He visto por ahí que la NASA ha fotografiado un dónut en Marte. Creo que es el hecho científico más relevante después que Einstein formulara la teoría de la relatividad, que para mí está chupadísima. Un alumno me pidió que se le explicara y le dije que comparara una hora de clase conmigo que se le haría larguísima, con una hora con Beyoncé, pongamos por caso, en un hotelito de plaza, que se le haría cortísima. Bueno, lo reconozco, soy lector empedernido de ciencia ficción, pero volvamos al dónut marciano. El dónut tiene la forma de un portal dimensional, con la ventaja para el dónut de que mojadito en un café con leche es más sabroso. Señores científicos, en vez de navegar a Marte en naves pesadísimas que estallan en el aire como la de Elon Musk, construyan un dónut gigante y pasen a través del agujero, verán ustedes que llegan a Marte en un plisplás. Después de todo, reconozcan ustedes que todos hemos llegado a este planeta a través de, bueno, ya saben a qué me refiero. Ya sé que los científicos negarán el dónut de Marte, dirán que es una piedra, los veganos lo negarán por razones dietéticas, los climatólogos que es imposible la existencia de dónuts en la atmósfera de Marte, etc., y así no vamos a llegar a ningún lado, sólo navegaremos por el vasto universo a través de alguna serie de Netflix, como mucho. Tolkien escribió ‘El Señor de los Anillos’ porque entonces no había dónuts, si no hubiera escrito 'El Señor de los Dónuts'. En fin, me vine arriba, sorry.