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Sobre este blog

Ni una menos

En la vida como en la muerte, hay niñas, hay mujeres.

Nuestras hijas serán feministas. Nuestros hijos también. El lenguaje sexista no estará entre nosotras porque yo dejaré de transmitirlo. El juguete sexista tampoco. Regalaré a mi hija un coche, también muñecas, un telescopio, legos de construcción y una excavadora. Siempre habrá buenos libros a su alcance: en casa y en la escuela. Tendrá actitud crítica y será una niña inconformista. Podrá jugar a tener novios, novias o a tenerse a ella. La menstruación y el sexo ya no serán tabúes. Conocerá su cuerpo, ella la primera. Sabrá qué es la autoestima y el amor propio. Le abriré paso al mundo para que ella descubra el resto. Sabrá encontrar la magia y sorprenderse. Mi hija podrá viajar sola a cualquier parte y de cualquier manera, la altura de su falda será la que ella decida y atravesará la madrugada en silencio, bajo la luna de cualquier barrio oscuro: sin miedo. Nadie se meterá con ella. Le contaré que nosotras no fuimos libres. Decidirá y conocerá al dedillo sus derechos laborales porque le interesará estar bien informada. Tendrá buenos amigos y las mismas oportunidades que ellos. Participará en la política si quiere hacerlo y será revolucionaria si quiere serlo. Llorará de rabia y de alegría. Y a veces sabrá porqué. Mi hija decidirá si quiere ser madre. Sus amigas también. Será insumisa y se cuestionará el sentido de la felicidad.

Nuestras hijas ya no serán asesinadas porque nuestros hijos serán feministas.

En la vida como en la muerte, hay niñas, hay mujeres.

Nuestras hijas serán feministas. Nuestros hijos también. El lenguaje sexista no estará entre nosotras porque yo dejaré de transmitirlo. El juguete sexista tampoco. Regalaré a mi hija un coche, también muñecas, un telescopio, legos de construcción y una excavadora. Siempre habrá buenos libros a su alcance: en casa y en la escuela. Tendrá actitud crítica y será una niña inconformista. Podrá jugar a tener novios, novias o a tenerse a ella. La menstruación y el sexo ya no serán tabúes. Conocerá su cuerpo, ella la primera. Sabrá qué es la autoestima y el amor propio. Le abriré paso al mundo para que ella descubra el resto. Sabrá encontrar la magia y sorprenderse. Mi hija podrá viajar sola a cualquier parte y de cualquier manera, la altura de su falda será la que ella decida y atravesará la madrugada en silencio, bajo la luna de cualquier barrio oscuro: sin miedo. Nadie se meterá con ella. Le contaré que nosotras no fuimos libres. Decidirá y conocerá al dedillo sus derechos laborales porque le interesará estar bien informada. Tendrá buenos amigos y las mismas oportunidades que ellos. Participará en la política si quiere hacerlo y será revolucionaria si quiere serlo. Llorará de rabia y de alegría. Y a veces sabrá porqué. Mi hija decidirá si quiere ser madre. Sus amigas también. Será insumisa y se cuestionará el sentido de la felicidad.