“La isla mínima”: no apta para “almodovarianos”

Pocas veces el cine español ha resultado ser de mi agrado, pero últimamente parece ser que han decidido abandonar el “españolismo” para hacer cine de verdad, y esta película es muestra de ello...

Sinopsis: En un momento complejo ideológicamente en España (principios de los 80), donde buena parte de la nación sigue anclada en el pasado y otra parte avanza, dos policías ejemplo de esta situación son enviados a investigar la desaparición de dos jóvenes, en un marco nada fácil de desentrañar...

Este magnífico thriller escrito por Rafael Cobos y Alberto Rodríguez (Grupo 7), ha sido además dirigido por este último (El factor Pilgrim, Grupo 7), dando como resultado una película de excelente realización en todos los aspectos que se pueden evaluar en un film como éste: desde la dirección de actores, hasta la fotografía o el montaje.

No puede faltar la mención hacia Álex Catalán (No tengas miedo, La voz dormida, Habitación en Roma...), cuya fotografía además de belleza, contribuye de sobremanera junto a su iluminación a crear la atmósfera sobrecogedora que el film precisa.

Respecto al elenco debemos destacar la interpretación de Javier Gutiérrez (Un franco 14 pesetas, El penalti más largo del mundo...), capaz de crear una dualidad emocional en el espectador con su personaje, y la de un Raúl Arévalo (Los girasoles ciegos, Gordos, etc.) que (en mi humilde opinión) gana en profesionalidad y merecimiento con este tipo de papeles que se salen de la (ya “cansina”) comedia española.

Junto a ellos destacan nombres como el de Antonio de la Torres (Gordos, Caníbal...), como siempre único para dotar de credibilidad y naturalidad a su personaje; y otros relativamente nuevos en la gran pantalla como Jesús Castro (El niño), la nueva cara bonita de moda, y Nerea Barros (Rafael), de quien tengo la duda de que interprete a algún personaje, puesto que expresivamente es la misma dentro y fuera de la pantalla.

Musicalmente, Julio de la Rosa (Juan de los muertos, 7 Vírgenes...) realiza un trabajo excepcional y complementario al del departamento de fotografía, contribuyendo de sobremanera a crear una atmósfera que en ocasiones casi resultara irrespirable por la sutil tensión que va creando en el espectador.

Una película directa en sus imágenes y con una gran historia sabida llevar al ámbito visual.

Una película para todos los que hemos vivido años de descontento y constantes decepciones en el cine español, y que tengan un nivel de exigencia un poco superior al de los que gustan de la imagen española de las mujeres, el andalucismo y la comedia.