Espacio de opinión de La Palma Ahora
La lucha contra las prospecciones es del pueblo, no de Coalición Canaria
Interesadamente, desde algunos ámbitos, se ha intentado identificar la lucha contra las prospecciones petrolíferas como un asunto impulsado por Coalición Canaria o, más absurdo incluso, como una perreta personal de Paulino Rivero. Nada más lejos de la realidad. Han sido los movimientos sociales, los que todos estos años han luchado contra las políticas de Coalición Canaria, quienes están llevando todo este movimiento. Que finalmente se haya contado con el apoyo de Coalición Canaria, PSOE o incluso la patronal hotelera, es sólo circunstancial, pero en cualquier ámbito de la lucha es preciso saber llevar adelante una buena estrategia. Resulta, pues, curioso, que haya gente que, estando contra las prospecciones, no se movilice porque se está “politizando” demasiado el tema y que participar en la campaña o las movilizaciones sería beneficiar a Coalición Canaria ¿qué más politización hay que priorizar los cálculos electoralistas (si tal cuestión beneficia o perjudica electoralmente a tal partido) sobre los intereses del conjunto de la población? Porque las prospecciones petrolíferas, por el régimen de corrientes marinas, afectan a toda Canarias, pudiendo llegar a La Palma en caso de que se produzca un vertido.
No se trata tampoco de “ya están los ecologistas de siempre con su No a todo”. Ese mundo extraño, inexistente, de quienes piensan que los ecologistas son quienes manejan todos los hilos cuando, en la práctica, se ha estado destruyendo el territorio a pasos agigantados (afortunadamente, a La Palma no ha afectado tanto, isla donde, precisamente, el movimiento ecologista no tiene tanta fuerza como en otras islas). Pues hay gente que confunde el movimiento ecologista con las consejerías y ministerios de Medio Ambiente o, incluso, el Seprona, siendo asuntos que nada tienen que ver. Se trata en esta ocasión de oponernos a unas prospecciones que suponen un riesgo no sólo para el Medio Ambiente (siendo el Medio Ambiente no un ente aislado, sino el medio donde se desarrolla el propio ser humano), sino para el futuro de los propios habitantes de las islas orientales, Lanzarote y Fuerteventura, que dependen del agua procedente de las desalinizadoras.
Tampoco reportaría el petróleo beneficios para Canarias, pues más allá de la no aclarada soberanía de las aguas, tema en el que España incumple los convenios internacionales de Montego Bay, el propio gobierno Español ha dicho que Canarias no tiene absolutamente nada que decir sobre las aguas que rodean las islas, pues estas son competencia exclusivamente española. Pero es que Repsol ni siquiera es una compañía española, se trata de una compañía privada (o privatizada), correspondiendo buena parte de su capital a México. El número de puestos de trabajo creado tampoco sería muy grande y, además, este tipo de actividades requeriría personal especializado del que Canarias carece. Por tanto, todos los beneficios se los llevaría Repsol y una pequeña parte, por medio de impuestos, el gobierno central. Un claro expolio colonial. Y es bastante gracioso que las personas a favor de las prospecciones estén en contra de que las haga Marruecos, en un claro ejemplo de ultranacionalismo español maurófobo, sin que ello quiera decir que uno apoye a la tiranía alauita que oprime a los pueblos marroquí, saharaui y rifeño.
Finalmente tenemos la cuestión del riesgo de vertidos. Como acaba de demostrar la crisis del ébola, la seguridad nunca será al cien por cien, y Repsol ya ha estado implicada en desastres medioambientales en distintas partes del mundo. Incluso, recientemente, el barco que se encargaría de realizar las prospecciones en Canarias, tuvo serios problemas en Namibia, estando a punto de producir un desastre medioambiental. Pero es que además, dada la gran profundidad de las aguas que rodean las islas, el riesgo aumenta. A mayor profundidad mayor peligro pues la presión del agua aumentaría los riesgos de rotura, imposibilitando reparaciones (lo cual no impide que salga a flote el petróleo por su menor densidad).
En definitiva, se trata de un asunto que afectaría a todas las personas que en Canarias viven. Aunque no estemos de acuerdo con el “monocultivo turístico”, es cierto que, dada la dependencia económica hacia este sector, un corte en seco del mismo sería desastroso. También están los más que evidentes riesgos para el medioambiente y el ecosistema. Y aunque no estemos de acuerdo con el modo en que está redactada la pregunta de la consulta, indudablemente, hay que participar mostrando nuestro rechazo a las prospecciones, priorizando nuestro futuro a si la pregunta beneficia a tal o cual formación política. A Coalición Canaria ya se la derrotará en otros ámbitos.
Interesadamente, desde algunos ámbitos, se ha intentado identificar la lucha contra las prospecciones petrolíferas como un asunto impulsado por Coalición Canaria o, más absurdo incluso, como una perreta personal de Paulino Rivero. Nada más lejos de la realidad. Han sido los movimientos sociales, los que todos estos años han luchado contra las políticas de Coalición Canaria, quienes están llevando todo este movimiento. Que finalmente se haya contado con el apoyo de Coalición Canaria, PSOE o incluso la patronal hotelera, es sólo circunstancial, pero en cualquier ámbito de la lucha es preciso saber llevar adelante una buena estrategia. Resulta, pues, curioso, que haya gente que, estando contra las prospecciones, no se movilice porque se está “politizando” demasiado el tema y que participar en la campaña o las movilizaciones sería beneficiar a Coalición Canaria ¿qué más politización hay que priorizar los cálculos electoralistas (si tal cuestión beneficia o perjudica electoralmente a tal partido) sobre los intereses del conjunto de la población? Porque las prospecciones petrolíferas, por el régimen de corrientes marinas, afectan a toda Canarias, pudiendo llegar a La Palma en caso de que se produzca un vertido.
No se trata tampoco de “ya están los ecologistas de siempre con su No a todo”. Ese mundo extraño, inexistente, de quienes piensan que los ecologistas son quienes manejan todos los hilos cuando, en la práctica, se ha estado destruyendo el territorio a pasos agigantados (afortunadamente, a La Palma no ha afectado tanto, isla donde, precisamente, el movimiento ecologista no tiene tanta fuerza como en otras islas). Pues hay gente que confunde el movimiento ecologista con las consejerías y ministerios de Medio Ambiente o, incluso, el Seprona, siendo asuntos que nada tienen que ver. Se trata en esta ocasión de oponernos a unas prospecciones que suponen un riesgo no sólo para el Medio Ambiente (siendo el Medio Ambiente no un ente aislado, sino el medio donde se desarrolla el propio ser humano), sino para el futuro de los propios habitantes de las islas orientales, Lanzarote y Fuerteventura, que dependen del agua procedente de las desalinizadoras.