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OPINIÓN | Ana 'Roja' Quintana, por Antonio Maestre

Intensamente

Intensamente sumergida en lo profundo, deseando no ser otra que ella misma. Desnuda ante las sombras de la vida, cubierta con la sangre que le hace renacer en una eterna esperanza.

Intensamente reina de la lucha incansable, del dolor convertido en refugio sincero de un amor capaz de sobrevolar en lo adverso.

Intensamente desgarrando el alma desde la tristeza, dibujando ser libre con pinceladas de magia despojando en silencio sus miedos.

Intensamente suya, abierta a grandes mares que, aunque con fondos oscuros llenos de cicatrices, buscaba la luz más honesta de su ser.

Intensamente un anhelo por la vida bailando entre la certeza y el desespero, jugando con la locura sin límites siendo la forma rebelde de un sentimiento.

Intensamente enredada en la incomprensión de un destino con caminos cruzados, de malezas y espinos, de avanzar sin detenerse arrancando lo evidente.

Intensamente superviviente de una tormenta cargada de daño, transformando el desconsuelo en el más sincero arte y la angustia en su tinta más real.

Intensamente lujuria de sus impulsos vitales con la sensualidad en sus extremos, manos devorando lo atrevido, arañando lo prohibido.

Intensamente exploradora de otros mundos, de otro cielo alcanzable desde un grito hambriento a corazón abierto. Una salida por el placer de sentir, de llenarse de instantes.

Intensamente aferrada a la vida, con sangre en los latidos y con el tiempo en un puño.

Intensamente un sueño tranquilo, ojos cerrados, miradas al alma.

Intensamente, siendo vida, siendo muerte…

Intensamente sumergida en lo profundo, deseando no ser otra que ella misma. Desnuda ante las sombras de la vida, cubierta con la sangre que le hace renacer en una eterna esperanza.

Intensamente reina de la lucha incansable, del dolor convertido en refugio sincero de un amor capaz de sobrevolar en lo adverso.