El Cabildo de Lanzarote ha decidido que los menores migrantes no acompañados no utilicen el transporte público “por su seguridad”. Esta medida se aplica a los jóvenes alojados en el albergue de La Santa después de que se viralizara el vídeo de un enfrentamiento entre un adulto y dos jóvenes en una guagua. La Red de Solidaridad con las personas migrantes describe esta medida como ''discriminatoria y arbitraria''.
La corporación insular y la Fundación Respuesta Social Siglo XXI, que gestiona el centro, han acordado que los desplazamientos de los menores se realizarán en vehículos de la entidad. Cuando ''sea necesario usar el transporte público, los jóvenes irán acompañados de un monitor'', explica a esta redacción el consejero de Bienestar Social del Cabildo, Marci Acuña. Esta medida permanecerá vigente “durante un tiempo prudencial”. “No es que les prohibamos entrar en el transporte público. Lo hemos hecho pensando en la seguridad de los menores”, insiste.
El vídeo que ha provocado esta decisión muestra cómo un hombre se dirige a los menores preguntándoles por sus nombres y apellidos, mientras que él dice los suyos haciendo referencia a la diferencia de la nacionalidad. “Eres muy racista”, respondió uno de los jóvenes. El conflicto terminó con una pelea entre dos menores y el adulto, que terminó saliendo de la guagua.
“Entre los objetivos de la educación de estos niños está fomentar la autonomía y la responsabilidad, pero por la seguridad de los menores hemos acordado con la entidad que cuando esos trayectos se hagan en transporte público vayan con un monitor”, dice Acuña. El consejero afirma que en este vídeo “se ve que peligra la seguridad del menor”.
Por su parte, la Red de Solidaridad con las personas migrantes de Lanzarote considera una “hipocresía” decir que se toma la decisión para la seguridad de los menores. Según el colectivo, “responde de forma clara a esta parte de la población que rechaza a las personas migrantes y se niega a reconocerlas como parte íntegra de la sociedad”. Para la Red, la medida es una “validación en toda regla del discurso de odio” y supone “un grave peligro para la convivencia y un uso cívico del transporte público”.
“A partir de ahora, ¿cómo se va a controlar quién entra o no en la guagua? ¿Cómo van a saber si se trata o no de un jóven acogido en La Santa? ¿Por su perfil racial?”, cuestionan. “Con esta medida se abre la puerta a una mayor conflictividad y a más agresiones racistas”, aseveran.
Además, preguntan al Cabildo si prevé tomar medidas para prevenir que se cometan agresiones racistas en el transporte público: “¿Acaso la persona agresora sufrirá algún tipo de restricción en su uso de la guagua? Se echa de menos una denuncia pública y firme de la agresión racista sufrida por los menores que se encuentran bajo la tutela del Gobierno de Canarias”.
“Recordemos que los menores tutelados son un colectivo vulnerable, que están desamparados, lejos de su familia y nuestro deber cómo sociedad es cuidarlos y protegerlos. No se protege a un colectivo vulnerable excluyéndolo aún más”, concluyen.