Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y Master en Periodismo y Comunicación por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Fue Jefe de la Sección Política del periódico Canarias 7, Jefe y analista de la Sección de Economía del periódico La Provincia, Jefe de las secciones Nacional, Internacional, Edición y Cierre de La Opinión de Murcia, Corresponsal y analista económico en Canarias del periódico La Gaceta de los Negocios, Director del diario La Tribuna de Marbella, Jefe del Gabinete de Comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Director del diario La Gaceta de Las Palmas, Cofundador y director del peridico digital CanariasAhora.com. Director del Canal Canarias de la productora Media Report y Director de la Televisión Canaria Internacional. Como escritor, ha publicado cinco libros.
El Festival de Música confirma que Mozart era 'lesbiano'
Sí. Lo sé. Sí. Soy consciente de ello. Sí. Lo he advertido. Sí. Lo percibo perfectamente. El titular es un disparate. Sin embargo, tengo dos importantes y profundos atenuantes para acogerme al surrealismo más osado: a) Los títulos son pura creación -como los textos- sólo sujeta al Código Penal. b) Si vivimos en pleno disparate a escala nacional, disparate doblemente disparatado en el territorio discontinuo de la nacionalidad - ¿qué será eso? - o jugamos todos o rompemos la baraja. Aunque tampoco hace falta que sea “a cuchilladas” como he leído hace un momento que están los nacionalistas (?) de Coalición Canaria.
Del mismo modo que siempre he poseído una imantación especial para aquellos que abusan de la botella -descarten el acoso a la mujer de Aznar- también, a la hora de ponerme a escribir resulta que me encuentro habitualmente con noticias de calado que, si bien tenía previsto que acontecieran, no había colocado día y hora en las estanterías de la memoria. Así que, cuando enciendo el ordenador para ver qué es lo que no ha pasado, me encuentro con la sentencia de Nóos que, en Canarias por eso de la hora menos, sería “Ñóooooosss …”, interjección sintácticamente peculiar y de carrera larga, tan usada sobre basalto como ¡chacho!, ¡cámbate!, ¡tolete! o ¡chafalmeja! En definitiva: “La Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ha condenado a la Infanta Cristina a una multa de más de 265.000 euros como responsable a título lucrativo, si bien la absuelve como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales cometidos por su marido en los años 2007 y 2008. Iñaki Urdangarín, por su parte, ha sido condenado a seis años y 3 meses de cárcel y multa de 512.553 euros”. La Casa Real -excusatio non petita, acusatio manifesta - “ha expresado este viernes su respeto absoluto a la independencia del Poder Judicial” para que quede claro dónde está cada uno, incluso Pujol and his gang, cada oveja con su pareja y, por la noche, cada mochuelo a su olivo.
Ya habrán descubierto ustedes que comienzo estas vitelas el 17 de Febrero de 2017. Para mi, 17 febrero Pluvioso, que yo me rijo y dirijo por el Calendario Revolucionario Francés de 1793. Por eso me llaman vintage como a Atahualpa Yupanqui lo llamaban abandonao. Ya el otro día los vientos huracanados, que hasta abrieron tumbas, anunciaron que pasado mañana entraremos en Ventoso.
Tirando del carro
Comencé hablando del disparate y, en consecuencia, resulta obligada la referencia al esperpento, a la hora de hablar del Festival de Música de Canarias y sus cuitas, dimes, diretes, falsetes, castrati, glissandos, pizzicatos y esas cosas del querer. Aunque, si a las audiencias nos atenemos, deberíamos dejar las sinfonías y centrar la atención en arriesgados y peliagudos análisis sobre la Gala Drag Queen del Carnaval y su imparable ascenso. La Elección de la Reina es ya una anécdota menor, en consonancia con aquellos trajes que necesitaban una carreta para ser transportados. De ese carromato en aterrador equilibrio inestable, tiraba como un buey -mejor, bueya- la sufrida aspirante al título, ayudada por una cuadrilla encargada de parchear el despropósito y lograr que el paseíllo no acabará en desplome, como alguna vez sucedió. Con los drag no hay problemas de locomoción, puesto que las telas son mínimas, pero sí existen riesgos, aunque controlados por Protección Civil, de que algún/alguna de esas torres eróticas se derrumbe debido a su cimentación. ¡Qué difícil es el equilibrio! Contra Newton no hay nada que hacer.
Festival en la UVI. Diagnóstico: 'Agotado'
Con cara de estoy aquí porque no me queda otro remedio y he dormido fatal, la consejera de Cultura, María Teresa Lorenzo, compareció ante el Parlamento autonómico para dar explicaciones, exigidas en primer lugar por Podemos y luego por todos los grupos de la Cámara, sobre lo ocurrido y lo que ocurrirá previsiblemente. Por supuesto, como siempre, como casi siempre, aparecieron los eufemismos, las demagogias y las ignorancias para dotar de lenguaje ad hoc y mea culpa lo que toda la sociedad canaria ha considerado un fracaso de la XXXIII Edición, que significaba un punto de inflexión ante “el agotamiento” del Festival. Lamentablemente, ni el Redoxón Complex ni los complejos vitamínicos contra el surmenage dieron resultado. El problema, además, es que no hay camas libres y las listas de espera llegan hasta Picadilly Circus. Habrá que ver si, con el nuevo consejero Baltar, el asunto se enfrenta por la Sanidad Pública o se deriva a la privada. ¡Qué cosas! Un Festival agotado porque las entradas no se agotan ni de coña. Son fantásticos hasta eligiendo las palabras. A ver si ahora, esa empresa adjudicataria ad eternum de todo lo que huela a comunicación mete mano en el asunto. Yo licito, tú consigues. Yo te mando, tú persigues.
María Teresa, ante la imposibilidad de llegar a las cotas de lirismo místico de su homónima santificada -¡Ay, qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que muero porque no muero- optó por un leguaje en prosa política, que no poética tampoco: “Asumo los errores”, en esa línea típica, tópica, hilarante y falta de respeto tan adorada por nuestros políticos: Asumo mi responsabilidad. Perdón. Es una pena que el evento lo paguen ustedes (los ciudadanos, la sociedad civil). Non olet, que decía Vespasiano a su hijo.
El director del Festival, Nino Díaz, había previsto ante el Parlamento de Canarias “recaudar 673.962 euros”. Una cifra que, aseguró, “será más alta que la de las últimas ediciones al haberse duplicado el número de conciertos en las Islas, de 45 a 88”. Para reforzar el nos las prometemos muy felices, Lorenzo, que también llaman al sol, manifestó que “en la pasada edición, la recaudación fue de 659.873,20 euros”. Se refería, obviamente a la XXXII. Según los cálculos de los responsables, la faltriquera engordaría exactamente en 14.088,88 euros de la pujante eurozona. Pero mi gozo en un pozo y encima seco, que el nivel de los acuíferos está cerca del magma. La consejera volvió al Parlamento, una vez sonadas las músicas y puestas en práctica las estrategias contra la extenuación del gran evento, ya sin humos triunfalistas: los ingresos provisionales por recaudación se elevan a 350.167 euros, mientras que en 2016 fueron 623.997. Eso, independientemente de análisis posteriores, explicaciones, confesiones y penitencias, cambios de rumbo y trimado de velas, aboca sin paliativo alguno a un vocablo contundente: Fracaso. Si el año pasado el Festival de Música de Canarias mostraba “síntomas de agotamiento”, como ha señalado varias veces el presidente Clavijo, este año se ha producido el óbito. Y, como ni el óbito ni el hábito hacen al monje y aunque la mona se vista de seda, mona se queda, mucho me temo que el Festival de Música de Canarias jamás volverá a ser lo que fue. Aunque el Gobierno de turno -nunca mejor dicho- mantenga el nombre, el Festival ya ha mutado a otra cosa. Musical también, pero otra cosa. El hecho de que este año estuviera en el programa la Mahler Chamber Orchestra me llevó a pensar de inmediato en el Adagietto de la Sinfonía número 5 del compositor que da nombre a esa formación. ¿Por qué? Pues porque el gran Lucchino Visconti eligió ese tema como banda sonora de su película Muerte en Venecia, un genial largometraje sobre el que planea todo el tiempo el terrorífico fantasma de la decadencia, personificada en la figura del compositor Von Aschembad, en un entorno de muerte gobernado por el cólera y con el contrapunto de un amor platónico y homosexual. “Que c'est triste Venise au temps des amours mortes. Que c'est triste Venise quand on ne s'aime plus. On cherche encore des mots mais l'ennui les emporte. On voudrais bien pleurer, mais on ne le peut plus”.
Frases grandiosas para la Historia
Si yo no estaba en Belén con los pastores -y no estaba porque estaba en otro sitio- el Festival de Música de Canarias nació con la vocación de ser un referente mundial. Para melómanos, es obvio. No para atraer turismo de masas y baja calidad. Es maravilloso, y lo agradezco de corazón, que la clase política en general y la canaria en particular, me permitan gozar con el manejo del lenguaje. Al menos de vez en cuando, porque hay cosas mucho más importantes en las que ocupar ese tiempo que no espera por nadie. Y por ello, porque mi vida ha sido ver, analizar y contar, estoy encantado con las frases que se han dicho a los medios de comunicación y en el Parlamento sobre el Festival XXXIII y sus circunstancias. ¡Diga 33!, eso que te piden los médicos -o te pedían- no porque les guste el número, sino para atender al frémito vocal, vibración de las paredes torácicas producida por el sistema broncopulmonar cuando hablamos, cantamos o gritamos, y así determinar si hay alguna alteración (vibraciones aumentadas o disminuidas que indiquen la existencia de una enfermedad) o si todo es normal. El Gobierno de Canarias dijo 33, se quedó en 33 y, efectivamente, enfermedad la hay. Por ello, antes de mover pieza, sería muy conveniente que se hiciera lo que pidió el diputado nacionalista de la Hoz pero no del martillo: auditar las cuentas de cada uno de los treinta y tres festivales realizados y presentarlas en la Cámara. ¿O no dicen que es allí donde reside la soberanía popular?
Atendiendo a que la broma ha costado a los canarios 1,9 millones de euros y cuales son los índices socioeconómicos de la autonomía, incluyendo la Cultura, claro, vamos al flash back con las frases destacadas: Victoria Hernández, del grupo socialista, advirtió a María Teresa de Lorenzo que se cuidara muy bien “de quien parece que le está haciendo la cama, que es el señor Clavijo”. No dejó claro con que intenciones estaba el Presidente preparando el catre, aunque la percepción general de sus señorías fue que Clavijo es un hombre muy familiar y que debería referirse a alguna cuestión doméstica desdibujada por la falta de vista que sufre la socialdemocracia. Josefa Luzardo, sin que Soria le echara una mano, manifestó que la consejera “vive en otro mundo”, aunque no concretó si se refería al Caribe y los paraísos fiscales o a otro barrio lejano a La Minilla. No obstante, fue contundente al afirmar que María Teresa Hernández “se ha cargado el Festival” y ha dilapidado los casi 2 millones de euros, que sí se han quedado en este mundo pero en otras manos. Juan Márquez, de Podemos, valoró “el giro a las nuevas tendencias musicales” (?) y, lógicamente, echó la culpa del desastre a “una campaña de desprestigio”, despejando balones a corner. A Márquez, lo mismo que a Nino Díaz, le parece que el Festival de Música de Canarias ha tenido un tono “demasiado conservador”. Por ello, insistió en la necesidad de “abrir el Festival aunque moleste a una minoría”, como queriendo decir sin decirlo pero diciéndolo, que hay que proletarizarlo, lo que más o menos viene a significar acercarlo un poco más a la romería y el asadero ma non troppo. No obstante, si es cierto que en otras ocasiones ha habido 1 millón de euros de déficit, lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. El asunto va de melómanos, no de megalómanos. Un Festival de Música que pretenda tener relevancia cuesta dinero y es más que obvio que jamás atraerá público en masa. Masas, las de 1917. Por ello, se construyen auditorios y no campos de fútbol para esos eventos. También es evidente la confusión que tiene el personal que gobierna. Ni la música clásica ni la ópera consiguen milagros ni aparicionaes marianas como las de Pitita Ridruejo. Menos, en Canarias. Son espectáculos minoritarios, claro, pero ese supuesto elitismo no procede de una ideología conservadora, derechosa o ultra. Procede de la falta de cultura de la población, que, mayoritariamente, opta por gastarse el dinero en otro tipo de música para mover esqueleto, tomarse los cubatas, las pastillas y soplarse los canutos. Así de claro. Antes ya me referí a la Gala Drag del Carnaval y nada quiero decir de la gran Cabalgata del Orgullo Gay de Maspalomas. La confusión raya en la demencia cuando se mezclan el genio artístico con el nacionalismo y la defensa de lo canario. Eso es ya para morirse. En un festival lo que importa es la calidad, no la procedencia del artista. Da igual que sea de Long Island o de Sidney, de Zimbabwe o Tanzania que de Las Lagunetas o Teno. Lo importante es la música que haga y el talento que posea. Las bandas municipales tienen su sitio con el mayor de los decoros. Y un espacio muy importante. Pero ese lugar no es el Festival de Música de Canarias. No. Una vez más, el rejo de siempre. Ombliguismo y cortedad de miras. Provincianismo lumpen involutivo. El camino de lo que llaman tendenciosamente democratización de la cultura a menudo acaba con la calidad y el gusto. Al final, suele ser un rollo barato en tono postmodernista al aroma de panem et circenses. No hay que abrir nada, porque las puertas están abiertas y las taquillas, también, sino actuar en dos frentes: educar a la población -ahí duele- y conseguir que económicamente los eventos puedan sostenerse -ahí también duele-. Lo demás, parole, parole, parole … y euros públicos volatilizados, claro. Por cierto, tampoco estaría nada mal echarle un ojo al Festival de Cine y darle al techo una mano de pintura.
¡Caramba con Clavijo!
No estaba yo en la ultraperificidad cuando Clavijo fue entronado, que estaba en el desierto donde es mucho más fácil encontrarse con un alacrán que con un político profesional. Así que, lo único que había escuchado sobre el actual presidente me lo dijeron una vez en La Laguna: “Es un tío guay peinado palante que va siempre con mochila”. Pues bien. Cuando dejé las arenas temporalmente para venirme al asfalto, advertí que habían desaparecido los alacranes pero abundaban los ruídos, las cucarachas y los políticos. Ocupado en otras cosas, tampoco hice demasiado esfuerzo para saber quién era quién. Dejé que el tiempo se tomara su tiempo y me fuera enseñando lo que debería saber. Y ya que escribía, comencé a leer lo que escribían otros a mi lado, por aquello de que la experiencia vicaria es importante. Estos últimos días han sido reveladores y desveladores. De modo que, con la pantalla delante, leo tres sumarios y un disparate: 1) “Fernando Clavijo sigue empeñado en presidir Canarias situado a medio camino entre el medianero del poder caciquil tradicional y el indocumentado alcalde pedáneo”. 2) “Sus brindis políticos lo delatan: cambiar el modelo económico con 160 millones al año; captar inversiones arrasando el territorio con su Ley del Suelo, y atraer turistas americanos gracias a las burradas de Trump”. 3) “Su obsesión por controlar a la prensa lo acerca peligrosamente a los manejos de Soria. Es el director en la sombra de Radiotelevisión Canaria, y específicamente del programa El Foco”. El disparate: “Resulta desolador leer que a Fernando Clavijo le parece que la política de migración de Donald Trump, o por ser más concretos, su enfrentamiento directo con México, puede abrir una ventana de oportunidad a Canarias para captar al turista estadounidense que veranea en la Riviera Maya, en Cancún, en Puerto Vallarta o en Punta Cana o Costa Rica”. Es elemental que no estamos ante un curriculum espectacular y la idea de traer norteamericanos arrancados de México lindo es una aportación oligofrénica a la industria del turismo de masas. Tómate esta botella conmigo y en el último trago nos vamos. ¿Recuerdan cómo unos enviados de Canarias -100 nada menos- se pasearon en calzoncillos por las playas de Islandia y a los 10 minutos hubo que doblar el servicio de guaguas y añadir geisers a nuestro mobiliario urbano, ante la brutal afluencia de seres de aquel país en quiebra? Tremendo. Al leer lo expuesto, me temo muy mucho que el flequillo de Clavijo haya sido pasto de las llamas como si se hubiera peinado con Sosa cáustica en vez de con loción Varon Dandy.
¿Iba aquedarme sólo con eso?¿Iba a dejar las cosas así? En absoluto. Alumbrado por las mataperrerías en Coalición Canaria, el gobierno en minoría con Antona en el alféizar de la ventana y los 30 años del nacionalismo oficial al frente del Gobierno autónomo, no quedaba otro remedio que volver al surrealismo o realismo del Sur de Europa. Y en ello me encontraba, caminando documentos, cuando encuentro el siguiente texto, publicado en el periódico El País por el periodista Diego Talavera el martes, 17 de octubre de 1978: “La casi totalidad del aparato de organización del Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) ha sido desarticulado en la provincia de Tenerife. (…) Como consecuencia de lentas y laboriosas investigaciones, el pasado día 10 se montó un servicio que dio como resultado la detención de un vehículo furgoneta en las inmediaciones del aeropuerto de Los Rodeos que iba conducido por Gregorio Pérez Padilla. En el interior del vehículo fueron encontrados, camuflados bajo el asiento delantero derecho, seis cartuchos de goma-2, dos detonadores ,eléctricos y un reloj preparado para conectarlo al explosivo. Por su forma característica, el artefacto era similar a los que han sido desactivados en diversos puntos de la isla de Tenerife. Pérez Padilla fue detenido en abril de este mismo año y puesto a disposición judicial por habérsele encontrado en su poder la casi totalidad del aparato de propaganda del MPAIAC. Tras once días en prisión fue puesto en libertad bajo fianza. Como consecuencia de las investigaciones, la Guardia Civil detuvo el mismo día a Pedro Ezequiel Trujillo, presunto cómplice del anterior en la tenencia de los explosivos, como perteneciente al mencionado movimiento independentista. Asimismo fue detenido tres días después, como resultado de las gestiones de la Guardia Civil, Fernando Clavijo Redondo, en su domicilio de La Laguna. En el momento de su detención y al notar la presencia de miembros de la Guardia Civil, intentó huir por la parte posterior del edificio con una pistola cargada y con un cargador de reserva que contenía ocho cartuchos. Fernando Clavijo, que se entregó, al verse rodeado, sin oponer resistencia, está reclamado por la Audiencia Nacional como presunto autor de la colocación de artefactos explosivos”. No lo sabía, pero aquel Fernando Clavijo Redondo era el padre del actual presidente de Canarias quién, más manso, de momento sólo se ha dedicado al kárate con notable éxito, tras captarlo Elfidio Alonso para el nacionalismo ático, no sé si al cordaje de timples, guitarras o bandurrias. Tenerife, qué añoranza, cuando pienso en los amores que oculté yo en tu Esperanza.
La liturgia del sinsentido
Un positivista diría que es preciso hacer el cesto con los mimbres que tenemos. Yo me inclino más por ir a buscar mimbres de mejor calidad y, mientras, llevar decentemente las cosas en un cartucho, ese saco de papel donde ya sólo se ponen los churros y los productos de las mejores panaderías. Es más, aún más, más allá iría y diría que ni siquiera hay mimbres para cestos sino bolsas de plástico. La observación rigurosa de la ficción que disfrutamos, asumiendo como normal nuestra imagen distorsionada por los espejos cóncavos y convexos, sólo puede tener como antiséptico la cultura y el pensamiento. Por ello y de ello, al escudriñar el entorno que habitamos, llevando la vista más allá de los horizontes y los muros, surgió el título de esta Taberna del Puerto desde donde miro la mar: El Festival de Música confirma que Mozart era lesbiano. Sólo el surrealismo, la creación o la locura pueden tener respuesta para la ignorancia, la manipulación y el caos. Mozart era picarón y los críticos musicales reconocen la importancia del erotismo en sus composiciones más importantes. Entre ellas, las óperas Las Bodas de Fígaro, Don Giovanni y Cosi Fan Tutte. Pero no era un libertino. Al contrario, sus amores fueron platónicos, se casó con la hermana de la mujer a quién amaba y, finalmente, acabó su vida acosado por las deudas. No. Mozart nunca fue lesbiano.
Epílogo
El Fary, desde el más allá, declina actuar en el próximo XXXIV Festival de Música de Canarias si no viene Herbert Von Karajan.
Sí. Lo sé. Sí. Soy consciente de ello. Sí. Lo he advertido. Sí. Lo percibo perfectamente. El titular es un disparate. Sin embargo, tengo dos importantes y profundos atenuantes para acogerme al surrealismo más osado: a) Los títulos son pura creación -como los textos- sólo sujeta al Código Penal. b) Si vivimos en pleno disparate a escala nacional, disparate doblemente disparatado en el territorio discontinuo de la nacionalidad - ¿qué será eso? - o jugamos todos o rompemos la baraja. Aunque tampoco hace falta que sea “a cuchilladas” como he leído hace un momento que están los nacionalistas (?) de Coalición Canaria.
Del mismo modo que siempre he poseído una imantación especial para aquellos que abusan de la botella -descarten el acoso a la mujer de Aznar- también, a la hora de ponerme a escribir resulta que me encuentro habitualmente con noticias de calado que, si bien tenía previsto que acontecieran, no había colocado día y hora en las estanterías de la memoria. Así que, cuando enciendo el ordenador para ver qué es lo que no ha pasado, me encuentro con la sentencia de Nóos que, en Canarias por eso de la hora menos, sería “Ñóooooosss …”, interjección sintácticamente peculiar y de carrera larga, tan usada sobre basalto como ¡chacho!, ¡cámbate!, ¡tolete! o ¡chafalmeja! En definitiva: “La Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ha condenado a la Infanta Cristina a una multa de más de 265.000 euros como responsable a título lucrativo, si bien la absuelve como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales cometidos por su marido en los años 2007 y 2008. Iñaki Urdangarín, por su parte, ha sido condenado a seis años y 3 meses de cárcel y multa de 512.553 euros”. La Casa Real -excusatio non petita, acusatio manifesta - “ha expresado este viernes su respeto absoluto a la independencia del Poder Judicial” para que quede claro dónde está cada uno, incluso Pujol and his gang, cada oveja con su pareja y, por la noche, cada mochuelo a su olivo.