“Un campo de golf no molesta; los invernaderos tienen más impacto”

Óscar León, propietario de la agencia de viajes Oasis y de Autos Oasis, celebra que el Cabildo, por fin, después de dos años de tensas relaciones con el Centro de Iniciativas Turísticas Tedote, haya decidido participar en las campañas promocionales de La Palma. “Lo que necesitamos es unión, trabajar conjuntamente y aparcar las cuestiones políticas”, dice. Y deja claro que, con apoyo institucional o sin él, “no nos quedaremos quietos; vamos a intentar salvar a nuestras empresas y al sector”. Lleva dos años sin coger vacaciones y aún no sabe si este verano podrá disfrutar de unos días de descanso. “Lo estamos pasando realmente mal”, admite.

-¿El CIT Tedote y el Cabildo han hecho ya las paces?

-No se trata de hacer las paces, lo que ha ocurrido es que ha habido ahora más receptividad por parte de la presidenta insular, Guadalupe González. Le hemos propuesto participar en la campaña promocional de verano en el mercado regional, y ha aceptado. Nosotros llevamos dos años diciendo que tenemos que trabajar conjuntamente, y si no se ha hecho así, no ha sido por nuestra culpa. Lo que está claro es que no nos quedaremos quietos, vamos a intentar salvar a nuestras empresas y al sector turístico, pero quiero recordar que nunca hemos cogido las riendas por nuestra cuenta sin invitar al Cabildo.

-¿Cuál es la realidad turística de La Palma en estos momentos?

-Pues tenemos bastantes empresas al borde de la quiebra y algunas están pensando en cerrar. Es imposible sostenerse con ocupaciones de entre el 10% y el 25% más allá de un par de meses. Y se ha llegado a esta situación porque llevamos muchos años reclamando infraestructuras turísticas, que están recogidas en un documento del año 2009 que entregamos al Cabildo, y cualquiera puede comprobar que no se ha hecho nada para que esta Isla sea más atractiva y se pueda vender mejor. Tampoco podemos olvidar que el turismo de senderismo y naturaleza es minoritario en los mercados en los que nos movemos. Necesitamos algún complemento más, como un balneario de primer orden en la Fuente Santa o un centro de visitantes de los observatorios (que no tiene por qué estar arriba, allí nos conformaríamos con una cafetería y unos servicios) y un campo de golf con un buen hotel.

-¿Por qué ha decidido el CIT Tedote, hasta ahora, promocionar la Isla en solitario?

-Porque nadie nos ha querido acompañar. Nosotros no hemos querido estar solos, nos han dejado solos. Del 2008 al 2011 hubo una colaboración muy estrecha con el Cabildo, donde se sentaban en una mesa la parte política y la empresarial, y decidíamos conjuntamente, pero en junio de 2011, la parte política rompe el convenio y dice que ellos saben más que nadie, y que no nos necesitan para nada, y eso son palabras textuales. Creo que el dinero público nunca estuvo tan bien gestionado que cuando el CIT Tedote formó parte de ese acuerdo, y ahí están los datos. Pero como comenté en aquel momento, si esa decisión les sale bien, estupendo, pero si les sale mal, quienes la vamos a pagar somos nosotros, y ahora, desgraciadamente, con las cifras que tenemos, los perjudicados son las empresas, los empleados, los proveedores y todo lo que rodea a este sector económico, que no es solo camas y coches de alquiler. Aquí hay muchos implicados. Y el que quiera decir que esto está bien, pues que siga.

-¿Qué valoración hace de la gestión del consejero insular de Turismo Julio Cabrera?

-La buena gestión se refleja en los datos, y ahora mismo estamos con niveles por debajo del año 1999. Ha habido ya bastantes rifirrafes y no quiero mirar al pasado, pero sí me gustaría que cambien las formas, las actitudes, y que trabajemos juntos, porque que seguro, seguro, lo vamos a hacer mejor de lo que se ha estado haciendo. Nunca he buscado polémicas y lo que pido es unión.

-¿No cree que las confrontaciones políticas han perjudicado los intereses empresariales?

-Por supuesto, y hablo de la clase política en general, de los que gobiernan y de los que no gobiernan, de los empresarios, de los sindicatos y hasta de las organizaciones agrarias de esta Isla, porque todos dependemos de todos y deberíamos apoyarnos, dejando completamente al margen las cuestiones políticas. Eso es algo que he pedido en varias ocasiones, y la última, explícitamente, en la visita del ministro de Turismo, José Manuel Soria, al que le solicité que se aparcara la política por el bien del sector. Lo mismo repetí posteriormente en la reunión con la delegación ministerial, y dejé claro que en esa mesa falta el Gobierno de Canarias, y es indispensable que esté presente, igual que el Cabildo, si realmente queremos buscar una solución al sector turístico de La Palma. Los empresarios conocemos los problemas y sabemos las soluciones, pero no podemos gestionar vuelos ni planes de conexión anticipados, que es lo que pedimos. No se puede ir dando tiros al aire para un lado y para otro, hay que mantener una línea con los mercados que interesan a esta Isla. Sin improvisaciones, porque éstas cuestan dinero.

-¿Y qué parte de responsabilidad tienen los empresarios en los malos resultados que registra el sector?

-Alguna deberemos tener, pero lo que está claro, repito, es que no podemos negociar conexiones, no podemos hacer planes de promoción en condiciones. Se habla mucho de ocupación, pero si miramos la rentabilidad, ahí hemos caído lo inimaginable. En un estudio que salió recientemente, La Palma se sitúa a la mitad de coste de Tenerife y Gran Canaria, estamos con los precios por los suelos. Algo más podremos hacer, pero hemos trabajado en concienciación turística con los institutos de Enseñanzas Medias, en formación, en promoción exterior, y de hecho, los únicos destinos que suben en el mes de mayo son Holanda y Bélgica, justamente los dos países en los que el CIT Tedote ha dado a conocer La Palma. Nosotros no gestionamos dinero público ni nos ayuda nadie, nos mantenemos con las cuotas de nuestros 173 asociados, y de la labor que realizamos se beneficia toda la Isla.

-¿Qué espera de la delegación del Ministerio de Turismo que ha visitado la Isla?

-Parece que hay un verdadero interés en resolver los problemas, y, de hecho, los representantes ministeriales han venido muy rápido, y se han comprometido a realizar otro viaje para empezar a trabajar. También he visto a la presidenta del Cabildo en la reunión con los empresarios, aunque falta el Gobierno de Canarias en esa mesa, pero, en principio, la sensación es buena.

-¿La Palma es un destino diferenciado?

- Sí, claro, pero eso no quiere decir que no tengamos que diversificar más nuestra oferta, ofrecer más ocio, apostar por el turismo de salud (con la construcción de un balneario), por el turismo de las estrellas o por crear un campo de golf con un buen hotel.

-¿Y no teme que los campos de golf afecten a parajes de alto valor medioambiental?

-Los empresarios no pretendemos romper la Isla porque es nuestro valor y queremos vivir en ella, ni perseguimos construir cinco campos de golf, pero existen los términos medios. Un campo de golf con un buen hotel no molesta a nadie. Más impacto tienen los invernaderos y no veo que nadie los cuestione. Si queremos turismo de alto poder adquisitivo tendremos que ofrecerle las instalaciones que demandan. En esta Isla todo está regulado, con el 60% del territorio protegido. Si hay dudas sobre la ubicación de algún campo de golf, se debe hacer un estudio. Yo no soy experto en este tema pero, por ejemplo, si el de Tamanca causa impacto, que se descarte, pero en algún sitio se podrá construir uno. Los paredones llenos de maleza y las huertas abandonadas no son más bonitos que un campo de golf.

-¿Las instalaciones hoteleras de La Palma están a la altura de un destino de calidad?

-No quiero echar balones fuera, pero cuando hubo una moratoria en Canarias, a La Palma se le incluyó dentro de un plan turístico especial, que se tardó cuatro o cinco años en redactar, y, por tanto, durante ese tiempo no se pudo hacer nada. Luego se elaboró un plan, que denunciamos en su momento porque que era un anti-plan que limitaba a la Isla como destino y que impedía su desarrollo. Ahora se dice que las instalaciones están obsoletas, y es verdad que podrían estar mejor, sinceramente, pero uno invierte cuando ve futuro, planificación, pero con lo que ha pasado en La Palma en los últimos años a nivel de infraestructuras y de promoción, muchos empresarios se plantean si merece la pena seguir invirtiendo. Me duele que al empresario se le asocie con la especulación, porque lo estamos pasando realmente mal.

-¿Falta profesionalidad en los trabajadores de la hostelería?

-Por supuesto, faltan sobre todo idiomas. En eso estamos insistiendo en las campañas de concienciación. Es muy fácil decir que el empresario contrata personal extranjero o foráneo, pero la realidad es que el palmero, en general, no está preparado en idiomas, en alemán e inglés sobre todo, que son los imprescindibles.

-¿Qué necesita el sector turístico para despegar?

-Todo. Precisamos alguna infraestructura nueva que sirva como reclamo para vender mejor fuera. Entendemos que tal y como está la situación no se pueden iniciar ahora todos los proyectos que hemos venido reclamando pero, al menos, se debe empezar por uno, por la Fuente Santa o por el centro de visitantes de los observatorios. Por otro lado, faltan concienciación y formación. En cuanto al Plan Especial de la Actividad Turística, pedimos que se pueda adaptar, pero, por favor, que quede claro que no queremos cemento, no pretendemos llenar la Isla de hoteles, pero sí necesitamos alguna instalación cinco estrellas y un campo de golf, que no es que sea la solución, pero sí granitos de arena que se vayan sumando a ese senderismo y a esa naturaleza que estamos vendiendo. Y, al mismo tiempo, un plan de choque con la conectividad, sobre todo con la Península, pero necesitamos crear más demanda para atraer a las compañías aéreas.

-¿Qué competidores tiene La Palma como destino?

-Madeira. En Holanda y Península lo hemos comprado. Es una isla muy parecida a La Palma, pero cuenta con muchos establecimientos hoteleros, y por tanto tiene volumen y buenas conexiones a un precio asequible. Y no tiene playas.

-¿Dónde suele pasar sus vacaciones?

-Hace dos años que no cojo vacaciones, y todavía no sé si este verano podré disfrutarlas. La situación está muy mal.