Después de 54 días de erupción del volcán en La Palma, hemos asistido a la primera reunión de la Mesas Sectoriales de Turismo, convocadas a petición de los empresarios. El balance de las reuniones me ha dejado atónita. Ante la mayor crisis social, humana, económica, incluyendo turismo cero, que experimenta La Palma en la historia reciente, justo después de otra crisis de récord como fue la del covid, el planteamiento del consejero de Turismo del Cabildo de La Palma, Raúl Camacho nos ha dejado boquiabiertos.
Con total seguridad, se publicarán notas de prensa alabando las reuniones de las Mesas Sectoriales, del consenso generado y de las nuevas acciones a desarrollar. Pero por favor, lean entre líneas esta nota de prensa que ante esta crisis para ver si: ¿hay alguna propuesta concreta? ¿se presenta un plan turístico de recuperación? ¿se subsanarán los problemas anteriores ahora exacerbados con la crisis? ¿hay un presupuesto extraordinario específico y concreto para solucionar la crisis? ¿se justifican las acciones realizadas hasta ahora si es que se ha hecho alguna gestión? ¿se justifica de alguna manera que no se haya convocado hasta ahora estas Mesas de Trabajo o incluso que no se haya convocado a las concejalías de turismo? Les apuesto a que no se concreta nada, ni tampoco se piden disculpas por la inacción. Es más, seguramente esta nota de prensa estará plagada de vaguedades y sin ningún tipo de detalle o reseña que permita ver cuáles son las propuestas concretas para salir de la mayor crisis a la que nos vamos en enfrentar en nuestras vidas.
Es que el planazo turístico al que hemos asistido durante la reunión de la Mesa sectorial de astroturismo y la Mesa Sectorial es el siguiente: recoger las propuestas del sector y un simple decálogo de buenas intenciones para el futuro. Esto parece todo correcto, pero no es lo que se hace ante una crisis, sino ante una reunión ordinaria de gestión ordinaria, cuando estamos en vacas gordas. Ante las vacas flacas, flaquísimas que nos esperan y que ya tenemos en ciernes, este planazo es flagrantemente insuficiente, incompleto e incompetente.
Vamos a concretar en tema de astroturismo, que es lo que conozco de primerísima mano. Nuestro gran problema antes del covid es el uso y gestión de los miradores astronómicos así como las herramientas de las que disponemos: la cartelería es insuficiente, o el reparto del espacio, algunos miradores tienen luminarias (no sirven), otros los aparcamientos están en mal estado o simplemente no se poda la vegetación para permitir la visibilidad o tener espacio para trabajar (no sirven). Además, al no existir normativa de uso, nos tenemos que enfrentar mientras trabajamos con botellones, uso indebido de luces (un solo coche puede estropear la noche; NO SIRVE). A principios de 2021, conseguimos aprobar en la Mesa de Astroturismo, financiar un pequeño proyecto de auditoría de los miradores pero a día de hoy todavía no se han analizado los resultados, ni llevado a cabo ninguna solución.
Así que ahora con el volcán, tres de los miradores astronómicos más utilizados para astroturismo están inutilizados: mirador de Los Guirres, bajo la lava desde esta mañana; Mirador del Jable está a un kilómetro del volcán y permanecerá en zona de exclusión y bajo la ceniza durante bastante tiempo y finalmente, mirador de Las Ventas, que es pequeño y no sirve para uso simultáneo de varias empresas. Además está en la zona de exclusión y posiblemente bajo centímetros de ceniza. Y en cualquier caso, no se pueden usar telescopios con ceniza puesto que se inutilizan. Así que nuestra mayor necesidad ahora mismo y de manera urgente, es: 1. Sistema de gestión para los miradores astronómicos; 2. La ampliación de miradores en uso; 3. Búsqueda de nuevos emplazamientos que reúnan las condiciones idóneas de oscuridad y preparación para uso astroturístico, así como 4. Un plan de limpieza para los miradores del Jable y Ventas una vez salgan de la zona de exclusión. Esta es nuestra prioridad. Esto es nuestro imprescindible para poder trabajar desde el día 1 después del volcán.
El sector turístico de La Palma mueve más del 20% del PIB de la isla y que, sin duda, si y solo si estamos preparados en todo el sector, incluyendo astroturismo que es uno de los mayores reclamos turísticos de La Palma, seremos la primera piedra económica para la reconstrucción. Así que se necesita mucha gestión, un plan turístico excepcional y mucha participación pública-privada.
Si este es el planazo turístico presentado, donde no se ha analizado la situación actual del turismo y repercusiones del volcán, no se tiene presupuesto específico, ni plan de actuación y la gestión es claramente deficiente, solicitamos rectificación urgente. Si el actual consejero de Turismo del Cabildo de La Palma no es capaz de hacer el mínimo de trabajo requerido, es decir, si la tarea encomendada con crisis o sin ella, se le queda grande, grandísima, entonces le ruego, le suplico, que ceda su puesto a otra persona. A otra persona con ganas, capacidad y que sepa ganarse el respeto y liderazgo que el puesto merece.
Puede que en La Palma estemos acostumbrados a paños calientes, a gestores de aprobado raspado o peor, pero es el momento de personas valientes y de mucha dignidad. Nos toca trabajar bien o la alternativa es: emigración o revolución. No creo conveniente desempolvar las guillotinas, ni tampoco sacar los barcos para Venezuela, así que la alternativa es trabajar bien. Abróchense los cinturones. Hemos de reclamar y reclamamos una gestión acorde a las circunstancias y a la crisis que nos enfrentamos. El que esté calentando sillón, que deje el puesto a otra persona. Y el que pueda trabajar de manera decente, que se quede, no dimita y dé un buen puño sobre la mesa.
Podemos tener millones de euros para invertir en reconstrucción de la isla y su economía (y ojalá para una mejor que antes!). Podemos tener un desfile de buenas intenciones de ministros y consejeros del Gobierno de Canarias casi diario, pero Dios nos libre! de gestores que no saben lo que hacen: sin objetivos, sin metas, sin ideas, y con una crisis que, salvo excepciones, les queda tres tallas grandes.