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Aspectos de la vida política de Los Llanos en 1868

El pasado jueves 23 de mayo se cumplieron 150 años de la expedición de un Real Decreto, firmado por la reina Isabel II, por el que se concedía “al pueblo de Los Llanos” el título de Villa. Con el Pleno que hoy celebramos cumplimos con lo aprobado por esta Corporación en julio del año pasado cuando se acordó mediante una Moción Institucional, a iniciativa de Izquierda Unida Canaria, crear una Comisión encargada de la organización de un programa de actividades destinado a conmemorar, en 2018 y 2019, la concesión a Los Llanos de Aridane de los títulos de Villa y de Ciudad.

Como señalamos cuando presentamos la moción consideramos que se podían aprovechar estas dos efemérides, “tanto para divulgar la historia de nuestro municipio entre los vecinos y vecinas, con la organización de conferencias, exposiciones, presentaciones de libros, etc…, como para fomentar el desarrollo de investigaciones sobre la historia de Los Llanos de Aridane. No se trataría solo de organizar una serie de actos institucionales que recordaran a los protagonistas directos de la concesión de los títulos”, como el que hoy celebramos, “sino de aprovechar las efemérides para conocer y divulgar la evolución política, social y económica del municipio en los dos últimos siglos”.

La mencionada comisión, integrada por representantes de los partidos políticos, técnicos municipales, profesores universitarios y otros profesionales, ha comenzado a trabajar en un programa más amplio que el de los 150 últimos años de historia del municipio, como se había planteado inicialmente, para abarcar 500 años de la Historia del lugar que hoy ocupa Los Llanos de Aridane.

Voy a centrar esta intervención en el Pleno de hoy en comentar algunos aspectos de la vida política de 1868 en Los Llanos a partir de lo consultado en el Archivo Municipal. Aprovecho para agradecer la colaboración y amabilidad de Miguel Santiago, archivero municipal, a la hora de facilitarme el acceso a diversas fuentes históricas.

Comenzaré con una curiosidad. La iniciativa para solicitar al Gobierno de España la concesión del título de Villa no surgió inicialmente, como podríamos pensar, del Pleno de este Ayuntamiento. Surgió de un vecino de Santa Cruz de La Palma, en aquella época residente en Madrid, Faustino Méndez Cabezola, definido por Jaime Pérez García en sus Fastos Biográficos de La Palma como “propagador constante de la democracia, liberal y republicano, catedrático modelo, jurisconsulto distinguido, escritor notable, literato profundo y periodista incansable”.

En el Pleno del 27 de febrero de 1868, el alcalde manifestó haber “recibido de los Señores D. Jacinto de León y Falcón y D. Faustino Méndez Cabezola, Presidente y Secretario de la Diputación permanente que tiene en la Corte la Sociedad de Amigos del País de esta isla, una carta, (…) en la cual dichos Señores demuestran la posibilidad y aun probabilidad de conseguir el título de Villa para este pueblo, si su Ayuntamiento lo solicita”.

La iniciativa fue acogida con entusiasmo por el alcalde quien afirmó que “es muy general y antigua entre nosotros la idea de que nuestro pueblo adquiera el indicado título tan justo y merecido”, proponiendo a la Corporación, que aprobó por unanimidad la propuesta, “se sirviese acordar que se elevará (…) una (…) exposición con la enunciada solicitud y que se consigne en el acta de la presente sesión el aprecio y agradecimiento con el que el Municipio ha visto la referida carta y con copia autorizada de las mismas esta se dirija a (…) a los precitados D. Jacinto de León y Falcón y D. Faustino Mendez Cabezola, dándoles las gracias porque una vez más con las gestiones espontáneas practicadas para dotar a este pueblo del título de Villa que indudablemente le corresponden”.

Acercarse a la vida política de Los Llanos en esta época, a través del Libro de Sesiones donde se recogen las actas de los plenos, resulta interesante también para encontrar continuidades y rupturas en la historia del municipalismo español.

El Ayuntamiento de Los Llanos de 1868, presidido por Domingo Acosta, estaba formado por 16 concejales, todos hombres, ya que no será hasta 1924 cuando puedan ser elegidas mujeres como concejalas y alcaldesas. El censo de las elecciones bianuales no superaba los 200 electores, todos ellos pertenecientes a los mayores contribuyentes del municipio que ejercían una influencia total en las principales decisiones del Ayuntamiento. Sirva como ejemplo el que los mayores contribuyentes llegasen a participar en los plenos junto a los concejales en asuntos como “acordar el medio o manera de hacer efectivo el cobro de la Contribución” o en la aprobación del presupuesto municipal.

Un Ayuntamiento que tampoco era ajeno a la influencia que tenía la Iglesia Católica en la sociedad y en las instituciones de la época. Así, en el pleno convocado en febrero de 1868 para la “formación del alistamiento” de soldados en el municipio se reunía la Corporación “en unión del cura párroco”, quien aportaba en este acto los Libros de Bautismo, o en marzo de ese mismo año, “con motivo de la escasez de aguas (…) por lo que se hallan los sembrados en un estado lamentable”, se acordaba por la Corporación “hacer la expresada rogativa publica señalando para ello el Miércoles once del corriente, para lo cual se pasará oficio por el Sr. Presidente al Vicario Párroco quien acordará o dispondrá las imágenes que deben salir en procesión.”

El presupuesto municipal de gastos, que alcanzaba los 2.886 escudos ese año, resultaba insuficiente para satisfacer las necesidades a las que tenía que hacer frente la institución. Sirva como ejemplo la reclamación del Médico, al que se le adeudaba un año de trabajo y que tras dejarse el asunto “sobre la mesa” en una sesión, se señaló en otra que nunca se consignó en el presupuesto la cantidad de 1.000 escudos que exigía, lo que originó posteriormente un debate en el pleno de presupuesto sobre la reducción que se proponía: 600 escudos frente los 1.000 que habían figurado el año anterior.

Reducciones del sueldo impuestas no sólo por la Corporación, sino también por el Gobernador Civil de la Provincia, quien aprobaba definitivamente el Presupuesto Municipal y que ese año decidió “reducir el sueldo del Secretario a la cantidad de 450 escudos en vez de la de 500 que ha venido disfrutando de atrás” y también el del Portero municipal. El Secretario, Mariano Lorenzo, expone su rechazo a la medida en el Pleno del 11 de junio con una contundencia que reproduzco a continuación:

“Estas novedades no han podido menos de llamar la atención del que habla, no obstante su respeto y acatamiento a todo lo que emane del Superior (...) Respecto del Secretario, nadie duda de su mezquina gratificación, comparada con los constantes trabajos que tiene a su cargo. El por sí solo, sin oficial que le ayude tiene que ocuparse no solo en los deberes de la Administración propiamente dicha, sino también en los asuntos criminales judiciales que por delegación especial practique esta Alcaldía. Y aun cuando satisfecho estuviese con el sueldo que le hemos señalado relativamente a su trabajo, es un padre de familia que tiene precisamente que abandonar cualquier otra ocupación lucrativa para ocuparle en casi todos los asuntos de este Ayuntamiento; y es preciso que viva y que viva sin mancilla. Es una persona decente; y muy poca cantidad es la de 500 escudos para sufragar y mantener (…) decente familia; y si queremos que la Administración se desempeñe por persona digna, es preciso que su dotación sea algún tanto decorosa. Por lo que hace al Portero; y aunque su destino es algo más triste, es también un pobre que ha de vivir con su familia y muy corto es el sueldo que se le ha señalado; máxime cuando estos dos empleados no tienen otros gajes que los que nacen de su simple dotación.”

Dificultades también para realizar obras de mejora en el abrevadero público en el Trocadero con el fin de “resguardar el ganado que allí concurre”, que la Corporación tiene que incluir en “los gastos imprevistos que figuran en el presupuesto municipal”.

Otro aspecto relevante de la vida política del momento es la delegación de funciones entre los concejales del Ayuntamiento. No existía la dicotomía que hoy vivimos entre gobierno y oposición. El alcalde comisionaba a los concejales para la realización de determinadas funciones, como cuando en el mes de junio “mirando el mal estado en que se hallan (…) las calles públicas de este pueblo y hallándose esta Alcaldía recargada con trabajos de preferentes servicios, delega o comisiona [a los concejales] para que disponga se limpie la calle del Calvario hasta Hermosilla, la del Castillo hasta el Barranco de Cabecitas, (…) los pagos de Tajuya, Campitos y Todoque”.

Concejales comisionados que no siempre cumplían con su trabajo, como los encargados de “la formación del empadronamiento”, que tras haber sido nombrados a comienzo de año y después de haberse recordado y amonestado en varios plenos “la misma Alcaldía (...) se ve (…) obligada a hacer cumplimentar esta disposición, multando desde ahora a los comisionados que no presentes estos trabajos hechos en el término de quince días con veinte escudos a cada uno y de lo que dará parte al Gobernador de la Provincia para su realización”.

A pesar de que el 23 de mayo el municipio recibió el título de Villa, no sería hasta el día 15 de julio cuando “el estampido del cañón, repique general de campanas, el aire sembrado de cohetes y la banda de música de aficionados anunció a los habitantes de esta población”, como recogía el periódico El Time, “que el Gobierno de S.M. se había dignado elevar a la categoría de Villa al pueblo de Los Llanos”.

Hoy recordamos con este acto una parte de la historia del municipio que ojalá futuras investigaciones que se concreten en conferencias, publicaciones y exposiciones nos ayuden a comprenden mejor la evolución política, social y económica de nuestro municipio a lo largo de su historia.

(Intervención de Felipe Ramos Pérez, portavoz de IUC en el Ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, en el Pleno de Conmemoración del 150 Aniversario de la declaración de Villa de Los Llanos de Aridane el 26 de mayo de 2018).

El pasado jueves 23 de mayo se cumplieron 150 años de la expedición de un Real Decreto, firmado por la reina Isabel II, por el que se concedía “al pueblo de Los Llanos” el título de Villa. Con el Pleno que hoy celebramos cumplimos con lo aprobado por esta Corporación en julio del año pasado cuando se acordó mediante una Moción Institucional, a iniciativa de Izquierda Unida Canaria, crear una Comisión encargada de la organización de un programa de actividades destinado a conmemorar, en 2018 y 2019, la concesión a Los Llanos de Aridane de los títulos de Villa y de Ciudad.

Como señalamos cuando presentamos la moción consideramos que se podían aprovechar estas dos efemérides, “tanto para divulgar la historia de nuestro municipio entre los vecinos y vecinas, con la organización de conferencias, exposiciones, presentaciones de libros, etc…, como para fomentar el desarrollo de investigaciones sobre la historia de Los Llanos de Aridane. No se trataría solo de organizar una serie de actos institucionales que recordaran a los protagonistas directos de la concesión de los títulos”, como el que hoy celebramos, “sino de aprovechar las efemérides para conocer y divulgar la evolución política, social y económica del municipio en los dos últimos siglos”.