La última avería de La Laguna de Barlovento (una fisura de unos 50 centímetros en una de las láminas), constatada en los primeros meses de este año, se produjo “con toda seguridad” en la rotura de abril de 2011, “pero dado su pequeño tamaño” no se percibió “durante la reparación de 2012, al no realizarse actuaciones en dicha zona por no detectarse en ella anomalía alguna”, según se indica en el informe dado a conocer este jueves a los miembros de la Junta de Gobierno del Consejo Insular de Aguas de La Palma.
En el citado documento, redactado por Francisco Javier Martín Castro, ingeniero técnico del aludido organismo dependiente del Cabildo, se indica que “en la reparación parcial realizada en 2012 se prolongaron los drenes que fueron canalizados durante la reparación de 2006, y se colocaron dos nuevos para el control de la zona de reparación parcial”.
El objetivo de control de drenes, explica, “es monotorizar los caudales que pueden producirse en estos por posibles fugas del sistema de impermeabilización del embalse” más grande de La Palma.
Durante la instalación del citado sistema se observó “un anormal caudal del dren 4 que corresponde a la zona central y suroeste de la balsa, coincidente con la de las entradas de barrancos”, sector en el que “no se produjeron actuaciones en 2012”.
Por este motivo, añade, se realizaron “diferentes” intervenciones “encaminadas a canalizar el caudal de fuga de este dren, con valores de unas 60 pp/h (pipas de agua de 480 litros cada una) en los momentos punta, y que fueron dirigidos en todo momento al canal y al embalse de Unión de Canales).
El reseñado caudal punta, precisa, “se produjo debido a la acumulación de agua en la zona de macada bajo la lámina, dado que durante la rotura de 2011 se formó un taponamiento de los drenes por la entrada de barro desde la galería de fondo, al entrar esta en carga”.
Al estar tupidos los drenes, continúa, “se acumula el agua que se fuga desde el embalse, hasta que se produce un destaponamiento natural por la presión ejercida por el agua en ellos y se vacía, momento en que se genera el caudal punta antes mencionado, para llegar a caudales constantes que estaban en torno a 20 pp/h, y que bajaban a medida que el nivel disminuía en La Laguna”.
Detalla que “se han realizado controles en continuo del caudal y de los niveles de los drenes, incorporando agua por estos para evaluar su comportamiento, así como la comunicación existente entre ellos”, teniendo de esta forma “un mayor conocimiento” de los mismos.
Expone que “una vez disminuido el caudal a niveles de tres pp/h, se ha incorporado aire por los drenes más altos para realizar un seguimiento de la estanqueidad de la lámina y detectar cualquier poro y proceder a su reparación”.
“En este momento”, concluye, “está la balsa en el nivel 695,7 que corresponde a la toma más profunda del embalse, y se registra un caudal de 0,81 pp/h, lo que indica que la pequeña fisura se encuentra en la zona de acumulación de fangos, por lo que se procederá al vaciado mediante un sistema de bombeo que permita revisar y reparar esta pequeña avería en la lámina”.