Es esta, una palabra llena de ilusión, de incertidumbre, de esperanzas, de inseguridades, de deseos y de un sinfín de sentimientos y emociones que pueden pasar por la cabeza de cada individuo, en función de sus vivencias pasadas, su realidad actual y sus expectativas próximas.
Uno de los mayores dramaturgos de la historia, como lo fue William Shakespeare, decía que, no está en las estrellas mantener nuestro destino, sino que esto se encuentra en nosotros mismos. Y quizás, esta frase contiene uno de los grandes secretos de esta vida, pues se nos está hablando de que la mejor forma de predecir el futuro es construyéndolo.
Es cierto que hay una gran parte del futuro que ni tú, que lees esto, ni yo, que lo escribo, ni nadie de este mundo, puede controlar. Siempre surgen imprevistos, o simplemente pasan cosas que no se esperan, a veces para bien y a veces para mal. Pues el futuro es algo realmente incierto. Pero es que, sea de la manera en la que sea, también existe una parte de este futuro, al que llamamos incierto, que será más favorable para ti, si has ido construyéndolo día tras día, paso a paso, con todo lo que está en tus manos.
Y es que, cuando menos lo esperamos, los años pasan y el futuro llega, y si nos hemos preparado adecuadamente podremos subir al tren de la oportunidad que nos espera, y de este modo, es probable que vengan buenas cosas. Pero, sin embargo, si no construimos nada en el hoy, esa oportunidad llegará y ni si quiera la podremos identificar, al no estar preparados.
Esto es algo que va ligado también a la felicidad, ya que no debemos posponer nuestra felicidad para más adelante, sino crearla hoy. Conseguir ser felices hoy con lo que tenemos, y tratar de hacer todo lo posible para que este futuro del que hablamos sea algo que nos traiga cosas positivas, y que nos mantenga o aumente la ya mencionada, felicidad.
Lo que está por venir será, en buena parte, lo que sembremos hoy. Igual que un árbol dará sus frutos y lucirá unas bonitas hojas si se ha cultivado de la mejor manera durante años, nosotros los humanos también. Es conveniente cultivarnos, formarnos, educarnos, construirnos, mejorarnos, querernos, todo para que, a largo plazo, estos frutos de la vida crezcan, y se hagan fuertes y bonitos.
Y es cierto que hay muchos momentos en los que, por diversos motivos, se está pasando mal, se llega al fracaso, no salen las cosas como esperábamos, pero cuando surge una situación grave, hay tres opciones: quejarse, aceptarla y/o luchar por cambiarla.
Pero somos humanos, tenemos el derecho de hacer las tres en el mismo proceso. Podemos quejarnos cuando sale todo mal, y por supuesto, debemos aceptar que las cosas no se dieron como se esperaba. Pero el siguiente paso es el más importante, luchar por cambiarlas. Tener reacción, para que, precisamente eso que llamamos futuro, sea mejor.
En cada acto, en cada decisión que tomas hoy, es probable que estés escribiendo tu destino de mañana. Y es curioso, porque muchas veces, decisiones que se toman en un solo segundo nos pueden cambiar la vida.
Camina en la vida, aprende de tus errores, acepta las consecuencias, sigue caminando y sigue equivocándote sin dejar de aprender, que todo esto te hará mejor, y todos tus actos y decisiones cada vez serán más formadas, con menos fallos y más aciertos cada vez. Sigue caminando, atrévete a ir hacia un futuro mejor, un futuro que mereces y al que conseguirás llegar, no te rindas.
Christian Pérez