Espacio de opinión de La Palma Ahora
Palabras para Doris Valenzuela Angulo
¿Qué tierra te acoge? ¿Quién te vela? ¿Qué sueño fuiste a buscar que no hubieras encontrado entre nosotras? ¿Qué sábanas de misericordia te envuelven? ¿Qué cantos de libertad te acunan? ¿Quién podrá abrazar tu cuerpo entregado a la lucha y por la lucha caído sobre el suelo, abandonado, definitivamente, a la muerte? Y ahora que nos faltas, dinos, ¿a quién acudiremos para saber de ti y tus batallas contra el enemigo común? ¿Quién va a defendernos de todos ellos?
Te imagino llena de ilusiones emprendiendo el camino, la búsqueda de otras islas en las que poder refugiarte. Te imagino, lo sabes, porque, estés donde estés, siempre habrá un largo camino que debemos recorrer juntas. Todas nosotras a tu lado construyendo ese lugar donde poder vivir en paz las unas con las otras. Ya lo sabes, tú lo sabes. No hay tierra de promisión donde puedas descansar en paz. Siempre habrá cuchillos afilados, piedras que lapidan, brazos que te cercan. Siempre habrá traidores, causas abiertas, peligros que traspasar. Siempre fieras al acecho, caminos peligrosos, fango y muertes despiadadas. Y, mientras tanto, aquí estamos las mismas de siempre. Abiertos los brazos te esperamos para soñar de nuevo.
Tú lo sabías. Siempre lo supiste. Y a pesar de todo te levantaste firme contra tantas injusticias, tantas miserias, tanta persecución. Te alzaste, altiva y feroz, contra aquellos que querían hacerte de nuevo abandonar tus esperanzas, humillarte y rendirte. Puesta en pie clamaste por tu libertad y la nuestra que era la tuya. Nada ni nadie paralizó tus esfuerzos por cambiar el mundo y hacerlo más generoso y habitable. Tú, viva entre nosotras, más viva hoy que nunca entre nosotras a pesar de la muerte. Viva siempre por tus gestos, tu valor, tu grandeza al clamar por una tierra prometida que llegaste a invocar con cada uno de tus gritos por todos los desiertos que habitaste. Tú. Siempre viva. Doris Valenzuela Angulo.
Son sólo palabras. Lo sé. Yo también lo sé. Pero las palabras nos unen, nos protegen, nos dan fuerza y aliento para seguir caminando hacia la luz que tanto defendías.
Elsa López
La Palma 18 de mayo de 2018
¿Qué tierra te acoge? ¿Quién te vela? ¿Qué sueño fuiste a buscar que no hubieras encontrado entre nosotras? ¿Qué sábanas de misericordia te envuelven? ¿Qué cantos de libertad te acunan? ¿Quién podrá abrazar tu cuerpo entregado a la lucha y por la lucha caído sobre el suelo, abandonado, definitivamente, a la muerte? Y ahora que nos faltas, dinos, ¿a quién acudiremos para saber de ti y tus batallas contra el enemigo común? ¿Quién va a defendernos de todos ellos?
Te imagino llena de ilusiones emprendiendo el camino, la búsqueda de otras islas en las que poder refugiarte. Te imagino, lo sabes, porque, estés donde estés, siempre habrá un largo camino que debemos recorrer juntas. Todas nosotras a tu lado construyendo ese lugar donde poder vivir en paz las unas con las otras. Ya lo sabes, tú lo sabes. No hay tierra de promisión donde puedas descansar en paz. Siempre habrá cuchillos afilados, piedras que lapidan, brazos que te cercan. Siempre habrá traidores, causas abiertas, peligros que traspasar. Siempre fieras al acecho, caminos peligrosos, fango y muertes despiadadas. Y, mientras tanto, aquí estamos las mismas de siempre. Abiertos los brazos te esperamos para soñar de nuevo.