo. En el buen entendido, insisto, de que en poliÌtica no ha lugar a las tomaduras de pelo porque es caracterizacioÌn ligera pues la poliÌtica es un mundo capaz de decisiones trascendentes para ciudadaniÌa. No es de recibo que importe menos a los dirigentes las aspiraciones de los ciudadanos que los intereses de los protegidos de su partido por razones de militancia, cercaniÌa ideoloÌgica, afinidades sociales o por esas sabrosonas “atenciones financieras” que dan acceso al BOE, a lo que no es al BOE y a los secreteos de despacho que tambieÌn tienen lo suyo.
En este sentido no parece tenerlo demasiado la reaccioÌn de Iglesias contra Pedro Sánchez. Creo que el liÌder de Podemos estaÌ tan en lo cierto, que igual ha tomado en consideracioÌn que el presidente en funciones quiera semejante apaño bipartidista que ven bien muchos socialistas deseosos de que se forme un Gobierno por encima de lo que haga falta. Todos hablan (bueno, casi todos) de diaÌlogo y no hay maÌs que verlos ponerse a parir en los debates para apreciar que se trata de pura y dura palabrería, de mero postureo por lo que quema al triÌo derechoso el deseo de eliminar, al menos alejar, la posibilidad de que madure en España la federacioÌn a la que pareciÌa apuntar la ConstitucioÌn que dicen defender los “constitucionalistas”, madre, que no aceptan ni por nada que la convivencia entre españoles no la asegura la unidad primaria de un centralismo intransigente generador de conflictos traÌgicos. QuizaÌ deberiÌan los nacionalismos, empezando por el español que ha resultado el maÌs peligroso, entender al paiÌs por el lado de su diversidad dentro de un entorno geograÌfico muy particular, del que he hablado alguna vez. En esa direccioÌn federal se orientoÌ el Estado de las AutonomiÌas con el que quiere acabar Vox y de forma cada vez maÌs evidente Ciudadanos y el PP muy en la onda de los grandes capitales que operan desde el centro y a los que no interesa la descentralizacioÌn que anule la ventaja comparativa con el BOE al otro lado del pasillo a la espera de oÌrdenes.
Se olvida, de forma interesada, que en la UnioÌn Europea predomina el federalismo y la tendencia a configurarse como Estados descentralizados los de Italia y Reino Unido. En el caso italiano estaÌ en marcha una reforma constitucional para conformar una repuÌblica federal, intento que seguramente movilizoÌ a los integristas de Matteo Salvini provocando la reaccioÌn democraÌtica contra su “bajate de aÌhi”, que diriÌa un islenÌo socarroÌn. Olvidan que la mayoriÌa de los Estados responden a alguna forma federal o tienden a ella. La uÌnica excepcioÌn es Francia por razones histoÌricas que no le han impedido comenzar a descentralizar competencias como las de transporte y educacioÌn. Es sorprendente la potencia de las culturas regionales francesas en un paiÌs paradigma de centralismo.
Fuera de Europa hay ahora mismo federaciones que dejan mucho que desear como Venezuela y Brasil frente a CanadaÌ donde conviven los “quebecuaÌs” de habla francesa sin problemas con los que tienen de lengua madre el ingleÌs. Las querencias federalistas en España no son gratuitas aunque la centralizacioÌn siga pesando sobre las aspiraciones catalanas a tener un reÌgimen como el vasco a pesar del terrorismo asesino de ETA, felizmente desaparecido. No se olvide que entre los motivos del actual choque de los catalanes con el centro figuroÌ la aspiracioÌn a contar con un reÌgimen similar al vasco. QuizaÌ no pensaran que Euskadi acabariÌa por convertirse en la comunidad de EspanÌa mejor administrada para mi gusto. Los resultados, la diferencia con las restantes comunidades, a la vista están al punto de que parece haberla percibido Vox y de ahiÌ que Ortega Smith no oculta su intencioÌn de ilegalizar al PNV para que no cunda el mal ejemplo. El que avisa no es traidor.
La misa ya está dicha
En mi colaboracioÌn de la semana pasada tituleÌ la nota sobre el traslado de los restos de Franco con este mismo tiÌtulo que indujo a “Chono”, un lector, a tratar de mejorar mi “cultura general” sin ocurrírsele que basten a mis cometidos la que logreÌ acumular para obtener el grado de sargento. De todos modos, le agradezco su aclaracioÌn de que “las misas no se dicen (ni se dan ni se hacen) se celebran”. Un dictamen que trasladeÌ de inmediato a un amigo sacerdote con el que me cruzo a veces y suele disculparse para no detenerse con sus prisas para llegar a tiempo de “decir” misa. Y vuelvo a agradecerle a Chono que me recordara la libreta en la que suelo reunir expresiones islenÌas entre las que figuran unas cuantas que van a misa, queÌ vamos a hacerle. Como las siguientes: “La misa la dice el cura”; “Lo que diga el jefe va a misa”; lo que te digo “va a misa”; “Unos visten el altar para que otros digan la misa”. Asimismo tengo apiladas otras del diccionario de Buitrago de Dichos y frases hechas, como “El que se levanta tarde, ni oye misa ni come carne”. Por no hablar del HistoÌrico Canario de Corrales y Corbella con retales de testamentos del siglo XVI en que ordena el testador que a su muerte “digan” por su alma una buena racioÌn de misas, un treintenario creo que lo llamaban, ademaÌs de misas de la luz. O la definicioÌn de “misacantano”, como el sacerdote que “dice” o “canta” la primera misa. Son muchas las referencias a traveÌs de los tiempos. Covarrubias y tambieÌn en el XVI, recuerda que al instituir JesuÌs la comunioÌn “debajo de las especies de pan y vino dio a sus apoÌstoles su cuerpo y sangre, diciendo las palabras de la consagracioÌn”. Y no sereÌ yo quien desmienta a Covarrubias y mucho menos al Redentor. PenseÌ en su diÌa indagar si los dichos canarios en la materia eran propios o importados pero no llegueÌ a hacerlo. Aunque, eso siÌ, alguno he oiÌdo repetir por esos andurriales peninsulares.
“Con la subida de las contribuciones// no echa la gente sino maldiciones”, dice una letrilla parrandera islenÌa que bien podriÌa aprovechar la rima faÌcil con la sustitucioÌn de “contribuciones” por “elecciones”. No es que abomine de la participacioÌn democraÌtica que durante años reclamamos y en el que vimos sufrir e incluso morir a unos cuantos. Ya podriÌan los actuales poliÌticos ahorrarnos por respeto a ellos el espectaÌculo de estos diÌas. El que comenzaron a cebar con boutades despreciativas para quienes fraguaron una TransicioÌn que, a pesar de sus insuficiencias, dificultoÌ levantar cabeza al fascismo al punto de que ya se permitioÌ anunciar Vox en la tele, la otra noche, por boca de Javier Ortega, de los Smith de toda la vida, su propoÌsito de ilegalizar a un partido poliÌtico, al PNV concretamente, como si esperara que las urnas le den ya la oportunidad de hacerlo. Intenta el regreso de la momia.
Hay, como saben, quienes piensan que Vox ocuparaÌ el tercer lugar entre los vencedores el 10-N gracias, en buena medida, a ese PP “constitucionalista”, condicioÌn autoatribuida de la que excluyen a quienes lucharon, arruinaron sus vidas profesionales e incluso murieron en la lucha por la democracia frente a los antecesores ideoloÌgicos de gente como Casado tan “constitucionalista” eÌl que calificoÌ de “batallas de abueletes” las de quienes se batieron el cobre por la democracia mientras daba la alternativa en el escenario poliÌtico a Vox, con la complicidad de Ciudadanos. Dios los criÌa y ellos se juntan, es fama. Unos “constitucionalistas” con una prolongada etapa de corrupcioÌn, que superoÌ ampliamente la ocurrida bajo los socialistas hasta el extremo de seguir dando sorpresas como la uÌltima del Ministerio de Justicia de Rajoy: los supuestos pagos con dinero puÌblico de los honorarios a los abogados de implicados en el caso GuÌrtel. HabraÌ que esperar a que se aclare el asunto no vaya a ser una de esas noticias falsas que solemos creemos porwue no resultan no resultan sorprendentes en las filas del PP.