Cada acto del hoy tendrá una repercusión futura, y a veces parece que no somos conscientes de hasta qué punto pueden llegar. Y esas repercusiones siempre aparecen cuando queremos cambiar de vida. Cosas de Murphy...
Sinopsis: En su juventud David encontró una forma bastante “sencilla” de obtener un poco de dinero:donar semen. Lo que él no sabía es que llegaría a ser el padre biológico de una numerosa prole cuyo anonimato pronto desaparecerá...
Al parecer basada en una historia real nos llega esta comedia canadiense escrita por Martin Petit y Ken Scott, siendo además este último su director (y también del remake estadounidense del mismo film, Delivery Man, que protagonizara Vince Vaughn (Los becarios, Fred Claus...). Si bien no es que sea una película excepcional en su conjunto, sí que cabe destacar la correcta realización y forma de llevar esta historia.
Técnicamente no es meritoria ni de grandes reconocimientos ni de críticas negativas. Es, sencillamente correcta.
Y es que la base es el guión y el montaje que de él se realiza, alternando pequeños flashes-gags del pasado de su protagonista para justificar su situación actual. Su poder quizás reside en su capacidad para acercarnos una historia casi increíble, presentándola de forma verosímil, como algo que sucede o podría suceder, pero alternándolo con un componente más irreal basado en el excesivo optimismo con que se trata el tema y las situaciones que el personaje vive.
En elenco no podemos obviar el destacar a su protagonista Patrick Huard (Dos polis en apuros, Funkytown), actor cómico canadiense que se enfrenta a la transmisión de una dualidad personal, y que no siempre lo consigue exitosamente. Sin embargo, Antoine Bertrand (Borderline, Louis Cyr) sí que convence con su interpretación, a pesar de ser un secundario en la trama.
Este film tiene un elenco juvenil bastante amplio (dada la extensa prole del protagonista), de los cuales destacaremos a David Michäel y Sarah-Jeanne Labrosse, por la capacidad para convencer con sus personajes.
Musicalmente, si bien tampoco es excepcional, dar al menos a conocer el nombre de David Lafleche, cuya experiencia aún es corta, pero también cumple con su función dentro de la película sin gloria, pero sin pena.
Una película entretenida, interesante como historia y la forma de llevarla; y acompañada de una reflexión sobre el concepto de la paternidad y de cómo nuestros actos tienen unas consecuencias, que a nadie le viene mal realizar de vez en cuando...
Sobre este blog
El cine ha sido siempre una de mis pasiones, y como Historiadora del Arte lo
considero la suma y resultado de todas las artes conocidas. Actualmente escribo un
blog de crítica y artículos sobre el tema en algunos diarios digitales, con el objetivo
de acercar el cine en todas sus manifestaciones al público. Espero que disfrute
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