Los hoteleros avisan de caída de reservas por encima del 70% en La Palma por la erupción y claman por salvar el invierno

Europa Press

Santa Cruz de La Palma —
6 de octubre de 2021 13:02 h

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La erupción volcánica originada el pasado 19 de septiembre en Cumbre Vieja, y que generó prácticamente un lleno turístico en la Isla durante la primera semana, ha dado paso a una situación “muy delicada”, con una caída de reservas “terrible” por encima del 70% para los meses de octubre y noviembre.

Así lo avanza a Europa Press el gerente de Ashotel (Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro), Juan Pablo González, quien precisa que aunque la situación de emergencia prosigue en la Isla hay una “cierta normalización” fuera de la zona de exclusión que permite “hacer turismo con seguridad”.

González señala que la erupción afecta especialmente a la zona oeste de la Isla, sobre todo en los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte, pero en la otra gran zona turística de la isla, en Los Cancajos --al este y cerca del Aeropuerto--, “la situación es tranquila y es una zona segura”.

Ha comentado que el propio subsector turístico fue consciente al comienzo de la emergencia de que “no tocaba el turismo” en los primeros días y “no podía ser” que hubiera 'selfies' mientras la gente era evacuada de sus casas pero entiende que ahora “el riesgo se está atenuando”.

En esa línea, ha indicado que “hay que ir recuperando la actividad poco a poco” y por ello se trabaja, junto a las instituciones, en realizar una acción dirigida a los mercados emisores, especialmente el alemán, para transmitir cierta “tranquilidad relativa” y que la isla “merece ser visitada”.

Así, ha remarcado que la Palma tiene que tener temporada de invierno porque quedó muy afectada tras una pandemia de año y medio.

“No queremos volver al 14 de marzo, no puede ser, sería una travesía del desierto demasiado larga para la cual a lo mejor no tenemos agua”, señala rememorando gráficamente la posición del delegado de la patronal en la isla, Carlos González, propietario de un hotel en Los Cancajos.

González ha comentado que la gente “necesita ayuda ya” porque se vive una emergencia para los que han perdido sus casas y terrenos pero “también se necesita que los negocios no cierren” y si los palmeros no tienen temporada de invierno, “no será el volcán sino la crisis, la que se los lleve por delante”. “Tenemos que salir todos agarrados a ese barco que es la temporada de invierno”, ha agregado.

La situación sí es especialmente grave en la parte oeste de la Isla donde se sitúa uno de los núcleos turísticos más importantes, Puerto Naos, en la costa de Los Llanos de Aridane, evacuado y sin posibilidad de acceso porque la carretera ha sido cortada por el paso de la lava.

Con un hotel de la cadena Meliá y muchos alojamientos turísticos más pequeños y bloques de apartamentos, necesitará de una obra para habilitar el acceso cuando pase la erupción y “mientras no se haga vía de acceso no estará operativo, espero que sea semanas, si no meses”, detalla.

“PREOCUPACIÓN E INCERTIDUMBRE” EN EL OESTE

Ha indicado que los asociados en esa zona de la Isla les transmiten “preocupación e incertidumbre” si bien valora que las instituciones públicas “se han volcado” y anuncian diversos paquetes de ayudas para iniciar la reconstrucción. “Las medidas deben servir para restaurar, es el momento de hechos, no palabras”, indica.

De esta forma, y pese a que la Isla dispone ahora de un solo motor turístico -Los Cancajos-, ha apuntado que como los aviones, se puede operar, y ahí hay una “parte importante” de camas de la Isla con disponibilidad para el invierno.

“Es bueno que haya turismo porque trae dinero para la isla en gasto en destino, alojamientos, comercios y restaurantes. Los propietarios tienen que tirar para adelante todos los días así que turismo con seguridad, pero turismo sí”, subraya.

Ha señalado también que desde las instituciones nos les han pedido más plazas alojativas para personas evacuadas --hay menos de 200 en un hotel de Fuencaliente-- y remarcado el papel de la ciencia en esta crisis volcánica porque se han evitado accidentes personales y fallecimientos.