El Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, en el marco del programa de educación ambiental iniciado en 1991, ha puesto en marcha este viernes una nueva edición de la campaña de repoblación de plantas de especies amenazadas de extinción o con poblaciones escasas, propias de la zona de cumbres del norte de La Palma, en la que participan los escolares de la Isla.
El director-conservador del singular espacio natural de La Palma, Ángel Palomares, explicó que “este programa de educación ambiental empezó con un proyecto piloto el curso 1991/1992 con el colegio de La Palmita de Santa Cruz de La Palma”. A partir del siguiente curso se hizo extensivo al resto de los centros escolares de la Isla y se ha mantenido de forma continuada hasta la actualidad. En el mismo participan todos los años entre 10 y 20 centros docentes.
El programa incluye las actividades que “se pactan en un calendario entre los profesores de los centros y los guías del Parque Nacional”, subrayó Palomares. Contempla una charla de presentación en el centro escolar (45 minutos) y, en la versión infantil, se cuenta el cuento 'Don Retamón el dormilón' (20 minutos).
Antes de llevar a cabo la repoblación, se realiza una siembra de las semillas en cada centro escolar y se realizan visitas de seguimiento para el cuidado de las plantas. Además de las que se producen en los propios centros escolares, la repoblación también se hace con otras que “se obtienen en el vivero que el Parque dispone en colaboración con la Escuela de Capacitación Agraria de Los Llanos de Aridane”, explica Palomares.
A lo largo de los años “hay especies emblemáticas que siempre se han incorporado en las repoblaciones, como el retamón (Genista benehoavensis), con menos de 10 ejemplares adultos conocidos en todo el mundo a mediados de los años 80 del siglo pasado, y que en el inventario de 2011 se contaban cerca de 12.000 ejemplares en total y casi 6.000 adultos. Su espectacular floración amarillo oro durante el mes de junio, subraya Palomares, ”hace imprescindible una visita a esa zona de la Isla“..
Igualmente se han incluido, continúa el director del Parque, “la violeta (Viola palmensis), el tajinaste rosado (Echium wildpretii ssp trichosiphon), el tajinaste azul de cumbres (Echium gentianoides) y la retama de cumbres (Spartocytisus supranubius)”.
Al principio también “se incorporaban en la repoblaciones alhelíes (Erysimum), margaritas (Argyranthemum), lechuguillas (Lactuca palmensis), crespa (Plantago), que por incrementos de sus poblaciones naturales, poco a poco se fueron abandonando”. El clavel de cumbre (Cerastium sventenii) “lo ha sido porque no se ha encontrado la zona adecuada para que aparezca la segunda generación”.
Los escolares “han puesto pequeñas cantidades de cedro canario (Juniperus cedrus) Bencomia exstipulata (los últimos años), cabezote (Cheirolophus teydis) o peralillo de cumbres (Sorbus aria)”
Desde comienzo de siglo XXI se han sumado “dos especies de matorral: la gacia (Teline) y el tagasaste (Chamaecytisus), muy frecuentes en acantilados de la zona y en otras partes de la Isla, pero escasos en lugares de pendientes moderadas, accesibles para los herbívoros exóticos que el hombre ha ido introduciendo en la Isla desde hace más de 2.000 años, y que son la causa de regresión de las poblaciones todas las especies mencionadas”. Por el seguimiento de parcelas experimentales “se ha comprobado que el tagasaste debió de ser una especie muy abundante en el matorral de cumbres además de serlo en el sotobosque del pinar”.
Las repoblaciones se hacen “en recintos con escasa vegetación previamente protegidos con vallados que deben permanecer entre 5 y 10 años hasta que la mayoría de las plantas repobladas llega a tamaño adulto”.
En la jornada de repoblación los escolares “se dividen en pequeños grupos con un monitor, que explica la forma correcta de realizar la repoblación”. Cada alumno repuebla 3 o 4 plantas, abriendo un hoyo y trasplantado el ejemplar desde los contenedores utilizados en el vivero. Asismismo, prepara el agujero para permitir un riego de 10 litros de agua por planta y, por último, riega la planta. Después observan lugares repoblados en años pasados o hacen una visita a los alrededores del Roque de los Muchachos.