La Palma Ahora Opinión y blogs

Sobre este blog

Grecia

Es fácil demostrar que Grecia tenía razón en sus peticiones. El Fondo Monetario InternacionaI (FMI) ha reconocido (a buenas horas mangas verdes) que Grecia requiere una quita de la deuda, y un período de carencia de treinta años para el pago de su deuda europea. Incluso Angela Merkel no ha permitido que los más ultramontanos expulsaran a Grecia del euro.

Grecia, con un ministro de Finanzas, un reconocido economista a nivel internacional, había planteado la cuestión en términos puramente económicos, con una matemática irrefutable. Grecia no podía pagar, así que no debía pagar, y la repetición de los mismos planes que habían fallado, volverían a fallar. Eso no había quien pudiera discutirlo. Entonces encontró un muro, una barrera infranqueable. Una vez pasada la sorpresa, con el estupor que produce ver conductas irracionales en gente inteligente, replanteó la cuestión en términos políticos: convocó un referéndum.

Tsipras actuó con mucha inteligencia pero no pensaba que la Unión Europea(UE) reaccionara con una ruptura de los principios democráticos que sería bueno que pagara. El propósito de la UE, esto lo sabía Tsipras, no es solucionar los problemas económicos de Grecia. El problema al que quería dar solución la UE es el peligro en que se encontraban los privilegios de la gran empresa y la banca. Si reconocían la realidad, si reconocían que Grecia tenía razón, ello implicaba que la UE, el FMI y el Eurogrupo habían fracasado brutalmente y tendrían que cambiar. ¿Cambiar qué? ¡Pues el desmantelamiento del Estado del Bienestar! A ver si vamos pillando de qué va el juego.

Nada es más importante para la gran empresa que finiquitar lo poco que queda de este sistema social. Empezó en los años noventa y no piensa parar. Ese era un peligro que no podían asumir, había que someter a Syriza, el primer gobierno de izquierda radical que gana unas elecciones legislativas en Europa. Los de Syriza lo sabían perfectamente, pero los dejaron sin opciones. La otra vez que ocurrió algo similar, fue en 1967, el partido comunista griego, el KKE iba a ganar las elecciones. ¿Qué pasó? Hubo un golpe de Estado militar, sacaron los tanques a la calle, empezaba la Dictadura de los Coroneles. Hoy con una coalición de izquierda radical, esa es la traducción de Syriza, una sopa de siglas de 13 partidos, hemos visto un golpe de Estado financiero. No es nuevo, en Sudamérica, Estados Unidos ha dado cometido varios en sus colonias.

Ahora voy a desmentir algunas falsedades con las que nos quieren convencer de que lo blanco es negro:

Es falso que Grecia estuviera creciendo y saliendo de la crisis antes de la llegada de Syriza. Varufakis lo ha calificado de “ofensivo y estúpido, porque no es verdad” y ha dado su versión de los hechos: “La verdadera historia es que no llegaba la recuperación. En 2014 el PIB, nuestro ingreso nominal nacional continuó cayendo, hasta colapsar. Lo que pasó es que los precios caían incluso más rápido. Así que, si se computa el ingreso nacional en términos del Producto Interior Bruto (PIB) real, contando con que el precio de los mercados bajaba y estaba en términos negativos, el ratio se convertía en positivo”.

Es falso que Grecia no quisiera bajar su gasto militar, en realidad, las empresas alemanas de armamento sobornaban a los ministros griegos del PASOK, el PSOE griego y de Nueva Democracia, el PP griego, y les vendían las armas al doble de precio.

Es falso que la culpa de la situación griega fueran los altos gastos sociales, las pensiones o las prejubilaciones; en realidad, el total o más de la deuda griega está en Suiza, en manos de multimillonarios griegos. En el listado de griegos-suizos figuran un ex ministro de Cultura, varios altos cargos del Ministerio de Finanzas y numerosos dirigentes de la patronal, entre muchos otros grandes empresarios y destacados políticos.

Es falso que Grecia tenga que pagar sus deudas, Alemania no las pagó, los bancos españoles rescatados, tampoco.

Es falso que Syriza tenga la culpa de la situación griega, Syriza lleva gobernando seis meses y no ha recibido ningún rescate. El PP y el PSOE griegos, en coalición, gobiernan durante los últimos siete años.

A ver si espabilamos, porque la lucha de clases existe, las apuestas han subido y nos jugamos el futuro. Hemos perdido la primera batalla, pero aquí nadie se rinde, la lucha sigue y ahora no pretende sacar los tanques a la calle, no mientras pueda convencernos de que lo que es negro, es blanco.

Es fácil demostrar que Grecia tenía razón en sus peticiones. El Fondo Monetario InternacionaI (FMI) ha reconocido (a buenas horas mangas verdes) que Grecia requiere una quita de la deuda, y un período de carencia de treinta años para el pago de su deuda europea. Incluso Angela Merkel no ha permitido que los más ultramontanos expulsaran a Grecia del euro.

Grecia, con un ministro de Finanzas, un reconocido economista a nivel internacional, había planteado la cuestión en términos puramente económicos, con una matemática irrefutable. Grecia no podía pagar, así que no debía pagar, y la repetición de los mismos planes que habían fallado, volverían a fallar. Eso no había quien pudiera discutirlo. Entonces encontró un muro, una barrera infranqueable. Una vez pasada la sorpresa, con el estupor que produce ver conductas irracionales en gente inteligente, replanteó la cuestión en términos políticos: convocó un referéndum.