Es un año especial. Con la vista puesta en el mes en el mes de agosto y la cita olímpica todos los esfuerzos se concentrarán en las pruebas al aire libre. La pista cubierta no siempre deja buen sabor de boca al atleta palmero Samuel García, que por corpulencia no se siente cómodo en la estrechez de la pista cubierta.
Hace escasas fechas se celebró el mundial de Portland (EEUU) y a pesar de contar en un principio con la mínima para acudir, decidió meses antes que los picos de forma se los reservaría para mitad de año. “He tenido que trabajar muchas horas. Mi cuerpo ha tenido que soportar grandes cargas de trabajo”, responde este palmero de 1’94 con un final de carrera explosivo.
“Debuto el 17 de abril en Barcelona, en una prueba inusual, un 500”, apunta García desde su lugar de entrenamientos en Sant Cugat del Vallés. Una rareza que le servirá para ir cogiendo ritmo competitivo, aunque sea fuera del ámbito del 400. “Me ayudará para saber cómo estamos trabajando y preparar la liga de División de Honor con el Tenerife CajaCanarias. Luego iré viendo qué carreras me vendrán bien según mis resultados”, destaca el mirquero que cerrará carreras según avance la campaña.
El objetivo de este 2016 para el tres veces campeón de España al Aire Libre está claro: “Estoy recuperando sensaciones que hacía mucho tiempo que no tenía ya que mi trabajo implica mucha presión y a veces no es tan fácil lidiar con ella. Pero puedo decir que estoy en mi mejor momento, sólo debo de poner la guinda a una preparación fabulosa con mi equipo de trabajo”.
En 2015 se le escapó el título nacional que recayó en Lucas Búa, un acicate más para hacer una gran temporada. “Para mí no es una presión, es una ayuda. Siempre es bueno que haya rivalidad, será bonito el aire libre con él y demás competidores que querrán estar en las competiciones importantes”, destaca quien tiene en los Europeos de Ámsterdam y el Nacional de Gijón, ambas citas en julio, los lugares marcados para obtener la mínima olímpica 45.40 –la mejor marca de Samuel García es 45.50 lograda en 2014. Para ir al Campeonato de Europa se exige un más asequible 46.10.
“Estoy enfocado 100% en mi trabajo. Me levanto sobre las 08:00 horas, desayuno y a las 10:30 comienzo a entrenar hasta las 12:30. Ducha y almuerzo a las 13:00 horas. Descanso hasta las 15:15, y vuelta a la pista de 16:00 a 19:30 horas. Descanso, cena sobre 20:30 y a la cama lo antes posible”, detalla este joven de 24 años que para desconectar opta por oír música del rapero Drake o lee la primera novela de su psicólogo, Pep Marí, ‘Nos los hubiéramos perdido todo’.
Quedan meses de entrenamiento, sufrimiento y carreras. Todo ello para lograr un objetivo marcado a fuego en su mente desde que comenzó a relacionarse con el tartán: acudir a unos Juegos Olímpicos.